jueves, 27 de diciembre de 2018
miércoles, 19 de diciembre de 2018
BREVES RECESIONES DE ARTÍCULOS Y ESTUDIOS SOBRE LA
RENTA BÁSICA PARA EL DOCUMENTO DEL PSC
¿Qué es
la renta Básica?
La renta básica es una asignación
monetaria incondicional. Eso quiere decir que a diferencia de los subsidios más
o menos generalizados en el Estado de bienestar no hay que cumplir una
condición previa como ser pobre o estar en el paro para percibirla: en un
Estado con renta básica una persona no necesitaría ninguna condición más allá
que la de ser ciudadano o residente acreditado, independientemente de que
trabaje o no.
¿Cómo se podría financiar? ¿Es viable
económicamente?
Lo es. En la asociación Red Renta
Básica hemos elaborado estudios prácticos que así lo demuestran. De entrada, la
gente tiende a pensar que si la cobra todo el mundo, el rico y el pobre, la
renta básica no se podría pagar. La gente hace el cálculo, bien intencionado
pero erróneo, de multiplicar la renta básica por el número de habitantes de un
país. Pero no es así. Nosotros hicimos una simulación con datos fiscales de
Catalunya y según nuestros cálculos, a través de una profunda reforma del IRPF
y la supresión de todas las subvenciones y
subsidios públicos cuyo montante fuera inferior, se podría financiar una renta
básica en Catalunya para todos los adultos de 7.968 euros anuales y de 1.593 al
año para los menores de 18 años.
¿Cómo calcularon esa cifra?
Desde la Asociación Red Renta Básica,
accedimos a más de 200.000 declaraciones del IRPF del año 2010 en Catalunya, es
decir en plena crisis. Utilizamos un
programa de microsimulación y nos basamos casi exclusivamente en una reforma
del IRPF que implicara un aumento de la recaudación. También hemos cogido
alguna idea del sindicato de los Técnicos de Haciena (Gestha). La reforma
fiscal sería imprescindible para tener una renta básica.
¿Una renta básica universal no
favorecería a los más ricos?
No, para nada. Una de las cosas que
más nos interesaba del estudio en Catalunya era saber quién ganaba y quién
perdía con la renta básica. Bueno, pues el 70% de la población, empezando por el
más pobre y subiendo en la escala de renta, salía ganando, es decir ganaba más
dinero. Un 10% de la población, la más rica, salía perdiendo, y entre un 15% y
un 20% se quedaba igual. El que ganaría completamente es aquel que no tiene
ingresos: pasaría de percibir cero a ingresar 7.968 euros al año. Pongamos
ejemplos prácticos: una persona recibe una pensión de 500 euros al mes. La
renta básica que hemos calculado para Catalunya serían 664 euros al mes.
¿Quiere decir esto que esa persona va a recibir los 500 euros de la pensión más
los 664 euros de la renta básica? No, sólo va a recibir 150 euros más porque
las cantidades no se acumulan: los 500 euros quedan completamente suprimidos al
ser una cantidad inferior a la renta básica. Ahora es al contrario, en vez de
500 euros, una persona recibe 800 euros de pensión, una cantidad superior. ¿Qué
ocurriría? Pues se quedaría igual.
Insisto, ¿es justo que la perciban
también los ricos?
Le pongo otro ejemplo: yo soy profesor
titular de la Universidad de Barcelona y percibo un salario público. Para
percibir la renta básica debería pagar más impuestos a partir del primer euro
que ganara. Tendrían que descontarme más en el IRPF de lo que me descuentan
ahora, pero también percibiría la renta básica. El que gana 100.000 euros
también tendría que pagar más en su IRPF y quizá ingresase menos al cabo del
año incluso contando con la renta básica.
Hay muchas críticas contra la renta
básica, la más extendida es que sólo serviría para mantener a vagos.
Hay gente que crítica el subsidio de
desempleo porque dicen que desincentiva a la hora de buscar trabajo, pero esa
crítica no sirve para una renta básica precisamente por su carácter de
incondicionalidad. Imagínese un subsidio de desempleo indefinido que fuera
incompatible con tener un trabajo. Seguramente el perceptor de dicho subsidio
no estaría muy motivado a la hora de buscar trabajo: sería uno a cambio del
otro. Pero con la renta básica no pasaría eso, porque una renta básica por
definición es acumulable, con muchos de los matices que hemos dicho de más
impuestos, pero es acumulable a otras rentas. Con una renta básica, por
ejemplo, la gente tendría más libertad para buscar otro trabajo que fuera más
acorde con su formación y sus gustos, y muchos jóvenes no se verían obligados a
aceptar condiciones de trabajo de miseria como ocurre ahora. Eso entronca con
la idea que algunos defensores de la renta básica apoyamos desde hace tiempo:
que no solamente se trata de una medida que podría acabar casi de un plumazo
con la pobreza, si no que incrementaría la libertad de buena parte de la
ciudadanía.
Otra crítica muy recurrente es que la
renta básica haría que muchas mujeres dejaran de trabajar.
En un principio hubo algunas
feministas que alertaron de ese riesgo. Pero la renta básica es un instrumento
de emancipación que otorga mayor autonomía a las mujeres: es capaz de
garantizar la existencia material de muchas mujeres que ahora dependen de su
marido o amante. Incluso algunas
feministas entran en la idea de que bueno, estar en el hogar de forma
voluntaria y dejar un mercado laboral que en muchos casos maltrata a las
mujeres tampoco es un paso atrás en la liberación de la mujer.
¿Qué efectos positivos tendría en la
sociedad la implantación de la renta básica?
De entrada, reduciría muchísimo la
desigualdad. Lo hemos cuantificado. Según nuestro estudio, Catalunya pasaría de
tener uno de los mayores índices de desigualdad de Europa a ponerse al nivel de
Noruega, el país más avanzado de Europa en esa materia. El índice de Gini, que
mide la desigualdad, se reduciría en 4,5 puntos. Pero hay otro efecto muy
importante, que ya he apuntado antes: si tú pones una renta básica igual al
umbral de la pobreza, acabas con la pobreza.
¿Con la renta básica se saldría de la
crisis?
Por supuesto. Habría que añadir la
reforma fiscal que implicaría la renta básica y una lucha implacable contra el
fraude fiscal. Habría que tener también un control efectivo de la banca y que
una parte importante de la misma fuera pública, sin olvidar la coordinación y
control de los paraísos fiscales. Pero bueno, esto parece la carta a los Reyes
Magos (risas).
