EL
FEDERALISMO NO SE PUEDE AMILANAR Y
ASUSTAR ANTE EL INDEPENDENTISMO Y EL UNIONISMO ESPAÑOÑISTA.
Vuelvo a recordar, después del pacto a finales
del 2019, para en el 2020 la
constitución de un gobierno de coalición para El Estado Español, este escrito que publique en mi blogs,
en el mes de noviembre del 2019, y que parte de él ya hice en junio del 2016, a partir de unas declaraciones, que
levantaron mucha polvareda a nivel del Estado Español, en el marco de la
convocatoria del Congreso del PSC para
primeros de noviembre desde ese mismo año. Aparecieron escritos, debates,
propuestas, críticas, no ocultando las diferencias internas a nivel de partido
y de la sociedad catalana y española. Se había abierto un tiempo de debate para
poder buscar un Consenso sin ocultar las diferencias y las perspectivas de
futuro, a pesar que para algunos sectores se seguía ignorando la realidad de
Cataluña( que es diferente a la actual) desde
España y desde el mismo interior de la sociedad Catalana.
El Consell Nacional del PSC (Consejo Nacional)
órgano máximo de dirección del PSC entre Congresos. Aprobó su convocatoria, las
fechas, reglamento funcionamiento etc. Pero, por diversas críticas internas, no
se votó la ponencia marco .que se debía
discutir y hacer enmiendas por la militancia del PSC en sus agrupaciones y
sectoriales, también lo puedan hacer
personas votantes que se sienten socialistas.
La prensa, en su lógica informativa,
independiente e ideológica, aprovechó estas circunstancias, para intentar enredar un poco más el debate interno, el
proceso del congreso, sus conclusiones y la nueva dirección y la elección
del primer secretario a elegir.
En esta
línea un diario en su crónica escribía:
” Migue
Iceta, actual primer secretario
Asegura que "es bueno" que aflore en
el seno del PSC división de opiniones, porque "no se puede esconder"
un reto que debe ser atendido en algún momento.”
El PSC
vuelve a vivir una situación complicada.
Miquel Iceta, sacó pecho,
precisamente, ene ese debate interno., provocando él mismo y la dirección del
partido en aquel momento, al situar la posibilidad de un referéndum, a partir
de una ley de la claridad, como se estableció en Canadá, si fracasa la reforma
de la Constitución para encajar a Cataluña. Tras las críticas internas, que obligaron al PSC a dejar de lado, por ahora,
la propuesta, de Miquel Iceta ha afirmado, éste, que no se arrepentía”.
Miquel Iceta, en sus declaraciones decía "No me arrepiento, es bueno que el
debate se pueda producir, porque podríamos haber eliminado esas cinco líneas de
450 –ponencia congresual-- pero hubiera sido esconder el debate". Iceta se
refiere a la textualidad de esa propuesta: "Los socialistas propondríamos
al conjunto de los españoles otros instrumentos democráticos (ley de la claridad
canadiense) que establecieran las condiciones para, si procede, verificar el
apoyo ciudadano a una eventual secesión".
Yo no me siento Independista, Sí federalista
convencido, pero en este Congreso , en su periodo de enmiendas y posteriormente
en sus resoluciones, debe quedar claro .Cómo quiere el PSC, que sea la
interrelación y el entronque con el resto del Estado Español. Siendo muy
conscientes de qué gobierno puede mandar en España y de cómo se puede mover y
hacia donde la política de Cataluña. También hay que recordar que el PSC no es
una Federación del PSOE en Cataluña, que tienen firmado un protocolo de
colaboración entre ambas formaciones.
Creo que cada vez debemos ser más realistas,
las formaciones políticas cada vez más se deben a sus votantes, y al mismo
tiempo se está imponiendo lo que hoy denominamos el “voto volátil ,líquido y
veleta ” y perdiendo la ideología de izquierda, socialista y socialdemócrata .
.Debemos hacer una gran esfuerzo que al final el nuevo neoliberalismo, los
populismos y los de que los de abajo deben luchar contra los de arriba
constantemente, no se instale en nuestra sociedad. Habrá que cambiar y reformar
muchas cosas, la manera de hacer política. La polémica que surgió en el PSC y de rebote en los compañeros/as del PSOE, algunos/as se rasgaron las vestiduras, pero no miraban cómo tenían sus patios traseros e intentaron dar lecciones
y presentar sus propuestas, como si en sus Comunidades Autónomas no hubieran
problemas, también de tanto nacionalismo españolista, derechoso, rancio,
excluyente, con ganas de machacar a los/as
que no pensaban como ellos/as. Yo me pregunté, cuando escribí estas líneas,
dejando claro que no soy Independentista, pero vivo en Cataluña, y no nací aquí. están grave
para armar un gran alboroto el poner en un texto a discutir en un congreso que
“:"Los socialistas propondríamos al conjunto de los españoles otros
instrumentos democráticos (ley de la claridad canadiense) que establecieran las
condiciones para, si procede, verificar el apoyo ciudadano a una eventual
secesión..??".
Entonces para qué vociferamos tanto que
debemos desarrollar una democracia más radical, más participativa, representativa,
consultiva…, que las formaciones políticas debemos ser no sólo de su militancia
también de nuestros votantes? No es una contradicción? Se discute, se hacen
propuestas y trabajar para que el
socialismo en Cataluña vuelva a resurgir
como antes.
Me gustaría hacer alguna observación de
algunos temas, que también salen en la prensa y no somos conscientes, de que
también ayudan en Cataluña a crear más independentista, además de cuando el PP
, Ciudadanos y ahora VOX, sueltan
algunas de sus reflexiona, muchas veces
se basan en razones objetivas, por la cantidad de destrozos e improperios de
sectores independentistas, o posturas frentistas o excluyentes pero no es la
política que entre todos hemos creado?.
En aquellos días leía en un diario de fuera de Cataluña, que
cierta Comunidad Autónoma, había creado su gobierno, un consejo de personas
entendidas en temas de financiación, para que les hicieran un estudio de lo que
recibían, de si había que reclamar más o qué cambios deberían de proponer a
nivel estatal. Y aquí vino mi sorpresa la citada Comisión de Expertos contestó
diciendo que si alguna modificación a nivel
estatal había que propinar, pero que una cosa que no fusionaba bien es como en
esa Comunidad Autónoma, había un pequeño desorden, a la hora de recaudar los
impuestos traspasados y eso a afectaba a los ingresos y por otra parte no veían
claro técnicamente que de los impuestos traspasados la Comunidad Autónica
hiciera exenciones o rebajas y luego por otra parte pidiera más dinero al
Gobierno Estatal?. Que era una cuestión de decisión política.
También en otro diario de otra Comunidad
Autónoma decía la cantidad de fincas solares, casas…., que no tenían hecho el catastro
(contribución del IBI) que cobran los ayuntamientos y otros impuestos que no se
llegaban a cobrar y eso estando reglamentado en las ordenanzas municipales. Así
la pequeña corrupción cómplice con la misma ciudadanía.
Saco a colación estos temas porque en el fondo
es dar dinamita al independentista de Cataluña y es difícil que entonces
compren la idea, que yo también defiendo, Un Estado Federal, pero respetando
las singularidades y peculiaridades y
blindando y asegurando que los
servicios básicos de cualquier Comunidad Autónoma o Nacionalidad no estén
desatendidos o haya diferencias.
..Diciembre 2019, Se celebrará el próximo Congreso del
PSC. La Vanguardia a mediados de noviembre publicaba un resumen de las palabras
dichas a la agencia EFE ,por Miquel
Iceta, que se presentaba como único candidato a seguir dirigiendo al PSC:
Su encabezamiento era”: El PSC,. Negociar más
autogobierno es incompatible con una ruptura inminente” refiriéndose a Cataluña
y al Gobierno Central , continuaba “ ha aseverado que Cataluña
"difícilmente" conseguirá "más autonomía" si continúa
amenazando con independizarse de forma "inminente", y ha alertado que
"negociar más autogobierno es incompatible con mantener abierta la
posibilidad de romper" con el Estado español.
"La perspectiva de ruptura inminente hace
imposible la posibilidad de reforma", ha subrayado Iceta este sábado en
Barcelona en la clausura de la IV Convención Federalista, organizada por la
Fundación Rafael Campalans -vinculada al PSC-, la Fundación Pablo Iglesias y la
institución Friedrich-Ebert-Stiftung.