¿Cree que algún día se podrá implantar
una renta básica en España?
La renta básica requiere un amplio
consenso social. La primera condición es, por tanto, que sea conocida. Ahora no
lo es. Es necesario el apoyo de gente suficientemente significativa desde un
punto de vista social. Hay otro requisito: que la idea de la renta básica esté
muy bien fundamentada y muy bien explicada. Una de las grandes dificultades que
tiene la renta básica es que si no se profundiza un poquito es muy fácil de
ridiculizar.
Suiza va a convocar un referéndum para
establecer una renta básica de 2.000 euros al mes a todos sus ciudadanos.(el
referéndum fracasó,2014)
Así es. Yo no sé si la iniciativa
triunfará, pero lo que demuestra esta convocatoria es que la renta básica es
perfectamente factible. (no triunfó)No estamos hablando de un país raro,
estamos hablando de Suiza, un país normal. No he querido decirlo antes porque
despista a la gente, pero la renta básica existe desde hace 26 o 27 años en
Alaska (Estados Unidos). Está financiada de una forma no pública, muy
particular, en fin, pero en un país tan individualista como Estados Unidos sus
consecuencias han sido tan positivas que nadie, ni la mismísima Sarah Palin
cuando fue gobernadora de Alaska se atrevió a suprimirla. Luego hay
experiencias parciales: en Ciudad de México, la ciudad más poblada del mundo,
existe una pensión básica universal para todos los mayores de 68 años y los
resultados después de 10 años han sido tan positivos que nadie, ni la derecha
que estaba en contra en un principio, quiere suprimirla.
¿Por qué una medida tan progresista no
está más presente en los medios?
Esto es como preguntar por qué no se
hace otro tipo de política económica. Por las razones que he mencionado antes,
la política económica que se practica desde hace muchos años, y especialmente
con la crisis, benéfica al grupo más rico de la población. La renta básica
sería una medida que formaría parte de otra política que simplemente tuviera
como prioridad beneficiar a la inmensa mayoría de la población y no
estrictamente a los ricos. Aunque lo está más que hace siete u ocho años, la
renta básica es un concepto que aún no está muy extendido entre los ciudadanos.
Y no se trata de voluntad, simplemente se está en contra de esta política
porque se está practicando otra que beneficia a los poderosos.
¿Qué novedades podemos esperar del
simposio en San Sebastián?
Lo que de verdad es novedoso es el
estudio de la renta básica para Guipúzcoa. La diputación foral nos pasó los
datos y hemos podido hacer la simulación. También se va a discutir cosas
relacionadas con el feminismo: cómo podría ayudar la renta básica a incrementar
la libertad de la mujer. También los efectos de la crisis sobre la salud
pública y el papel que tendría una renta básica en esta situación.
Presentaremos también una versión actualizada del informe de Catalunya y un
estudio sobre la reducción de jornada laboral.
AGENDA ECONÓMICA
Firmado por: José Antonio Noguera martes 18 diciembre 2018
DONDE DICE ‘RENTA BÁSICA’ QUIERE DECIR
‘PATATA’
La enorme visibilidad política y
mediática que la propuesta de la Renta Básica (RB) ha adquirido en años
recientes se corresponde mal con el escaso apoyo político efectivo que suele
encontrar a la hora de la verdad, cuando sus nada triviales implicaciones deben
pasar del papel a la implementación. A menudo no se distingue adecuadamente
entre una RB genuina y otras políticas de garantía de ingresos mínimos: la
primera es una prestación totalmente individual, universal, incondicional y de
duración indefinida, mientras que las rentas mínimas existentes, u otras
propuestas intermedias, renuncian prudencialmente al menos a una de estas
características. Pero incluso cuando se tiene clara la distinción, es frecuente
que las declaraciones de intenciones o de simpatía política jueguen a la
confusión terminológica o la ambigüedad conceptual. No es extraño si se
consideran las notables dificultades de viabilidad económica y política que una
RB tomada realmente en serio debería afrontar.
El último ejemplo al respecto lo hemos
presenciado en Italia, donde el programa del M5S (Movimento Cinque Stelle), que
fue la primera fuerza política en las pasadas elecciones y gobierna actualmente
en coalición con la ultraderechista Liga Norte, incluía un reddito di
citadinanza, la expresión que tradicionalmente se ha utilizado en ese país para
referirse a una RB universal e incondicional, por oposición a otro tipo de
programas de garantía de rentas. Sin embargo, observando la letra de la
propuesta, más aún desde que se ha concretado en el acuerdo de gobierno con la
Liga, salta a la vista que se trata de un programa de renta mínima de inserción
convencional, comparable a los existentes en el resto de países europeos: ni es
individual (se calcula la prestación para hogares con escalas de equivalencia
para miembros del mismo a partir de una cuantía básica de 780 euros, o de 500
si existe vivienda en propiedad), ni universal (sólo tendrán derecho aquellos
hogares cuyos ingresos no superen el umbral de la prestación), ni incondicional
(los beneficiarios estarán obligados a la búsqueda activa de empleo, la
participación en actividades de inserción e, incluso, a trabajar un mínimo de
ocho horas por semana para el Estado, exponiéndose a fuertes sanciones si no lo
hacen), ni, finalmente, tiene duración indefinida (se otorgará por un máximo de
18 meses, renovables excepcionalmente por otro período igual).
Aunque no cabe despreciar la
importancia de la medida si realmente llega a implementarse (Italia es una
excepción en la UE por la ausencia de un sistema de rentas mínimas estable y
con alcance nacional, con la excepción de un programa de cuantía irrisoria
introducido por el Gobierno de Matteo Renzi), resulta evidente que no se trata,
en modo alguno, de nada parecido a una RB. Y es que son ya habituales las
ocasiones en las que el nombre se usa en vano: también el candidato
presidencial socialista francés en 2017, Benoît Hamon, vendió como RB lo que no
era sino un impuesto negativo sobre la renta; y por tanto, con control de
ingresos, como se encargó de explicar Thomas Piketty. Tres cuartos de lo mismo
ocurre con las frecuentes propuestas de financiación de la RB que la integran
con un tipo único en el IRPF: al ‘cancelarse‘ automáticamente la ‘RB‘ de gran
parte de la población por la simultánea subida de tipos efectivos y retenciones
en origen, el pago universal ex ante de la prestación a todos los ciudadanos
independientemente de sus ingresos (que es la gran diferencia entre la RB y el
impuesto negativo) queda también anulado. Por no hablar de los experimentos de
RB que, por fuerza, están testando en realidad otro tipo de medidas mucho más
concretas y parciales. Y, quizá por ello, más interesantes a corto plazo desde
el punto de vista de su implementación, como intenté argumentar aquí.
En efecto, el caso de la RB deberá ser
estudiado algún día por el marketing político y electoral como un ejemplo
típico de propuesta que atrae mucho la atención pero empieza a diluirse en
cuanto se lee la letra pequeña o se plantea seriamente la posibilidad de su
implantación. Como posible aperitivo de ese análisis, permítaseme enumerar a
continuación algunos de los riesgos y problemas habituales con los que la
propuesta ha tropezado en el pasado cuando ha dado el salto a la agenda
política, y que parecen repetirse una vez más en los tiempos presentes:
Apoyo marginal: históricamente, la RB
ha solido obtener apoyo programático de pequeños partidos (como los Verdes o el
Partido Pirata) y organizaciones más bien marginales. Si bien en los últimos
años ese apoyo se ha ido extendiendo algo más, los grandes partidos, tanto en
el centro-derecha como en la izquierda socialdemócrata o post-comunista, han
sido tradicionalmente muy reticentes a la RB, al igual que los principales
sindicatos.
Apoyo político ‘barato‘: cuando la RB
ha logrado el apoyo o la consideración de partidos con opciones de gobernar, se
ha tratado a menudo de una postura simbólica o puramente discursiva (lo que los
anglosajones llamarían cheap talk), más que de un compromiso real. Se asumen
pocos costes por hablar con simpatía de la RB estando en la oposición, pero
resulta más difícil hacerlo desde el Gobierno. Algo así ocurrió, por ejemplo,
con el PSOE entre 2001 y 2004, y se adivina actualmente en el Labour británico.
Apoyo ingenuo o irrealista: existe
también la posibilidad de un cierto apoyo ingenuo a iniciativas que, como la
ley de RB aprobada en Brasil por el Gobierno de Lula da Silva en 2005, se
queden en una pura intención declarativa, de aplicación condicionada a que
algún día exista la disponibilidad presupuestaria necesaria (es decir, ad
calendas graecas).
‘Falsas‘ RB: como se ha dicho, en
algunas campañas electorales (por ejemplo, en las últimas presidenciales
francesas o en los recientes comicios italianos) se han presentado propuestas
de renta mínima de inserción o de impuesto negativo bajo la etiqueta de la RB,
alimentando la confusión terminológica al respecto.
Quemar la propuesta: finalmente,
existen numerosos ejemplos de cómo iniciativas poco realistas, mal planteadas o
mal explicadas pueden llevar la RB al centro del debate público sólo para ser
derrotadas y bloquear avances en su dirección durante un cierto tiempo. Un caso
clásico fue el del demogrant del candidato demócrata George McGovern en las
elecciones presidenciales de 1972 en Estados Unidos. Ejemplos más recientes
pueden ser los del referéndum suizo sobre la RB, o los de algunas iniciativas
legislativas en diversos países que han pretendido introducirla sin especificar
su financiación ni su articulación con el sistema de prestaciones existente.
Bien harán aquellos partidos y
organizaciones que crean honestamente en la bondad de la propuesta en evitar
todos estos riesgos y llamar a las cosas por su nombre. Ésto no sólo permite
una cierta higiene terminológica y conceptual (también exigible a los críticos),
sino también evitar la generación de expectativas excesivas que muy
probablemente se verán defraudadas cuando haya ocasión de tomar medidas desde
el Gobierno. Pues, más allá del ejercicio aritmético de calcular cuánto habría
que subir la presión fiscal para financiar la RB (por cierto, mucho), no cabe
esperar que una política de esa envergadura pueda implementarse sin problemas y
resistencias de la noche a la mañana (como he intentado explicar aquí). Serán
necesarios pasos intermedios y progresos parciales a partir de los programas de
rentas mínimas existentes. En este sentido, y sin necesidad de hacer pasar gato
por liebre, quienes apuesten por transitar hacia formas de renta garantizada
con control de ingresos, pero minimizando la condicionalidad en otros aspectos,
se sitúan en un escenario más viable a corto plazo aumentando las oportunidades
de consenso con otras propuestas, y poniendo el foco en mejorar cuanto antes
las condiciones de vida de los más desfavorecidos.
JOSÉ ANTONIO NOGUERA
Profesor Titular de Sociología en la
Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y director del grupo de investigación
GSADI (Grupo de Sociología Analítica y Diseño Institucional)
LA
RENDA BÀSICA UNIVERSAL (RBU)
.
PRECARIADO: UNA CARTA DE DERECHOS.POR
GUY STANDING(Ed.Capitán Swing
2014)
.Avanzar hacia una Renta Básica Universal:
“Los gobiernos deberían ir tomando medidas
para instituir una renta básica como derecho de ciudadanía .En una economía
global de mercado, la incertidumbre y la desigualdad no harán más que empeorar,
a menos, que se introduzcan nuevas medidas. Es vital que se revise el sistema
de protección social”.
.El precariado solo, puede enfrentarse al
futuro con optimismo si el Estado se mueve en la dirección del pago de una
renta básica garantizada, una cantidad mensual suficiente para proporcionar a
cada residente legal una Seguridad bàsica. Sin un derecho exigible así,
seguirán creciendo la inseguridad, el endeudamiento y la desigualdad.
....Para que los trabajadores y el precariado
tengan una renta básica adecuada, es simplemente esencial algo así como una
renta básica.
Veamos argumentos paso a paso, considerando la
base racional para ir en esa dirección, las críticas y las ventajas
potenciales. La Seguridad económica debe estar en el núcleo de las reivindicaciones
de una carta del precariado. Los socialdemòcratas no han hecho nada por frenar
en crecimiento de la inseguridad?.No han hecho sino ofrecer la comprobación de medios,
la condicionalidad comportamental y la contraprestación de trabajo. Cualquier progresista
debería querer una Sociedad en la que
todos tengan una Seguridad básica, independientemente de la edad, el género, la
raza, el estatus marital, el estado laboral, la incapacidad o cualquier otra
cosa. Esto es tan fundamental como para cuestionar las credenciales progresistas
de todo el que lo rechace.
.Definir
una renta básica.
.La propuesta dice que todo individuo en
Sociedad debería tener derecho a una renta bàsica. Esto debería definirse con
cuidado.