Según Iceta, "para que haya más
autogobierno" en Cataluña "tiene que haber más lealtad" porque,
ha opinado, "la otra parte también tiene derecho a pedir garantías antes
de hacer un esfuerzo de mejora parcial si la perspectiva de la ruptura sigue
vigente".
Por eso, tras "descartar" una
"ruptura" que ha tachado de "imposible, nociva, impracticable y
poco conveniente", ha abogado por un Estado federal para
"avanzar" en "un autogobierno más fuerte y sólido, mayor
financiación y más planificación de las políticas estatales".
Ha admitido además que
"probablemente" en esta legislatura no se impulsará "la reforma
constitucional" y ha opinado que es preferible esperar hasta tener
"mayores garantías de que saldrá mejor que la del 78 para no generar
frustraciones antes de hora".
En este sentido, ha recordado que "en
estos momentos no se dan las condiciones para la gran solución" porque
"la divergencia política entre las principales fuerzas españolas es muy
grande", lo que impide "anunciar o prever una reforma de la
Constitución".
..La
importancia del nuevo federalismo para una posible salida a la situación actual
de Cataluña, visto por diferentes vertientes:
… Carme Valls, escribe en un
artículo titulado “Federalismo Unión de la Diversidad
“Las
personas como los pueblos son plurales sólo los totalitarismos creen que son
idénticos”. Hannah Arendt
“El
federalismo no es solo un diseño jurídico-constitucional; es una cultura
política necesaria para la vida y el desarrollo de las federaciones” Miquel
Caminal
.El
federalismo es un modelo de organización política e institucional y una cultura
que permite la convivencia de la diversidad. Como sistema de gobierno y modelo
de organización territorial e institucional se adecua especialmente a la
gestión de las diferencias que existen en la sociedad, tanto entre grupos
constituidos, como entre la ciudadanía, lenguas, culturas, etnias y territorios
que la componen. Combina la fuerza de la unión con el respeto a la diversidad.
Frente a la política conservadora basada en la autoridad jerárquica y la
disciplina vertical, el federalismo se basa en el Faedus (Pacto) y en el Fides (Confianza).
Frente
a la Unidad de la Uniformidad, el federalismo defiende la unión de los
diferentes y consolida los derechos a las diferencias. Su fórmula política es
UNION EN LA DIVERSIDAD, que es también el lema de la Unión Europea. El
federalismo no es una estructura cerrada sino un proceso que se desarrolla en
función de las características de cada federación, y que pone en práctica un
pacto libre entre iguales. Como forma de organización política evita la
opresión y la dominación de una parte de
la sociedad, etnia o grupo social sobre otros y respeta las diferencias. El
federalismo no es tan solo una forma de organizar el gobierno territorial, sino
que constituye un sistema social entero que se extiende a todos los ámbitos de
la cultura, la economía y la sociedad.
Como
sistema político no jerarquizado y que pone en práctica el principio de
subsidiariedad permite resolver con mayor eficiencia los problemas locales,
sociales y territoriales y luchas con más eficacia contra todo tipo de
corrupción.
El
federalismo gestiona la diversidad de la sociedad desde el pacto, el respeto
mutuo, la transparencia de gestión, la racionalidad, la solidaridad, y el
principio de confianza, lealtad y respeto mutuo. La mayor parte de la
ciudadanía que vive en democracia lo hace en federaciones, lo que constituye
más de un 40% de la población mundial. Las federaciones constituyen una fórmula
de gobierno innovadora que permite beneficiarse de las ganancias de la
diversidad sin caer en los inconvenientes de la fragmentación.
Como
dice Victoria Camps : “La solución federal responde a la necesidad de los
pueblos y comunidades diversas de mantenerse juntos para conseguir un fin común
al tiempo que se preserva la identidad de cada uno de ellos. Es el proceso por
el que un conjunto de pueblos decide construir instituciones comunes para
fortalecerse mutuamente y respetarse en lo que les distingue. Un modelo federal
puede adoptar formas variadas, siempre
con un denominador común: el encaje del autogobierno de las partes en un gobierno compartido por
todas ellas”.
El
federalismo conjuga el autogobierno y el cogobierno y, por ello, es la mejor
manera de organizar el espacio público en un mundo de interdependencias
crecientes y soberanías compartidas.
Federar
es compartir
Frente
al ejercicio del gobierno de los estados por medio de jerarquías, que provienen
de las épocas en que gobernaban los reyes poseedores de la soberanía absoluta,
traspasada al ejercicio del poder de los estados con formas jerárquicas y
absolutas, el federalismo permite el ejercicio de gobierno compartido a todos
los niveles. El federalismo supera el enfrentamiento entre soberanías abriendo
pasos a soberanías compartidas, precisamente para acceder a la solución de
problemas que superan el estrecho marco de las naciones. La federación permite
la gobernanza con la máxima calidad democrática.
Como
hemos visto en el proceso de constitución de la Unión Europea, la complejidad
de las necesidades y problemas de la ciudadanía, desde las económicas, las
estructurales o las medio ambientales, ponen de manifiesto que existen
crecientes interdependencias en el mundo en que vivimos. No se pueden encontrar
soluciones a problemas globales con formas organizativas que sólo sean locales.
La complejidad de la gobernanza exige soluciones federales, porque sólo estas
soluciones permiten resolver las necesidades locales, provinciales, nacionales
y probablemente a largo plazo mundiales. Los acuerdos sobre el cambio climático
conseguidos en la cumbre de Paris por más de 183 países, para rebajar dos
grados el calentamiento mundial ha si do un proceso laborioso no concluido pero
que demuestra una voluntad para tomar medidas de gobierno compartido a escala
mundial, a la máxima escala conseguida hasta la actualidad.
Cuáles
son las características principales de una federación:
Existencia
de distintos niveles de gobierno, Gobernanza multinivel, todos ellos rindiendo
cuentas directamente a la ciudadanía, de forma que los problemas sean
gestionados en el nivel más apropiado posible en cada caso..
Fortalecimiento
del autogobierno mediante una definición clara de las competencias en cada
nivel con objeto de evitar duplicidades y promoviendo la distribución de
competencias en red. Permite acabar con la soberanía jerárquica de un estado
sobre los demás.
Gobierno
compartido para aquellas cuestiones que afectan al conjunto, a través de
instituciones de soberanía compartida donde las entidades federadas pueden
participar decisivamente en todo aquello que les afecta. Es la coordinación no
jerarquizada de la gobernanza. Para ello precisa del ejercicio de una
colaboración generosa y leal entre las partes federadas, y la constitución de
una verdadero Senado que represente las necesidades y diversidades de lenguas y
territorios y permita resolver sus conflictos. Las conferencias sectoriales, y
las conferencias de presidentes, permiten priorizar las políticas públicas,
establecer los niveles de financiación y establecer las bases de la solidaridad
interterritorial y la prevención de ayuda frente a catástrofes
La
federación permite también el reconocimiento oficial de la diversidad
lingüística y cultural en todos los territorios
Federar
exige pactar y negociar con lealtad.
Para
poder federar se ha de ejercer una nueva metodología en la forma de encontrar
soluciones eficaces a problemas complejos. Frente a la imposición desde un
gobierno central, a través de sus ministerios o departamentos, el proceso
federal empieza a caminar por la negociación y el pacto. Frente a la idea única
o a la suposición de que no hay solución frente a los conflictos, se abre el
camino institucionalizado del debate y el diálogo, con claridad en los
términos, y con la intención de llegar a un acuerdo.
“La
aceptación de la diversidad requiere una aproximación equilibrada de building-
out i building-in. El concepto de building out implica acomodar las demandas
del poder regional. El concepto de building-in implica asegurar que las
minorías clave son integradas en los símbolos, las instituciones y las
políticas del gobierno central, así como en otras previsiones constitucionales”
dice George Anderson que desde el año 2005 es presidente del Forum de las
Federaciones, organización no gubernamental canadiense que promueve el estudio
y el perfeccionamiento del federalismo en todo el mundo. El difícil equilibrio
de la construcción de cada parte de la federación hacia dentro en sus propias
naciones o estados federados y hacia fuera, exige el constante ejercicio de la
cultura federal en todos los pactos que deban realizar. Además, acomodar la
construcción de un estado federal teniendo en cuenta las necesidades
regionales, nacionales y las del estado federado, exige el ejercicio de la
lealtad federal por triplicado.