Primero, el término “básica” tiene un
significado doble y complementario. La cantidad debería ser básica-suficiente
para sobre vivir con ella pero no lo bastante grande como para dar una Seguridad total-; eso induce a
la negligencia, una razón por la que oponerse a las grandes riquezas. Y la
renta debería entenderse como básica en el sentido de que, sin ella, no pueden
ejercerse otros derechos. No se puede haber un derecho significativo a la
educación o un derecho al trabajo sin una Seguridad básica. Una renta básica
también es un derecho exigible o republicano ,en el sentido de que las
políticas deberían ser juzgados por el grado en que se orientan a su
realización.
,Algunos sostienen que la cantidad pagada
debería ser la renta media(Van Pariij 1995).Aunque esto puede ser objetivo a
largo plazo, no es lo que proponemos aquí. La cantidad debería ser suficiente
para cubrir las necesidades materiales básicas, al tiempo que facilitaría la
búsqueda de otras metas que mejoran la vida. Por esa razón, el nivel debería
estar vinculando a la renta mediana, para no congelar así una minoría en la
pobreza.
.Segundo, debe pagarse individuamente, probablemente
con una cantidad menor para los niños. No
debería pagarse en función de un hogar o una família. Estas son lo
que los economistas llaman unidades endógenas
que varían de forma bastante acusada.........
.Tercero, debe pagarse en efectivo, no en
vales o en bienes subvencionados. Las prestaciones en especie limitan la
libertad de elección y son paternalistas .También debería ser una pago regular y predecible, probablemente pagado
mensualmente.
Cuatro, debería ser proporcionado incondicionalmente,
sin reglas de comportamiento. En otras palabras. Debería ser un derecho de ciudadanía
o de residencia legal, sujeto a alguna norma
pragmática sobre inmigración que será discutida después.....
.Quinto, debe ser universal, siendo la transferencia
recuperada a través de los impuestos a los ricos. Esto es más eficiente que la
comprobación de medios, por las razones expuestas anteriormente, sobre todo con
respecto a las trampas de la pobreza.
.La
justificación ética.
.Una razón moral para la renta básica es que
la riqueza de cualquiera en Sociedad es mucho más el resultado de los afanes de
nuestros antepasados que de cualquier cosa que hagamos nosotros mismos. Pero no
sabemos de quién en los antepasados que
hicieron mayores o menores contribuciones. Y no sabemos de quién eran los
antepasados que sufrieron injustamente y por ello no pudieron legar riqueza a
sus descendientes. Así detrás de un velo de ignorancia sobre todo dónde
estaríamos en la distribución de los resultados, deberíamos desear que se
igualaran las ventajas transmitidas a todos nosotros.
Una renta básica podría verse como un dividendo
social derivado de las Inversiones y el trabajo duro de nuestros antepasados.
Aunque él no lo expresó de esta manera. Thomas Painé, campeón de los derechos
del hombre y un Valiente participante en la Revolución francesa y en la Guerra
de Independencia americana, tenia esencialmente esta visión en su panfleto
Agrarian Justice(1797)(2005)
.Una renta básica puede verse como una transferencia a la gente en
situación parecida a la de Middlebrough , de los más ricos que se benefician de
la riqueza creada por aquellos siderúrgicos y sus sucesores.
Hay razones éticas para poyar una renta básicas
la única medida que satisfaría el principio de diferencia en Seguridad, por
cuanto que mejoraría la Seguridad económica y social de los grupos más
inseguros de la Sociedad. Ninguna otra forma de protección social tendría esa
deseable propiedad. También satisfaría el principio de la prueba de
paternalismo, por cuanto que no impondría ningún control a ningún grupo
específico, y en sentido fomentaría la libertad personas, lo que deberían
desear libertarios y progresistas por igual. Y satisfaría el principio de los
derechos y no de caridad, al eliminar la discrecionalidad burocrática para
decidir quién es merecedor y quién no, y qué comportamientos merecen despertar
pena y cuales merecen sanción.
La renta básica también satisfaría los
principios del trabajo digno y de contención ecològica. Permitiría a la gente
elegir de forma más racional qué trabajo asalariado estaría preparada para
aceptar a cambio de dinero.
.La
justificación económica.
.La justificación económica de la renta básica
surge de la propia globalización, en la que las relaciones de trabajo flexible han ido acompañadas del
desmantelamiento de Instituciones y mecanismos de solidaridad social. Sin
embargo, no hay marcha atrás. Los sistemas de Seguridad social podrían
funcionar razonablemente si la mayoría de la gente fuera capaz de contribuir a
un fondo de la Seguridad y si la gente tuviera aproximadamente la misma
probabilidad de ser golpeada por un suceso adverso. Pero esas condiciones han
sido destruidas por el desarrollo económico y político. El individualismo y la
flexibilización han hecho que los resultados sean cada vez más desiguales,
mientras la movilidad social ha descendido, tanto hacia arriba como hacia abajo.
Aquellos que entran y salen del mercado de trabajo no pueden aportar contribuciones regulares o
suficientes, ni pueden los que tienen y dejan de tener empleos en el
precariado.
En un mercado de trabajo flexible y global,
cada vez habrá más trabajadores que
cobren salarios inciertos e inadecuados para proporcionar un nivel digno, por
muy duramente que trabajen. Completar los bajos salarios con créditos fiscales
es caro, distorsionador, ineficiente e inequitativa, además de moralista en sus
condicionalidades selectivas. Una renta básica no sería distorsionador, ya que
sería universal y permitiría la negociación y la libertad de elección.
.Desde
una perspectiva macroeconómica. La Seguridad social, jugó en su día un
papel de estabilizador automático,
puesto que el gasto en prestaciones aumentaba durante las recesiones,
estimulando el consumo y así devolviendo la economía a la senda del crecimiento.
Por el contrario, el régimen de austeridad, al recortar prestaciones en una
recesión, es pro cíclico.
.Un sistema de renta básica también podría ser
anti cíclico, si se diseñara en tres niveles. El primero sería una cantidad
fija, determinada por las necesidad financiera de subsistencia y ajustada solo
a los cambios en la renta nacional per capital segundo podría ser un subsidio
económico estabilizador, que crecería en las recesiones y caería en los
periodos de auge. Un tercer nivel podría basarse en los costes adicionales de
las necesidades extra de aquellos que tienen una discapacidad física o mental,
compensándolos como corresponde a un ciudadano.
.Las
críticas.
.Las críticas a la renta básica han venido de
la izquierda y de la derecha convencionales. Aunque han sido refutadas
numerosas veces, persisten, lo que da testimonio del poder de un paradigma.