El
Ethos y la cultura federal.
La
existencia de una federación exige no sólo cambios en las instituciones y las
formas de gobierno, sino que se desarrollen nuevas formas de convivencia y
relación entre la diversidad de la ciudadanía. Partiendo de la base que
denominamos ethos al conjunto de conductas y actitudes de una persona o de una
colectividad, es necesario reflexionar como construimos la “urdimbre cultural
axiológica y actitudinal”, que permita crear las condiciones que socialicen a
la ciudadanía, para que en lugar de retroceder y volver a la tribu, se sienta
integrada en un Ethos federal, como nos pedía Ramon Màiz.
La
cultura federal debería permitir entender, reconocer y gestionar la diversidad.
En lugar de la violencia con la que habían mal vivido muchos pueblos y estados
en el pasado, la cultura federal debería facilitar el respeto y la convivencia
entre las y los diferentes, y estimular la participación ciudadana en la vida
de la comunidad. La cultura nacionalista se ha construido siempre contra
enemigos externos para lograr una cohesión interna, mientras se mantiene una
ambigüedad en cuanto a los objetivos a conseguir en el interior de “su nación”,
incluso puede llegar a decir que no tiene ideología. En términos más claros,
que no es ni de izquierdas ni de derechas.
Federar
permite la unión en la diversidad.
Ya nos
advirtió Hannah Arendt que sólo los totalitarismos pueden pensar que las
personas y los pueblos son idénticos, cuando en realidad son plurales. Plurales
en sus identidades, en sus deseos y en su creatividad, y ninguna identidad es
superior a las demás. La federación es la organización política que da
categoría a las diferencias y la diversidad. Se enfrenta al totalitarismo, a la
uniformidad y a la exclusión de los diferentes. Respeta a las minorías, a las
diferencias por etnia, opción sexual, lengua o religión, incluyendo sus
reivindicaciones como derechos de ciudadanía dentro de una sociedad plural.
La
diversidad y las diferencias son una riqueza, pero muchos gobernantes están
estimulando el miedo al otro, al diferente, al emigrante, a los refugiados,
como si de ellos fuese la culpa y la causa de la crisis económica y del
empobrecimiento que viven las clases medias y bajas. La diversidad genera
riqueza tanto para la vida humana como incluso la vegetal. Los pueblos en que
se ha cultivado el mestizaje, y se han cruzado con otras etnias diferentes han
mejorado su supervivencia por incremento de su inmunidad, y por la disminución
de las enfermedades congénitas y hereditarias. En cambio los pueblos que han
permanecido encerrados en sí mismos y sólo se han cruzado entre ellos mismos,
tiene el índice mayor de enfermedades congénitas. Incluso los bosques con mayor
biodiversidad son los más productivos según un estudio realizado por la plataforma
Global Forest Biodiversity Initiative, que además contradice la idea de que los
monocultivos forestales son más rentables. Incluso en este caso la pérdida
continuada de la diversidad contribuye a grandes pérdidas económicas, que ahora
se han podido calcular.
Para el
añorado Miquel Caminal incluso la calidad de la democracia que a veces se ha
querido sustituir sólo por el gobierno de las mayorías, tiene como base el
respeto a la pluralidad en todos los ámbitos de las relaciones: “Nos hemos
acostumbrado a identificar democracia y regla de la mayoría cuando lo previo y
fundamental es la identificación entre democracia y pluralismo. El pluralismo
antecede a la regla de la mayoría y está por encima de ésta. La democracia
necesita para vivir del pluralismo en la libre circulación de ideas y de los
valores; del pluralismo en el reconocimiento de las distintas identidades
comunitarias culturales y lingüísticas; del pluralismo en los medios de
comunicación que constituyen la ágora o plaza pública de la democracia
deliberativa; del pluralismo en la organización y composición de los poderes
públicos; del pluralismo asociativo como motor de la vida democrática en la
sociedad civil; del pluralismo territorial
como reconocimiento de la plurinacionalidad del demos.”
Federar
permite el respeto a las diferencias y la participación de las y los
diferentes.
La
acción sin pensamiento ha vaciado el discurso, es el vacío del discurso. La
carrera electoral sin límites, a provecho de la perpetuación de los mismos partidos,
el terrorismo, o el pensamiento único que sustenta la hegemonía neoconservadora
no tiene discurso. En realidad, es el pensamiento único, el que lleva al
terrorismo. Quien actúa sin comprender la diversidad y la complejidad de las
sociedades humanas y sólo con planteamientos hegemónicos basados en la guerra y
en la destrucción del adversario, crea las condiciones para el terrorismo de la
desesperación. El discurso de la guerra es simple, el discurso de la
negociación y de la mediación es complejo. Para construirlo se necesitan un
nuevo tipo de habitantes de la polis, capaces de dar contenido a un discurso
político de la complejidad. Reducir la política a lo “que preocupa a la gente”
cuando hemos reducido la gente a nada, es reducir la política a preocuparse de
la nada. La política reducida a las miras pequeñas acaba exaltando sentimientos
nacionalistas, excluyentes y separadores.
Federar
contribuye a la construcción social de la confianza y la fraternidad.
La construcción del fides, de la confianza en
el Otro, es una de las bases de la cultura federal, frente al afianzamiento del
egoísmo del grupo cercano, del miedo al otro y de la desconfianza sobre el
diferente. El federalismo permite la construcción del espacio común de la
convivencia, la mesa en que entablamos las negociaciones, en visión de Hanna
Arendt. Es la mejor fórmula para la construcción política y social de la
confianza. Confidere, fiarse del otro i
construir con la otredad.
Frente a las actitudes políticas excluyentes de la diferencia, competitivas,
generadoras de odio, desconfianza, y cálculos económicos interesados, el
federalismo se acerca en sus raíces culturales a los valores y actitudes que
habían defendido los primeros socialistas y los movimientos obreros de
emancipación. Crea condiciones materiales, organizativas e institucionales,
para ejercer la solidaridad y la fraternidad de forma organizada, con un
federalismo fiscal justo; está abierto al respeto mutuo y acepta las lenguas y
las identidades diversas, porque considera la uniformidad como un retroceso y
la diversidad como una riqueza humana,
La
fraternidad humana líquida en parte el concepto de soberanía cuando se utiliza
para enfrentarse a otros pueblos y naciones, separando lo que en realidad la
misma naturaleza ha unido. Por la misma razón es vano el intento de levantar
muros y fronteras, para contener la emigración, o para contener a un posible
adversario. El continuo levantamiento de muros (Israel, Austria,,) o sus
propuestas (Trump), es la máxima representación física de que se quiera valer
el estado-nación obsoleto, en lugar de abrazar abiertamente la formula política
federal que le permitiría superar conflictos sin levantar barreras.
Tal
como propone el economista federal Francisco Trillas: “ Las propuestas del
federalismo no crean incertidumbre, sino que satisfacen de forma sólida un
deseo muy compartido de cambio, respeto por el autogobierno y reforma, y pueden
servir para que las políticas públicas en el terreno económico se adapten a su
ámbito geográfico óptimo, permitiendo un grado amplio de cooperación,
solidaridad, flexibilidad, innovación institucional, experimentación limitada y
control democrático.
¿Podría
mejorar el federalismo la convivencia en España y en Europa?
España es casi el único país en que federar se
hace sinónimo de Separar. El obús en la línea de flotación que provocó el
cantonalismo y el levantamiento de Cartagena , a la novísima Constitución
redactada por Pi i Margall y su partido durante la brevísima Primera República,
dejaron un regusto amargo, y fue aprovechado por los recentralizadores y los
representantes de la derecha política, para hacer sinónimo el federalismo como
separación. Pero la redacción de la Constitución vigente después de la
recuperación de la democracia constituyó un acuerdo entre unidad y diversidad
como no se había alcanzado nunca en la historia de España: “La acreditada
ecuación entre autonomía y gobierno compartido abrió por fin la senda de la
negociación política. Es precisamente la voluntad de convenir y pactar la
inductora de la estabilidad institucional del denominado Estado de las
Autonomías”.