Veamos las principales por tuno.En primer lugar, está la afirmación de que una
renta básica no es visible económicamente. Pero los cálculos a vuela pluma .multiplicación
alguna cantidad considerada como renta básica por el tamaño de la población, es
pobre economía. La cuestión aquí es desplazar el gasto hacia una renta básica
sustrayéndolo de subsidios, exenciones fiscales y prestaciones basadas en
comprobaciones de medios. Una renta básica
también produciría más ingresos fiscales, ya que haría entrar más trabajo en el sistema tributario
procedente de la economía sumergida, y tendría beneficiosos efectos sobre el
ahorro de costes en salud y educación.
...El dinero puede liberarse; es factible y ya
se ha hecho. Sin embargo, los fondos para la renta básica provendrían en su mayoría
de los subsidios regresivos y de desviar parte de las ganancias del capital
Financiero .
Una segunda objeción es que la renta básica es
utópica: nunca se ha introducido, así que debe ser mala .Albert Hirschman(1991)
señaló que una nueva gran idea es atacada inicialmente por razón de su
futilidad(no funcionará), su perversidad(tendrá consecuencias negativas no interaccionadas)
y por el riesgo que supone(pondría en peligro otros fines).Los críticos
dijeron lo mismo sobre las prestaciones
de desempleo y luego sobre las prestaciones a la familias .El sentido común
solo prevalece cuando el viejo paradigma se quiebra y no puede ofrecer
respuesta a los desafíos del momento. Entonces aprendemos a respetar a esa gran
amplia iglesia de los que hicieron propuestas a lo largo de la historia, tales
como Tomas Moro,William Morris.Bertrand Russelll y los premios Nobel de
Economía James Meade,Jan Tinbergen y James Tobin. La lista está llena de nombres
distinguidos.
...Una tercera crítica es que una renta básica sería inflacionaria
porque estimularía la demanda agregada,
elevando los precios y creando expectativas inflacionarias. Esto es incorrecto,
puesto que la renta básica sería introducida por fases ,sustituyendo a otros
gestor.
....También habría un efecto positivo con el
giro en la demanda agregada a favor de
bienes y Servicios básicos producidos dentro de las economías locales. Los
programas piloto de renta básica en África e India sugieren que la elasticidad
de la oferta de bienes y Servicios locales tiende a ser alta, de modo que el
efecto bien puede ser una menor presión inflacionaria.
..En cuarto lugar, se dice que una renta básica
reduciría la presión para perseguir el pleno empleo. Hay varias respuesta a esto
¿Qué presión?¿A caso poner a tanta gente como sea posible en trabajos mal
pagados, consumidores de recursos, es un valioso objetivo de una Sociedad civilizada?¿No
hay mejores actividades para nuestro tiempo, tales como el trabajo elegido
libremente y el ocio recreativo?.
..La quinta objeción es probablemente la más
común , a saber, que una renta básica proporcionada de forma incondicional e
independientemente del estatus laboral reduciría la oferta de trabajo y
promovería la indolencias trata de una objeción
común en los países influidos por una ética del trabajo luterana, tales
como Filandia(Ikkala 2012).Es un insulto a la condición humana: la inmensa
mayoría no estaría contenta con una mera renta básica. También hay evidencia, aportada
por estudios psicológicos, encuestas de opinión y programes de transferencias
de dinero y experimentales de renta básica en diversos países, incluidos Canadá
y Brasil, que refutan esa objeción.
....En cuanto derecho , una renta básica evitaría
la trampa de la pobreza. Cualquier ingreso ganado por encima de la renta básica
tributaría al tipo regular o al tipo cualquiera que se fijara para las rentas
de los trabajos de baja remuneración. Al reducir el tipo impositivo marginal
comparado con las prestaciones basadas en la comprobación de medios, una renta básica
actuaría como incentivo al trabajo.
...La sexta objeción es que la renta básica fomentaría la inmigración.
Como con cualquier otra prestación, esto justifica la aplicación de normas pragmáticas.
Una inteligente sería restringir el derecho hasta que la gente hubiera estado
legalmente en el país durante dos años, a menos de que hubiera un acuerdo mutuo
entre los países de origen y de residencia legal.
..En Séptimo lugar, los críticos dicen que la renta
básica traería consigo salarios más bajos, porque los empresarios argumentarían
que los trabajadores ya tienen sus subsistencia cubierta. Pero eso es
precisamente lo que hacen los créditos fiscales; también facilitan que los
trabajadores acepten salarios más bajos, sabiendo que estos estarán limitados
por el Estado. Una renta básica fortalecería la posición negociadora de los
trabajadores para resistirse a las peores formas de explotación, especialmente
si creyeran que el empresario puede pagar más. Son las prestaciones
condicionales basadas en la comprobación de medios las que contribuyen a que
los salarios bajen.
..La octava objeción dice que una renta básica
sovocaría la base solidaria del Estado de Bienestar.Este es un viejo argumento
de los socialdemócratas, sobre todo en Alemania(Liebermann,2012).Era una
solidaridad bastante limitada, y el caballo se ha escapado.
..En noveno lugar, se dice que una renta básica
estaría politizada, tentando a los gobiernos a elevar la cuantía ante las
elecciones generales. La forma de abordar este problema es estableciendo un comité
independiente de la renta bàsica,análogo a los comités de los bancos centrales,
con el mandato de fijar el nivel y la tasa de cambio según la disponibilidad de
fondos, el crecimiento económico real y la necesidad financiera.
En suma, las objeciones pueden ser contestadas.
La verdadera crítica normalmente no se explica: a los gobernantes y sus
seguidores no les gusta la idea de que la gente tanga plena libertad. Les gusta
hablar de combatir la desigualdad y la inseguridad más que emprender acciones
efectivas para reducirlas.
.Los
sindicatos y la renta básica.
.Tradicionalmente los sindicatos eran los que
más vehemente se oponían a la renta bàsica. Defendían la redistribución radical de la renta y sin embargo eran
obstinadamente laboristas al pensar que
solo los que están trabajando deberían recibir una renta. El moderno joven
afiliado a un sindicato puede que piense de forma diferente. En una escuela
internacional de verano a sindicalistas en 2012, pregunté por qué los
sindicatos se oponían a la renta bàsica. Un italiano se atrevió a decir que
ello daría a los trabajadores más control y que entonces no querrían afiliarse
a un sindicato. Según él mismo reconoció, eso no dice mucho a favor de los sindicatos,
que deberían atraer a sus miembros mediante la lucha por los derechos laborales
y la redistribución.