Pero en
la medida en que el estado de las Autonomías no se ha convertido realmente en
un estado federal, y partiendo de la base de la pluralidad del estado, con
naciones y regiones que no han sido plenamente reconocidas, el conflicto
territorial se ha desarrollado, ante el silencio del gobierno imperante. España
necesita un cambio de las actitudes y de las formas en hacer política y debe
desarrollar la forma de llegar a acuerdos.
“Lo que
la izquierda no puede hacer es defender el Estado de las Autonomías, propugnar
su desarrollo y su plenitud en sentido federal y mantener al mismo tiempo un
concepto – el derecho de autodeterminación- que cambia este modelo político y
puede llegar a destruirlo. O una vía o la otra, pero no las dos al mismo
tiempo. Si los que se proclaman nacionalistas pueden mantener la ambigüedad en
este tema es porque saben que ellos no tienen la responsabilidad principal ni
definitiva en la construcción del Estado de las Autonomías como un sistema
general. Pero las fuerzas de izquierda sí la tienen y por eso no pueden
permitirse la más mínima ambigüedad al respecto.”
.Un
breve añadido, después de las elecciones generales del 10N 2019, cargo de Angel Muñárriz, comenta: “Estas
comunidades, se refiere a una serie de Comunidades Autónomas, en las que se
produce el desequilibrio a favor de las opciones progresistas, son sobre todo
aquellas con una identidad nacional híbrida. Los datos lo indican así: la
España plurinacional ha salvado a la izquierda en las urnas..
.Pero algunos autores vuelven a plantear la salida de la “Vía Canadiense”. Como
válvula de escape para Cataluña
En el periódico El Español, de noviembre de 2019. Francisco
Javier González es un empresario español afincado en Fráncfort. Hago una
reproducción de los textos más importantes de su planteamiento:
Soy un empresario vallisoletano residente en
Alemania que siempre ha admirado el espíritu empresarial, la creatividad y
(hasta recientemente) el seny catalanes. Deseo de todo corazón que Cataluña
decida seguir construyendo un futuro conjunto con España, de beneficiarse de su
pertenencia a España, de hacer a España cada día algo más catalana, de ponerse
a la cabeza de España en lugar de darle la espalda.
El órdago independentista corona un proceso de
desafección que aflora al principio de la democracia, agravado desde entonces
por un sistema educativo catalán alérgico a los sentimientos identitarios
múltiples y por una narrativa de agravio constante por parte de políticos y
medios de comunicación nacionalistas, pero también por la falta de una defensa
consistente del proyecto estatal por parte de PP y PSOE.
En los últimos dos años ha quedado probado que
el independentismo unilateral no tiene recorrido. Pero, ¿cómo reconciliar
emocionalmente con la idea de España a esos dos millones de votantes
independentistas, incluyendo a una parte de la comunidad emigrante que ha
asumido consignas parecidas a las tradicionalmente defendidas por la burguesía
nacionalista? ¿Cómo ganar el apego hacia nuestro país de los niños catalanes
que crecen en la ignorancia de España en el mejor de los casos, y en su
desprecio u odio con triste frecuencia?
Lejos de un reeditado fatalismo
noventayochista, el reto soberanista puede reconducirse hacia una oportunidad
de catarsis histórica: la refundación de España como un Estado que, en vez de
conformarse con el cortoplacista intento de acomodar al independentismo,
desarrolle estructuras sólidas, perennes y a la altura de los grandes retos del
siglo: integración europea equilibrada, ascenso geoestratégico y económico de
Asia, oneroso envejecimiento de la población, instauración de un sistema
político mucho más ético y responsable.
Propongo un nuevo contrato constitucional
basado en los principios de eficiencia y lealtad institucional, respeto
cultural y solidaridad. Se le llame
sistema autonómico o federal es cuestión secundaria, no en vano el vigente
modelo territorial en muchos aspectos alcanza mayores cotas de
descentralización que el alemán, considerado como una sólida referencia en
organización de formato federalista.
La nueva Constitución debería contemplar el
derecho de referéndum para las comunidades históricas
Si no queremos el riesgo de ulsterización, con
dos comunidades irreconciliables en Cataluña; si no queremos que una crisis
enquistada acabe salpicando la estabilidad y el prestigio políticos, económicos
y culturales de España en su conjunto; si no queremos, un día quizás no tan
lejano, enfrentarnos a preguntas sobre si un 55% de la población votando a
partidos independentistas no es quizás base suficiente para separarse; entonces
ha llegado el momento de salir de nuestra zona de confort y de adoptar hoy
decisiones valientes, que pueden dar vértigo, pero que son necesarias.
Para empezar, debemos asumir que Cataluña y el
País Vasco solo participarán en este proceso re-constituyente si cuentan con
una válvula de escape: la capacidad de decidir si quieren o no apearse de una visión
de futuro compartido
Tal ruptura, traumática para ambos cónyuges,
después de un matrimonio de 500 años, no puede depender de un voto, de ahí que
la aprobación por mayoría amplia se considere principio universal, fijado por
la legislación y jurisprudencia de Canadá respecto al Quebec. La independencia
eslovena, tan admirada por el independentismo catalán, se aprobó por el 96% de
los votos (con una participación del 91%). La independencia kosovar con el 99%
de los votos (con una participación del 87%).
Decisiones
tan unánimes, éstas sí de un sol poble, nunca se alcanzarán el Cataluña. En mi
propuesta de reforma constitucional, propongo beber de las fuentes del
mismísimo Estatuto de Autonomía de Cataluña, que exige mayorías reforzadas de
67% (dos tercios) para las decisiones importantes, y adoptar este porcentaje en
la Constitución Española para aprobar la independencia de una comunidad
histórica en referéndum.
De igual forma que el nacionalismo reclama el
derecho a decidir su propio destino en un determinado ámbito geográfico, las
subdivisiones administrativas de ese territorio tienen el derecho de esgrimir
con coherencia argumentos similares. En tal caso, el Estado no podría empujar
hacia la independencia a un territorio, por ejemplo una provincia, tal vez una
comarca o un municipio de un cierto tamaño, que no se exprese a favor y con
mayoría suficiente aunque la Autonomía lo haga en su conjunto. Éstos tendrían
el derecho de desgajarse de la Autonomía antes de su independencia y de
quedarse en España.
Tal
referéndum de independencia debería convocarse a lo sumo una vez por
generación, cada 25-50 años, a diferencia de la historia quebequesa y de los
deseos escoceses de consultas que pueden reiterarse hasta la victoria final (el
llamado "never-endum", o referéndum de nunca acabar), con su
inevitable peaje de inestabilidad sistémica. El primer referéndum sería posible
no antes de 25 años tras la aprobación de la reforma constitucional.
Asimismo, para implementar una hipotética
secesión con la menor disrupción posible para las dos partes, y tras la
experiencia del brexit, sería necesario un modelo de doble referéndum: tras la
consulta inicial, los gobiernos central y autonómico negociarían las
condiciones de la separación, incluidos los derechos de las minorías y la
repartición del activo (propiedad del Estado) y del pasivo (el correspondiente
porcentaje de la deuda). Después de un plazo razonable de tres años, ese
acuerdo se sometería a un segundo referéndum en los territorios con suficiente
quórum pro-independencia.
Por último, la convocatoria de un referéndum
de semejante calado no puede celebrarse en tiempos convulsos. En las crisis
económicas la angustia se reafirma en su papel de pésima consejera.
Una vez asumida la dolorosa necesidad de
aceptar que las fronteras españolas quizás no son eternas, pero que el listón
para cambiarlas está muy alto, se abren grandes posibilidades de reformas, en
las que todos los españoles trabajen codo con codo para posibilitar un futuro
mejor para las siguientes generaciones.
Con la doble dimensión territorial e
institucional de la crisis actual española, más la crisis económica que se
avecina, no podemos esperar sino un progresivo distanciamiento, a no ser que
entendamos la refundación del Estado como cimiento de la reconciliación.
No perdamos esta segunda y quizás última
oportunidad para España y para Cataluña de redescubrir el afecto y el provecho
mutuo de esta relación histórica. Aceptemos el referéndum como válvula de
escape con la esperanza de que, como en Canadá, la mera existencia de la puerta
de salida ayude a Cataluña a quedarse.