Las ventajas
.Los psicólogos han mostrado que las personas
con Seguridad básica de renta están más inclinadas a ser altruistas y generosas
para con los menos afortunados(Frohlich y Oppenheimer 1993).También han mostrado que son más productivos en su trabajo remunerado y en
el trabajo en general, y son más tolerantes con los extraños y los que de otro
modo podrían ser vistos como una amenaza competitiva. Estas son virtudes ahora
bajo presión. Pero se completan con otras ventajas.
.El
efecto de liquidez.
.La liquidez importa. La vida del precariado
por lo general implica una combinación de renta baja e incierta, que alimenta
el endeudamiento de crisis que requieren un Crédito rápido y de incapacidad para planificar y
construir una vida. Una inyección
regular asegurada de liquidez financiera puede proporcionar un mínimo control.
Este fue uno de los sorprendentes descubrimientos de una serie de programas
piloto de renta básica dirigidas por mí mismo y los colegas de la SEWA en
diversas aldeas indias en 2011-2013.
Los modestos pagos regulares permitieron que
los aldeanos redujeran sus deudas e hicieran Ahorros para protegerse contra los
riesgos y golpes habituales de la vida. Lo que importa es la predictibilidad.
Los modelos universales proporcionan a cada individuo más predictibilidad que los modelos focales y
condicionales.
.Hacer eficientes y equitativos los mercados de
trabajo.
.Las transacciones en el mercado de trabajo
dependen del poder de negociación. Con un desempleo y una atonía laboral
elevados, donde el soporte salarial es incierto, la posición negociadora de los
que buscan trabajo es débil.
....Una renta básica facilitaría la búsqueda
eficiente de trabajo, al permitir que los trabajadores fueran más selectivas y
deliberativas, y al meter más presión a los empresarios en cuanto al uso del
trabajo eficiente. Sería más probable que la insatisfacción llevara a la salida.
Y una renta básica permitiría que funcionaran los incentivos, puesto que no
habría la trampa de la pobreza desanimando la entrada en empleos de bajo
salario.
Habría otra ventaja en los mercados terciarios
de trabajo. Aunque los salarios mínimos pueden sostener los salarios en
mercados de trabajo flexible, no lo hacen de forma muy efectiva más allá de
que establecen un criterio moral. Los
defensores del salario mínimo también deberían reconocer los riesgos Morales,
en el sentido de que haya Trabajos que no se realicen porque algún empresario
potencial crea que no valen el salario mínimo. Así habría trabajo deseado que
no se hace. Los riesgos inmorales incluyen la práctica subrepticia de insistir
en que el trabajador de las que se le pagan por hacer.
Una renta básica permitiría hacer tratos más sensatos:
Supongamos que queremos construir un cobertizo. No puedes pagar el salario
mínimo, pero te gustaría que te hiciera el trabajo si pudieras pagar, digamos,
la mitad .El hijo de un vecino podría querer hacer el trabajo. En una economía
sensata, podría haber trato. Trazar líneas arbitrarias entre lo que es legal y
lo que no lo es tiene poco sentido.
Una renta básica también podría mejorar la eficiencia
dinámica .El poder de negociación incrementado de los trabajadores metería
presión a las empresas para que hicieran más productivos y atractivos los
trabajos, dándoles un sesgo de trabajo humanizado(Wrigh 2010).Esto es
ciertamente lo que deberíamos pretender.
. La
perspectiva del precariado.
.La renta básica, haría frente a las
inseguridades y necesidades de las tres
variedades del precariado.Los trabajadores manuales han perdido derechos
adquiridos, y saldrían ganando. A los inmigrantes se les niegan los derechos de
ciudadanía: una renta básica fortalecería su sentido de ciudadanía la parte
progresista del precariado ganaría no solo una sensación de Seguridad sino también
más libertad para trabajar en general, para trabajar por cuenta ajena y para el
ocio, todo ello de forma constructiva y recostructiva. Dar paso desde la
comprobación de mas medios y las pruebas de comportamiento hacia una renta básica
tendría dos Nuevos efectos positivos para el precariado. Eliminaría la trampa
de la pobreza., puesto que nadie perdería su renta al empezar a ganar dinero
trabajando; y su salario solo tributaría el tipo normal del impuesto sobre la renta.
Y disminuiría las trampas de la
precariedad, puesto que la persona recibiría la renta básica independientemente
de cualquier transición del mercado de trabajo. Eso provocaría una movilidad
laboral más positiva.
.Superar
la vigilancia moralista.
.Una renta básica sería un modesto avance
hacia la libertad en un tiempo de
creciente uso de la condicionalidad moralista, el paternalismo libertario. La
estrecha supervisión del comportamiento personal, la vigilancia .Atenuaría la incertidumbre económica gracias a la constante
restricción de la condicionalidad. Y reduciría la necesidad de la más
indiscreta de las preguntas:¿por qué
eres pobre?. Lionel Stoleru señaló que una renta básica está basada en la
necesidad de ayudar a los que son pobres, sin tratar de establecer quién tiene
la culpa de que lo sean: pobres, sin tratar de establecer quién tiene la culpa
de que lo sean.......Después de todo, no nos interesa, y está bien que no nos
interese, por qué la gente ha caído por debajo del nivel en el que puede tomar
una parte en el juego social. Reconoció que una renta básica sería menos burocrática
y disciplinaria que un sistema de pleno empleo, y considero al Estado de
bienestar como una forma de estigmatizar y marginar a los grupos.
.
Abordar las desigualdades.
.El precariado està en el centro equivocado de
la desigualdad de rentas. También sufre la desigualdad en todos los otros
activos cruciales que conforman las oportunidades de vida: la propia Seguridad,
el control sobre el tiempo liberador del término, el conocimiento Financiero y
el capital Financiero. Una renta básica sería una forma efectiva de reducir la
desigualdad de rentas, ya que al ser igual y universal obviamente supone un mayor porcentaje de renta para alguien con
ingresos bajos. También reduciría la desigualdad en Seguridad, y permitiría que
el precariado tuviera más recursos y más libertad para buscar una formación en
un sentido no mercantilizado. Una renta básica también podría ayudar a abordar
el problema del acceso global desigual al conocimiento Financiero,
especialmente si los políticos y los receptores ven en la renta básica como
algo que permita a la gente comprar el asesoramiento.
. La
liberación de tiempo y el derecho a trabajar.
.En una economía industrial, los trabajadores
están explotados sobre todo en el centro
de trabajo, así que tiene sentido limitar la explotación con regulaciones sobre
las horas de trabajo, las horas extras y las tasas de remuneración de las horas
extras. En una Sociedad terciarizada , con la conectividad siempre encendida”, el trabajo en general y
el trabajo asalariado se hacen casi en cualquier sitio .Poner límites
reguladores sobre las horas de trabajo tendrá poco efecto, como ha descubierto
Francia.
,La cuestión principal es el control sobre el
tiempo. El precariado es el que menos control tiene sobre ese activo clave .Se
espera que trabaje siempre y otras formas de trabajo que se le imponen: de ahí
el estrés y la inseguridad ligadas al empleo. Una renta básica daría a la gente
más control sobre el tiempo está ligado al estrés debido a la pérdida del
espacio público.Una renta básica reafirmaría suavemente cierto control tanto
del tiempo como del espacio. Sería parte de una nueva política del tiempo.
.
Superar la incertidumbre.
.La incertidumbre es la pesadilla de nuestro
tiempo .Es la forma más amenazante de inseguridad para el precariado. La
incertidumbre puede ser tan grande que provoque inèrcia. Los riesgos de
cualquier curso de acción parecen prohibitivas. Las personas se percatan de que
su situación es frágil y de que, si sobreviene, les falta capacidad de
recuperación.
....Si una persona tiene un empleo seguro en
una gran empresa, él o ella desarrolla un sentido de dependencia, de tal manera
que la pérdida repentina de ese empleo puede ser un golpe serio; por el
contrario, los que están en puestos con ingresos y demanda más variables son
menos vulnerables a los golpes adversos. En otras palabras, una inseguridad
moderada prepara a la gente para recibir golpes y la capacidad para sacar
ventaja de lo inesperado. Pero la palabra clave es moderada.
.Una renta básica proporcionaría un
parachoques contra la incertidumbre y los golpes adversos. Como tal podría dar
más coraje y confianza a las personas para asumir riesgos como emprendedores, a
la hora de acometer acciones que potencialmente desarrollan la vida. Si sabes
que no vas a quedarte en la calle si fracasas, es más probable que te
arriesgues a aprender nuevas cosas o a dejar un empleo sin alma para buscar tu propia
suerte como un artesano independiente.
.La
renta bàsica frente a las dotaciones de capital.
....Algunos han puesto grandes dotaciones,
bien anualmente o bien al alcanzar la edad de veintiún a los(Ackerman y
Alstoti,1999).En 2013 ,un antiguo asesor del Gobierno del nuevo laborismo
recomendaba que “En lugar de malgastar el interés público en los bancos
rescatados con un regalo de acciones...,los fondos deberían usarse para
pagar la deuda del país y financiar al
mismo tiempo una dotación de capital para los ciudadanos a la edad de dieciocho
años: una versión más audaz del fondo fiduciario infantil. Una dotación
universal de capital ayudaría a sustentar un programa de vivienda social basado
en un patrimonio compartido de capital(Diamond,2013).
..Entonces ¿qué haría el Estado?.La pérdida podría
haberse debido a un desafortunado calendario en la recepción de la dotación de
capital, o a la mala inversión de alguna otra persona. Sería mejor darle a todo el mundo una modesta
cantidad regularmente.
.
Repensar el principio de distribución.
.La renta básica no debería discutirse sin
considerar deseables propiedades de un sistema global de protección global
social, que debería basarse en la compasión , la solidaridad, y la empatía más
que en la pretensión de controlar y penalizar a los más desfavorecidos. Una
renta básica debería verse como el suelo de un sistema multinivel orientado a
las realidades del siglo XXI.
.En 2013, el Partido Laborista respondió a los
recortes en bienestar anunciando que resucitaría el principio de contribución.
Acusando al Gobierno de hacer políticas de “ divide e impera”, el portavoz
laborista, Liam Byrne(2013), pareció querer llevar al Reino Unido más cerca del
sistema de bienestar continental-como en Francia- el Estado recompensa a los de
dentro, perjudicando al precariado y a la subclase, y erosionando la
solidaridad entre el salariado y el precario.
.Esto es particularmente decisivo .¿Por qué
tienen que aceptar más recortes en los niveles de vida aquellos ya desbastados
por políticas económicas irresponsables?. El laborismo introduciría su propia
versión del “divide e impera”, al recompensar a los que tienen rentas del
trabajo, negundo la vivienda social a los que no. Muchas personas en el precariado
no habrán tenido oportunidad de contribuir, porque son demasiados jóvenes o han
estado desempleados o fuera del mercado del trabajo. Basarse en un sistema
contributivo solo sería “justo” si todos tuvieran empleo a tiempo completo y
ganaran unos salarios “decentes”. Pero no es el caso ni lo será.
.La renta básica superaría la trampa de la
socialdemocràcia. El núcleo de la socialdemocràcia era la desmercantilización
del trabajo, desplazando la remuneración laboral desde los salarios a las
prestaciones no salariales que dan Seguridad pagadas por las empresas o el
Estado .A medida que el salario bajó como porcentaje de la renta social, cayó
la motivación para trabajar eficientemente, ya que la renta dependía poco de
que uno trabajara duro o no. E impedía la movilidad, puesto que
las prestaciones dependían de que uno mantuviera el empleo.
.Conforme se extendió la flexibilidad laboral,
el precariado perdió las prestaciones no salariales y contributivas. Se
volvieron regresivas, siendo retenidas principalmente por el salario, e
intensificaron la “desigualdad en Seguridad”. La trampa de la socialdemocràcia
empeoró con la transferencia al Gobierno de la responsabilidad de la Seguridad
laboral, lo cual erosionó la necesidad de prestaciones comunitarias. Las redes vecinales,
institucionales y familiares de solidaridad se desvanecieron porque no se las
consideraba necesaria en un Estado de bienestar. Cuando el Estado volvió a remercantilizar el trabajo, estas
redes se necesitaron de nuevo pero ya no existían. Como , consecuencia, las
inseguridades tuvieron efectos desbastadores.