.Pero
además del Federalismo inclusivo que antes relataba, hay autores progresistas
que discrepan y como ejemplo, lo que escribe, Joaquín Romero” Pero, ojo, que no se trata de una respuesta a
la cerrazón del Estado, sino que forma parte de la esencia de la ideología
totalitaria del nacionalismo. Habrá tantos referéndums como haga falta hasta
que triunfe de verdad el sí a la separación, no como en las parodias búlgaras
de 2014 y 2017. Es lo mismo que ocurrió en Canadá y lo que sucede en Escocia.
Si los separatistas de Quebec hubieran triunfado en 1980, la reivindicación se
habría acabado, como habría ocurrido en Edimburgo en 2014. Y sin que los
canadienses ni los británicos tuvieran oportunidad de defender la unión en una
nueva consulta.
..La
Historia a veces hay que recordarla y hay escritos sobre el federalismo que no
hace muchos años debemos recordar. Traigo a colación un resumen, de un
desaparecido político e intelectual, que ya nos dejó, y entre sus libros hay
uno que nos interesa recordar. Me estoy refiriendo a Jordi
Solé Tura en 1974 .en su libro editado por EDICUSA” Catalanismo y revolución
burguesa” escribía (haré un resumen de lo principal)“
”Pi i Maragall, situado en la encrucijada de
una burguesía fuertemente influida por los valores artesanos y a punto de
diferenciarse interiormente en una alta burguesía y en unos extractos medios,
es el intérprete más avanzado de una voluntad de transformación capitalista del
viejo Estado español, prisionero de la nueva oligarquía agraria y financiera
.Es consciente del conflicto entre el trabajo y el capital, pero también de la
imposibilidad de superarlo con la violencia: debe reconocerse a los
trabajadores su personalidad ,integrarlos colectivamente en el sistema como un
elemento dinámico y no como un adversarios en plena contienda; deben reformarse
las viejas estructuras agrarias, abrir el camino al desarrollo industrial y
urbano.””……”Este pensador reformista, utópico, pero al mismo tiempo realista y
avanzado- demasiado avanzado para la realidad económica y social de la España
en que vivió-, tuvo el mérito de trazar
las grandes líneas teóricas de lo que podía haber sido la verdadera revolución
democrático-burguesa en España. Y en el centro de su concepción política y
social de España: el problema regional..
Su federalismo es, al principio, una teoría
individualista y anarquizante, contradictoriamente ligada, sin embargo, a una
visión orgánica y. en cierto modo tradicionalista de la historia de España. Los sujetos del pacto no son sólo los individuos,
sino también las colectividades. Ahora bien, cuando quiere precisar estas
colectividades ha de recurrir a las regiones, a los reinos tradicionales, al
municipio. ..Y la realidad es la de una España atrasada, con profundas
diferencias estructurales, sometida al dominio de una oligarquía agraria, con
islotes industriales y modernos incapaces de transformar el país, a su imagen y
semejanza. Pi comprende esta dualidad, esta transformación, pero sólo la resuelve
en el plano teórico y cree en la virtud regeneradora de la ilustración, de la
propaganda, de la teoría, en una palabra...El siguiente paso lógico debería
ser, pues, la admisión de la realidad del país y la vinculación de sus fórmulas
teóricas con la verdadera savia orgánica de las regiones. Esto es, en
definitiva, lo que pide Valentí Almirall, Pi se niega, sin embargo a dar este
paso. Perfecciona, profundiza la teoría jurídica de su federalismo, pero se
aísla cada vez más de la realidad política del país. Y cuando, en este
panorama, surge el movimiento catalanista, su actitud es de reticencia y de
esperanza al mismo tiempo. A través de Almirall el federalismo se ha integrado
ya en la corriente catalanista y ésta puede permitirse el lujo de ignorar las ofertas
de alianza de Pi patriarca, pero políticamente impotente. El catalanismo
aprovecha a Pi como figura aislada, pero, de hecho, se desarrolla sin él. Prat
ya habla de nacionalismo, identifica a la nación con Cataluña y ve en España la simple entidad artificial
Estado. La concepción regionalista, federalista de Pi, su voluntad de
transformación del Estado, de modernización de las estructuras, han sido
asimiladas por la burguesía nacionalista. Pero su opción política es otra: es
una clase hegemónica de Cataluña, pasa a la acción independiente como
intérprete y representante de una voluntad colectiva y, por consiguiente, su
federalismo es instrumental; la voluntad democrática de Pi ha sido sustituida
por el clamor de la tierra, por la savia orgánica de la comunidad histórica.
.Lo que ocurría, sin embargo, en que Pi y
Almirall tenían puntos de vista muy
diferentes sobre el contenido social, el contenido de clase de la
transformación federal de España. Concretamente: Almirall creía que la gran
burguesía había de ser la fuerza hegemónica no sólo en Cataluña, sino en toda España.
Cuando critica la decadencia de los catalanes, critica la Cataluña
pequeño-burguesa, rural y artesana, aspira a una Cataluña europea, de
capitalismo dinámico, expansionista y emprendedor. No cree que la
transformación de España pueda ser obra de unas masas populares socialmente
subordinadas.
Esta oposión política se convirtió en seguida
en una oposición doctrinal, cuya esencia sólo podía ser una; el acercamiento
del federalismo a las fuerzas vivas, el paso del federalismo al nacionalismo,
la sustitución del pacto sinalagmático y conmutativo por la organización
federal de las comunidades orgánicas. Rovira y Virgili lo explica a su modo,
pero con claridad suficiente para marcar las diferencias””Pi y Maragll era, por
encima de todo un federalista, Almirall, un catalán. En el primero había más doctrina, más verdad doctrinal; en
el segundo, más vida, más verdad real. El federalismo de Pi era principalmente
una idea, un sistema. El particularismo de Almirall, pese s su amplitud generalizadora,
era una expresión del problema vivo y concreto de Cataluña”.
¿Qué es, pues, Cataluña para Almirall?. Es la
Cataluña capitalista, encabezada por una burguesía urbana dispuesta a derrocar
el burocratismo centralista. Una Cataluña- sin duda- -más ideal que real
.Almirall es extremadamente lúcido cuando analiza los defectos de la burguesía
de la época cuando denuncia el conservadurismo, su timidez, su tendencia a
pactar con el poder central, su exclusivismo clasista, que él quisiera ver
sustituido por una clara voluntad hegemónica e integradora. Cataluña es un país
de contrastes, una mezcla incoherente de progreso y atraso, de egoísmo estrecho
y de altruismo.
El carácter catalán –dice- no es armónico,
sino desequilibrado, como el castellano, pero por el lado opuesto. Predominan
en él facultades reflexivas, poco brillantes en la forma. Le repugna ensalzar
los hombres y tiende, en cambio, a hacer arraigar instituciones. Esto hace
que Cataluña sea la tierra de la
medianía: ni grandes personalidades brillantes ni nadie absolutamente inepto.
Las causas de la decadencia catalana no son sólo externas (presión castellana),
sino también internas. La historia contemporánea da ejemplos bien claros de
este espíritu decadente, de esa desnaturalización. La Reinaxença, por ejemplo,
nacida por el impacto de las ideas liberales, se ha convertido en un movimiento
conservador y retrógrado
La Renaixença chocó en seguida con dos obstáculos: los adversarios naturales
y los que tenían que ser sus decididos partidarios. Estos- es decir, la
burguesía y la intelectualidad historicista y conservadora-son los peores. La
revolución de 1868 fue el gran momento de aquella intelectualidad y de aquella
burguesía. La idea del federalismo se había apoderado de todos: por un momento
reinaba unanimidad en Cataluña
Almirall
hablaba , pues, de la necesidad de respetar y fomentar la manera de ser
y las costumbres tradicionales de las comarcas forales, reivindica las
provincias naturales contra las provincias artificiales creadas por el
unitarismo, denuncia con violencia el centralismo y el uniformismo jacobinos,
acusándolos de haber reemplazado la tiranía del antiguo régimen por la nueva
tiranía del radicalismo igualitario y del uniformismo artificial, critica el
sistema de partidos políticos vigentes en la España de la Restauración, critica
justa en sí misma pero que le llevará a oponerse al sistema mismo, y acaba
dando el paso decisivo..
Rovira y Virgili resume la posición de
Almirall diciendo que…””sostenía la tesis de que en Cataluña los partidos deben
ser catalanes por su ideario y por su organización y que los ciudadanos de
nuestro pueblo no deben encuadrarse en los partidos generales españoles. Quería
sustituir la política española en Cataluña por la política catalana.””
Este afán de integrar todas las fuerzas del
país, obliga a Almirall, naturalmente, a subordinar las diferencias internas y
la superior condición de catalanidad:…”no debe de haber diferencias de partidos
ni de opiniones. La reivindicación de los que constituye nuestra manera de ser
está muy por encima de todas estas diferencias….ninguna solución particularista
vendrá ni se solidificará por el esfuerzo de un solo partido, por poderoso que
se le suponga. Sólo puede traerla una explosión de sentimientos de todo el
pueblo, un movimiento general de la opinión. Por este motivo estamos en el
campo catalanista todos los que más distinta amanera pensamos en otras
materias…
El objetivo de esta movilización colectiva del
pueblo catalán bajo la dirección hegemónica de la burguesía industrial y urbana
es claro y explícito:¿Cuán distinta sería nuestra suerte si así como las
circunstancias nos llevarán a la unificación por la absorción y dominio del
centro sobre los extremos forales, hubiéramos llegado a la unidad por la
influencia mucho más saludable y legítima de los extremos forales sobre el
centro….
La burguesía
catalana ha intentado, una y otra vez penetrar en la política de Madrid.
A costa de mucho trabajo y mucha constancia ha conseguido algún puesto de
segunda o tercera fila, pero nunca se ha impuesto del todo porque no ha
participado en el gobierno con personalidad propia, es decir, como clase
diferenciada.
Rechaza
pues el separatismo (…el catalanismo regionalista aspira, sí, a romper la unidad
uniformadora que nos ahoga, pero con la misma fuerza desea la unión que ha de
darnos salud y fortaleza. No queremos vivir amarrados y atados, pero sí
enlazados con las demás regiones.
En
definitiva el catalanismo aspira a una
transformación total de la organización política española, a una participación
de la burguesía industrial en el poder, adecuada a su peso económico y social;
a un desarrollo capitalista sin trabas , y a una expansión imperial
Desmintiendo aquel recurso
propagandístico del” no miremos más que a nuestra región.”
.El federalismo…””La figura de Almirall me
parece, pues, capital en la trayectoria del federalismo al nacionalismo. Hemos
visto en el federalismo de Pi i Maragall una posible teoría de la revolución
democrático-burguesa, demasiado avanzada quizás para las condiciones sociales
en que tenía que apoyarse. A mitad de camino entre una burguesía todavía no
claramente diferenciada interiormente y una clase obrera con fuertes
reminiscencias artesanales. Pi, se negó a dar el paso doctrinal lógico después
de la comprobación en la práctica de la falta de verdadera base social de su
federalismo. El paso tenía que ser o el acercamiento claro y definido a un
movimiento obrero que ya empezaba a participar en la vida política con peso y
organización propios , o la proximidad a
una alta burguesía ya hegemónica en Cataluña, para convertirla en el motor de
la revolución democrática….””Almirall se
equivocaba, sin embargo, en un punto fundamental: en la apreciación de la
capacidad renovadora del impulso revolucionario de la alta burguesía catalana,
sobrestimaba su potencial económico y social. No debemos olvidar que la
burguesía catalana era estructuralmente incapaz de llevar a cabo una gran expansión moderna, le
faltaban las bases económicas e institucionales. Atemorizada por la presencia
de la clase obrera en la contienda política se había lanzado en brazos de la
oligarquía agraria”…Cuando, finalmente,
se lanzó a la aventura catalanista, lo hizo impulsado por la desesperación ente
el desastre de 1898, pero no sin intentar el último compromiso del
polaviejismo. José Pla ha definido la
continuidad Almirall-Prat con una frase elemental y lapidaria:””la filosofía
política es siempre la misma: es el particularismo de Almirall, puesto por Prat
al alcance del sentimentalismo medio””..”La frase contiene, en el fondo, una verdad profunda:
Prat de la Riba puso el impulso regeneracionista, integrador y nacionalista de
Almirall al alcance de una burguesía mucho más conservadora y tradicionalista
que la clase hegemónica ideal que éste último quería poner al frente del pueblo
catalán.
.”El oportunismo de Prat de la Riba era, en
definitiva, la formulación teórica del gran problema insoluble de la burguesía
catalana, de su gran drama político: la necesidad de luchar contra un Estado
del que no podía prescindir ni un solo momento, la necesidad de movilizar en
esta lucha a masas que podían llegar a imponerse por ´sí mismas, la necesidad
de iniciar un proceso revolucionario, pero limitado, ab initio, sus posibles
efectos. Aquella burguesía, dividida entre el deseo y la posibilidad, entre la
exigencia y el temor, sólo podía ser oportunista y pragmática, avanzar poco
apoco, combinar el avance con el retroceso, huir por principio de los
radicalismos en la práctica, esto es lo que Prat intentó explicar y sintetizar
con su oportunismo teórico y doctrinal”.
“Queda, sin embargo, el hecho del nacionalismo
y de la nación catalana. Es innegable que el nacionalismo burgués tuvo-no sólo
en Cataluña, claro está- un carácter instrumental. .”El concepto de nación en
el siglo XVIII- escribe Maurice Duverger- es forjado por la burguesía: le sirve
para establecer una solidaridad con el pueblo y para movilizar los sentimientos
comunitarios de éste contra una aristocracia cosmopolita….Durante la segunda
mitad del siglo XIX, la burguesía sigue sirviéndose de la ideología
nacionalista, pero ahora contra el pueblo, a punto de caer el socialismo, de
tendencia internacionalista. La nación sirve para establecer una solidaridad
entre las clases privilegiadas y las clases explotadas, para impedir que los
trabajadores de todos los países se unan contra el capitalismo”. Pero también
es innegable que esta apelación a la solidaridad de clase sería del todo
inoperante si no existiese un marco estructural, histórico, económico,
lingüístico y psicológico que le sirviese de base. La burguesía fue, por
definición, la principal protagonista del nacionalismo burgués. Pero el
movimiento nacional fue más allá y cuando la alta burguesía que lo había puesto
en marcha dejó caer otras capas sociales
tomaron el relevo.. ”Un esfuerzo auténtico de renovación en esta segunda mitad
del siglo XX tendrá que integrar algunos de estos elementos, pero no por afán
de homenaje a la autoridad sino por una radical comprensión del presente. Pues,
en definitiva, la clase social que en
nuestra época puede encabezar un verdadero movimiento renovador no es ya
aquella burguesía que Prat de la Riba supo interpretar con tanta exactitud, ni
aquellas capas medias que quisieron recuperarle, aun a costa de mutilar su
verdadero pensamiento. Si otra clase social ha de resolver el problema,
siguiendo unas coordinadas distintas, quiere decirse- y esto es lo esencial-
que el problema sigue planteado.
..El federalismo es, para Prat una especie de
solución de compromiso, la mejor fórmula posible en el contexto español, la
única capaz de conciliar la contradicción entre la rotunda afirmación teórica
de la aspiración a un Estado propio y el deseo concreto de conquistar el Estado
Español, de no separarse del mercado español. Por otro lado. Él mismo señala,
al analizar los grandes ejemplos históricos de organización federal. Que….el
federalismo aparece así como una especie de puente que lleva al Estado
unitario, como una especie de andamio de las formaciones políticas unitarias.
Pero nunca entró en grandes precisiones sobre la organización federal del
Estado español, ni hizo en este terreno obra original….Por medio de la
organización regionalista, que consiste en la unión federativa de las antiguas
nacionalidades españolas…En cuanto a las formas concretas de esta organización,
atribuye al poder central de la federación todas las facultades “”referentes a
las relaciones de España con los demás Estados y, en general, a intereses que
sean comunes a todas las regiones españolas, como el ejército, las aduanas, los
ferrocarriles generales etc. El poder nacional catalán tendrá todas las
demás….Para Prat , la vía del triunfo pasaba, por la movilización del pueblo
catalán, por la disciplina y la educación política de éste bajo la dirección de
la burguesía, por la eliminación del caciquismo, por la propaganda hacia fuera,
por la penetración lenta en las estructuras del Estado Español, por la presión
sobre éste, no sólo desde Cataluña sino, en la medida de lo posible, desde
otras zonas periféricas, y, finalmente, por la entrada en el gobierno en las
mejores condiciones posibles…Cierto que con los años Prat volvió a hablar de
integración, creó instrumentos modernos para propiciar y pudo pasar por
reformista social. Fomentó la enseñanza técnica, creó el Museo Social e incluso
llamó a socialistas- como Rafel Campalans-para dirigir las escuelas técnicas e industriales.
Cierto que con el tiempo dejó de hablar públicamente de sus primeras
elucubraciones teocráticas-corporativistas. Pero el esquema de base nunca
varió: la subordinación social de los obreros como clase, la supremacía de los
patronos como clase en el marco de la nación común. Lo único que cabe discutir
es si la burguesía era un freno para los dirigentes nacionalistas o si estos
dirigentes llegaron a serlo, precisamente, porque nunca superaron los límites
de lo que aquella burguesía deseaba. Personalmente me inclino( escribe Jordi
solé Tura) por las segunda hipótesis, es decir, creo que Prat de la Riba se
convirtió en el dirigente político de la burguesía catalana porque le dio el
programa y la visión del mundo que ésta esperaba, el programa y la visión que
más cuadraban con su realidad social. En esto radica su fuerza y su debilidad.
Su fuerza porque edificó una doctrina sobre la roca viva de una clase social
hegemónica; su debilidad porque siempre
estuvo prisionero de los límites que esta clase se había trazado a sí
misma de las contradicciones que la reducían a la impotencia.
Pues en definitiva, la clase social que en
nuestra época puede encabezar un verdadero movimiento renovador no es ya aquella burguesía que Prat de la Riba supo interpretar con
tanta exactitud, ni aquellas capas medias que quisieron recuperarle, aun a
costa de mutilar su verdadero pensamiento. Si otra clase social ha de resolver
el problema siguiendo unas coordenadas distintas, quiere decirse- y esto es lo
esencial-que el problema sigue planteado.
..Pero
también hay que recordar reflexiones más actuales:
Creo que estamos llegando a un punto de
difícil retorno y difícil solución que contente a toda la sociedad catalana,
independientemente de su ideología, pensamiento, procedencia y estado social y
económico.
El frentismo, pienso, creado por un
independentismo supremacista, está alcanzando cuotas de máximas expectativas y
de ilusiones de su Ítaca, difícil de volver a una situación de realidad. Por
otra parte por culpa de un unionismo españolista, que está sacando el odio y el
franquismo que aún quedaba y les va bien, pues así entre unos y otros, en
medio, quedan aquellas formaciones que intentan la paz social, la convivencia
civil, el pacto, el consenso y ya cualquier propuesta de solución, tanto de
concesiones económicas, infraestructuras, competencias o nuevo estatuto de
autonomía son rechazadas por ambas partes del frentismo. Por el independentismo
por creerse legitimados por el pueblo de Cataluña para avanzar a su
independencia. Y por el unionismo españolista porque creen que así sacarán
réditos en el resto del Estado Español y podrán vencer al socialismo español .y
sólo les falta aceptar la propuesta de los ultra españolistas, ahora en VOX,
“el que vengan a por ellos “,las fuerzas
no sólo de seguridad, sino también las armadas.
“Como comentaba, Luis Foix “el Estado piensa que la
ley es suficiente para resolver uno de los problemas que agitan las aguas de la
política española desde los tiempos de los Austrias. John H. Elliott lo pone de
relieve en su documentada historia sobre la España imperial y el papel de
Catalunya en la política española a lo largo de más de tres siglos.
Es imprescindible la cobertura jurídica pero
no es suficiente para encontrar una salida política al conflicto. La afronta
catalana ha triturado a muchos políticos en Catalunya y también en España. Y no
hemos terminado la partida”.
En un artículo
titulado “Silencio no es Salud. Escribía.
Alfredo Pastor.
“A
estas alturas, ya sabemos que los instrumentos tradicionales del Estado de
derecho, la ley y la fuerza empleada en hacerla cumplir, poco harán para
mantener la unidad que desearíamos. Nuestra legislación no estaba concebida
para afrontar situaciones como la creada con la aprobación de las leyes de
desconexión. En cuanto a nuestras actuaciones judiciales, baste decir que el
resultado final del proceso a los independentistas puede no cumplir las
expectativas en él depositadas por el Gobierno anterior. El uso de la fuerza,
si bien amparado por la ley, ha resultado del todo contraproducente, dando a
quienes trabajan por la ruptura valiosísimas imágenes. En este momento, a
quienes creemos que la unidad, una buena unidad, es mejor para Catalunya y para
el resto de España sólo nos queda la palabra. El silencio no es salud, sino
fuente de frustración para las personas; además, callar es otorgar, y otorgar
es aceptar la división.
La palabra es mucho, pero ¿de qué hablar? Los
argumentos económicos, históricos, políticos y sentimentales, buenos y malos,
verdaderos y falsos, han sido debatidos hasta la saciedad sin hacer mella en
nadie. Para sugerir a quien quiera escuchar nuestro convencimiento de que
podemos estar todos mejor en una España bien unida que en una mal desmembrada
sólo hay un medio: poner de manifiesto que España no es como se la han contado.
Este es el primer paso de un proyecto más fructífero, y menos utópico, que la
independencia.
Los catalanes que preferiríamos la unidad no
podemos dar ese paso sin la ayuda del Estado. No necesitamos de él más
protección, sino apoyo en aspectos muy concretos. En lo inmediato, la
estrategia a seguir por el Gobierno ha de ser acordada con los principales
partidos de la oposición, quizá a cambio de ciertos compromisos del Gobierno
relativos a la duración de la legislatura: el conflicto es demasiado serio
para emplearlo como material electoral. En segundo lugar, el Gobierno ha de
saber que el arma principal del independentismo será la provocación, y deberá
evitar entrar al trapo sin que puedan acusarle de abandonar a la mayoría no
independentista. En tercer lugar, el Estado, desaparecido de Catalunya, debe
recuperar su presencia en ella. ¿Que sus competencias son limitadas? Una
competencia, como un músculo, se refuerza con el ejercicio. Las instituciones
del Estado en Catalunya pueden idear, amparar, acoger y hasta financiar
actividades, siempre pacíficas, dirigidas no a combatir el independentismo,
sino a mostrar cómo es el resto de España. Por último, hay que llegar a los
ojos y oídos de la gente, y para ello no se puede contar con los medios
audiovisuales catalanes. Esta carencia se resuelve, no interviniendo TV3, sino
creando una alternativa. Resucitar TVE en Catalunya con una buena programación
bilingüe no es una tarea fácil, pero sí factible. .(Hasta aquí escrito de
interés de Alfredo Pastor)”.
.Mi
reflexión ,propuesta hipotética y otras
declaraciones institucionales
.Pero también el Día Nacional de Cataluña es
para otros y otras catalanes y catalanas que ni somos independentistas ni
unionistas españolistas enfrentados, por sus discrepancias .Nuestro objetivo es
que sea una fiesta Nacional, de convivencia, paz y respeto. Alrededor de toda
Cataluña hay otra mayoría, silenciosa, pero que a veces se manifiesta, otras
veces se calla y resiste pensando qué hacer, cómo actuar y a quién apoyar.
Dándole miedo a empatizar y dar su pertenencia a fuerzas que dan otros mensajes
de pacto, consenso, más autogobierno, mejor financiación, mejoras en las
infraestructuras, mejores servicios públicos, nuevo Estatuto de Autonomía, para
no caer y seguir en la salud del Silencio. Pero o no les llegan las propuestas
en medio de tanto ruido y bucle retro alimentador, que les hace seguir
silenciosos, sin moverse, sin pensar que hacer, sin saber si, por suerte,
pueden volverse ya de mayores a sus lugares de origen, los que pueden y un día
vinieron a Cataluña y sus descendientes, que se queden, se resignan a este estado de Shock. Mientras
no ven o quien ignorar, cómo se amontonan en las mesas de las diferentes
Consejerías del Gobierno Catalán, la resolución y decisiones, a las problemáticas
de la ciudadanía y en especial de los sectores más vulnerables de nuestra
sociedad civil.
A nivel del Gobierno Central, de las distintas
fuerzas políticas estatales, de los sindicatos, empresarios, todo tipo de
movimientos sociales, culturales, económicos..…Quizás aunque sea un mal menor,
habrá que cambiar el paso, o alguien deberá hacerlo, para desbloquear, aunque
sea de forma provisional, toda esta situación y hacer lo que dice el dicho
popular: “Una vez perdidos al río”. Soy
consciente que la propuesta que haré, molestará, la creerán una fantasmada, que
tiro la toalla, que no he calculado las consecuencias y no sé cuántas cosas
más, hasta quizás haya amigos y amigas
que me digan que no estoy afortunado en mi escrito. También lo digo por el
socialismo catalán y más el español, dentro de mi concepción de España como
futuro Estado Federal junto con Portugal. Propongo, como ya en su día hizo un
líder socialista catalán. Una Consulta o Referéndum Pactado a nivel de toda Cataluña.
Con las siguientes condiciones: Primera.. Que voten un 80% de todas
las personas Censadas en Cataluña. Segundo.. Que si gana el Sí, para su validez, tenga que
sacar 10 puntos al NO. Para así
alcanzar, como defienden algunos politólogos e historiadores/as” Una fórmula para hacerlo posible son básicamente
dos: el convencimiento de que una España con nacionalidades convertidas en
Estado federados no tiene que ser injusta o una Soberanía compartida dentro de un Estado
Federal Español Justo”.
Es posible que a los más fanáticos del
frentismo, tanto independentistas como, unionistas españoles ni les convenza y
sigan con sus dimes, diretes y echándose en cara todos sus agravios y
deslealtades .Debería celebrarse, en el momento más oportuno, no más pronto ni
más tarde, dentro de varios años y con una situación más normalizada que la actual en Cataluña y dejar cierta
inversión en el resto del Estado Español.. Seguirían con sus proclamas, y
planteamientos, pero al menos sabríamos de verdad, en qué situación estamos y
de la que partimos. Y al independentismo, decirle que si ganaran, se olviden de
una Cataluña Uniforme y de Pensamiento Único, habrá formaciones políticas de
todo los signos. Y a los Unionistas
Españolistas, que, se dejaran de seguir alimentando a los supremacistas
y pensaran más en una España Federal y en Una Europa Federal, Más democrática y
se dejen de alimentar a los populismos de cualquier signo .Que a la larga tanto
daño harán a nuestras Instituciones y no las fortalecerán.
. Dejo claro que no soy independentista, sino
una persona que dese terminar o buscar una salida para solucionar este problema
y que podamos tener Un Estado Federal con Cataluña dentro y en su día a
Portugal, como explica muy bien en la España Imperial ( 1.469-1.716) J.H.
Elliott.
..Pero tan poco debemos olvidar, que en la
anterior negociación, entre el Gobierno
Central y la Generalitat de Cataluña .El
punto de partida de la declaración, que sigue en vigor en la medida en que ni
Sánchez ni Torra han denunciado su contenido, es la coincidencia a la hora de
afirmar “la existencia de un conflicto sobre el futuro de Cataluña”. A partir
de ahí, ambas partes apostaron por “un diálogo efectivo que vehicule una
propuesta política que cuente con un amplio apoyo en la sociedad catalana”.
Para
resolver ese “conflicto”, las dos partes aseguran que “deben seguir
potenciándose los espacios de diálogo que permitan atender las necesidades de
la sociedad y una estabilidad política" y avanzar en una respuesta
democrática a las demandas de la ciudadanía de Cataluña, pero “en el marco de
la seguridad jurídica” —a esta referencia se aferró siempre el Gobierno de
Sánchez para sostener que la declaración situaba cualquier solución en los
límites del actual ordenamiento constitucional—.
Gobierno
y Generalitat proclamaron ese día, además, “que la vía del diálogo requerirá́
del esfuerzo de todas las instituciones, de los actores políticos y de la
ciudadanía”.
.Lola
Garcia, periodista adjunta a la dirección de La Vanguardia, es interesante leer:
Un
libro que acaba de publicar titulado: El Naufragio, que hace un relato en
relación al Procés Catalán.
En uno
de los parágrafos de su epílogo escribe..: “Los catalanes deberán superar una
etapa de frustraciones colectiva y
recomponer su fractura social……….”El independentismo no ha llegado al
50% de los votos, pero no puede
descartarse en absoluto que lo consigan
en el futuro. Hace diez años era una
postura casi residual política y socialmente, mientras que ahora ocupa el centro del debate de las clases medias. Esa fuerza no es suficiente para
doblegar a un Estado, pero tampoco este
la ignore y pretenda la ficción de
meter ese movimiento en vereda recurriendo a los tribunales .Para muchos/as,
la aventura no se ha acabado. Al fin y
al cabo, el proceso ha sido un relato tan potente que ha logrado atrapar a más de dos millones de personas .Es una
historia cuyo final no está escrito. Sin duda, llegarán otros líderes que
intentarán una nueva travesía.”.
.Pensar
en el futuro de las ideologías políticas?
..Pero
cuando hablamos de la historia también tenemos que echar la mirada en el futuro
político que nos viene de nuevo y que ya creíamos que había sido derrotado por
completo: El Fascismo. En base a este relato traigo a colación un breve
resumen de un autor Jason Stanley que
nos habla en un reciente libro editado es este 2019.Titulado: Facha.
.Relata” En la ideología fascista, el objetivo del sistema educativo de
escuelas y universidades es inculcar a los alumnos un orgullo por el
pasado mítico; la educación fascista
ensalza aquellas disciplinas académicas que refuerzan las normas jerárquicas y la tradición nacional. Para el fascista,
las escuelas y las universidades existen
para adoctrinar en el orgullos nacional o racial, dando a conocer, por ejemplo
(cuando el nacionalismo se convierte también
en una cuestión étnica) los gloriosos éxitos de la raza dominante.”.
.”…En
cambio, aunque las metas sean distintas, el pensamiento fascista y la política
tienen aspectos comunes que funcionan a la par. Como estadounidense , lo que
veo es que en mi país se hace un uso
hipócrita del fascismo, ya que se les enseña la bandera del
nacionalismo a las clases trabajadoras y
medias blancas para luego el botín del Estado se lo llevan los
oligarcas. De igual modo, en la época de Jim Crow los políticos
tranquilizaban a sus seguidores
diciéndoles que la identidad nacional garantizaba una posición y una dignidad de “incalculable valor”.
“Si nos fijamos en cuáles son los objetivos contrarios al fascismo , los “los refugiados, los inmigrantes,
el feminismo, los sindicatos, los
movimientos sociales progresistas, y la defensa de los derechos humanos, .las
minorías étnicas, religiosas, los homosexuales , tomarse a broma la cuestión
climatológica y ridiculizarla, veremos qué métodos quiere utilizar para dividirnos .La lengua
como herramienta de información, basándose en que la capacidad receptiva de las
masas es limitada y su compresión es
escasa y tienen gran facilidad para olvidar. Su propaganda, como hemos visto, para ser eficaz se concreta en muy pocos
puntos saberlos explotar como eslóganes. Incitando al miedo a las pasiones
irracionales para que sirva de aliciente y la gente que les escucha salga a
votarles, la repetición constante de mentiras forman al final parte de la
política fascista para destruir la información veraz y la real, la utilización
de las teorías y falsas conspiraciones para desprestigiar, la desacreditación
de los medios de comunicación libres e independientes. En política de corte fascista,
la lengua se usa principalmente para
despertar emociones y sentimientos. Las nociones de igualdad y discriminación
para los fascistas se confunden la una con la otra, para todo esto estudian y utilizan métodos para
dividir internamente. No debemos de olvidar que su principal objetivo de la política fascista en su público potencial, por las personas
consideradas valiosas para la Nación, que presos del delirio colectivo, caen en
sus garras.”
“Para
el fascismo el Estado es un enemigo y que la Nación, compuesta por individuos
que se sacrifican por un objetivo
común, esta, la Nación debía
reemplazarlo.”
“Para
fomentar la fuerza de la Nación, los movimientos fascistas están obsesionados
con contrarrestar el descenso de la natalidad, su objetivo que las familias,
tengan muchos/as hijos/as, criados/as
por sus entregadas amas de casa.”.
Resumen
Todo esto os parecerá una locura, pero a veces
estas locuras si nos sentamos y se discuten con serenidad y datos realistas,
terminan siendo corduras. Creo que puede servir para la gente progresista y de
izquierda reflexione en las cuestiones que he planteado en este largo escrito y
lo mismo pienso que debía pasar, en las ponencias y discusiones del próximo
Congreso del PSC a celebrar a mitad de diciembre del 2019.
Salvador Pastor Blasco
Periodista numerario
Noviembre 2019