.Sería una locura que los socialdemócratas
trataran de restaurar las prestaciones contributivas como respuesta a la
inseguridad económica .Las prestaciones irían a parar al asalariado y la clase
obrera del núcleo, en detrimento del precariado. No sería un sistema justo ,
reemplazando el “algo a cambio de nada” por el “a cambio de algo”. El
precariado podría trabajar tan duro con el asalariado, pero estaría en
situación de desventajas por su bajo estatus, su inseguridad y la volatilidad
de sus ingresos. Antes bien, las prestaciones basadas en las contribuciones
deberían ser parte de un sistema de protección social multinivel, que
complementara la renta básica, con principios de mutualismo incorporados a los
fondos de seguros para garantizar que el precariado no fuera penalizado.
En pocas palabras, el Estado puede dejar que
se enconen las desigualdades y las inseguridades o bien puede escapar de la
trampa laborista proporcionando como derecho universal la Seguridad básica perdida.
Debería proponer desmercantilizar a las personas( la fuerza de trabajo) en vez
del trabajo.
.Campañas
por un salario vital.
Las campañas por salario vital se han hecho
Populares desde 2008,sobre todo en Canadá, Reino Unido, Estados Unidos y Nueva
Zelanda. Dichas campañas merecen apoyo ,pero no deben esperarse demasiado de
ellas.Las empresas que aceptan pagar
salarios decentes podrían estar incluso
en situación de desventaja si otras que no lo hacen venden más barato .Los
salarios vitales deberían ser pagados por todos los que licitan contratos del
Estado. Pero esto podría dar como resultado que las grandes empresas fueran
favorecidas frente a las pequeñas o las empresas consolidadas frente a las
pequeñas ,o las empresas consolidadas frente a las nuevas. Algunas empresas
podrían simplemente ser incapaces de pagar
una cantidad mayor. El Partido Laborista británico anuncio que apoyaría
un salario vital, solo para proponer poco después que debería exigirse a los
desempleados de larga duración que aceptaran empleos con el salario mínimo,
lo que no haría sino presionar a la baja
a los salarios en general.
Un salario vital es algo deseable, pero no es una alternativa a la
renta básica. Una renta básica fortalecería la posición negociadora del precariado, la mayoría de cuyos miembros no està en
sectores o empresas que pagan o es probable que paguen salarios vitales, o bien
trabajan demasiadas pocas horas para alcanzar el salario mínimo. Además
,promovería el cambio desde el trabajo asalariado al trabajo reproductivo de
diversa índice.
. Conclusión
:
.Los políticos han tenido miedo a la idea de
que todo el mundo debería tener el derecho a la Seguridad económica básica .Incluso
los que creen en él han racionalizado el hecho de guardar silencio por miedo a
ser tachados de irrealistas y utópicos, o ser impopulares entre los moralistas
y la clase media .Ahora bien, con el abismo por delante, es la hora de coraje
político y ético.
Los políticos pueden descubrir que se mueven
en la dirección de la opinión pública. El precariado apoya ir en la dirección
de una renta bàsica. Ahora existen redes de renta básica en muchos países, bajo
el paraguas de una red internacional. BIEN (Basin Income European Network).En
abril de 2003, se entregó en el
Parlamento italiano una petición firmada por más de 50.000 personas. Los
partidos verdes europeos la han incluido en sus manifiestos. En el momento en
que escribo, se están recabando firmas para una iniciativa ciudadana
europea(ICE) para pedir a la Comisión Europea que estudie la factibilidad de la
renta básica y que dirija experiencia piloto. La barrera del millón de firmas
es demasiado alta, pero la red institucional se ha fortalecido. Los grupos del
precariado deberían persistir en su exigencia de que las autoridades locales o
los gobiernos realicen experiencia piloto en áreas seleccionadas. Solo un
movimiento del precariado puede cambiar la mentalidad unitarista del
establishment político.
.
Inventar el Futuro.Poscapitalismo y un mundo sin trabajo,, de Nick Srnicek y
Alex Wiliams.
.Sentido
Común.
.Las discusiones actuales en los medios sobre el ingreso básico y la automatización a menudo
parecen dar por sentada la benevolencia
de las elites, la
neutralidad de la tecnología y la
inevitabilidad de una sociedad
postrabajo. Sin embargo , hay una
diversidad de fuerzas poderosas consagradas
a la continuación del status quo y la izquierda se ha visto desbastada a
lo largo de las últimas décadas .La miseria sigue teniendo más
posibilidades que el lujo. Con las
condiciones actuales, es probable que la automatización genere más empleo y que los beneficios de las nuevas
tecnologías queden en manos de sus
propietarios ricos. Cualquier tiempo libre
que obtengamos será eliminado con la producción de nuevos trabajos monótonos o la
extensión de una existencia precaria. Y
si el día de mañana se lograra
establecer un ingreso básico, muy
probablemente estaría por debajo de los niveles de pobreza y seria como apoyo económico para
las compañías. Por tanto, alcanzar una sociedad postrabajo significativa requiere cambiar las
condiciones políticas actuales. A su
vez, esto requiere que la izquierda enfrente de lleno la lúgubre situación que se le
presenta…sindicatos en ruinas, partidos políticos convertidos en títeres
neoliberales y una hegemonía intelectual
y cultural menguante. La represión estatal y corporativa de la izquierda se ha intensificado de manera significativa en las últimas décadas, los cambios
legales han dificultado su organización,
la precariedad generalizada nos ha
vuelto más inseguros y la militarización
de la vigilancia policiaca se ha
acelerado rápidamente. Y más allá de esto está el hecho de que nuestra vida interna, nuestro mundo
social y nuestro entorno construido se
organizan entorno al trabajo y su continuación.
.El cambio a una sociedad postrabajo, de manera muy similar al cambio de una economía sin carbón, no es
solo cuestión de superar unos cuantos interés de elite. De manera más fundamental,
se trata de transformar la sociedad desde sus bases. Un
compromiso con la totalidad del
poder y el capital resultan inevitable, no debemos hacernos ilusiones sobre las dificultades que tal proyecto supone. Si bien un cambio
transformativo total no es
inmediatamente posible, nuestros esfuerzos deben orientarse hacia la
apertura de los espacios de posibilidad
que si existen y a fomentar que con el tiempo mejoren las condiciones políticas. Primero
debemos establecer un espacio dentro del
cual puedan articularse demandas más radicales
de manera significativa y, para ello, debemos prepararnos
para el largo plazo si queremos alterar sustancialmente el ámbito de la
política.
.Esto no debería tomarnos por sorpresa. El
capitalismo no surgió de golpe, sino que
se fue filtrando hacia una posición de
dominio a lo largo de los siglos. Había
que poner en su lugar numerosos
componentes. Los trabajadores agrícolas sin tierra, la producción de
mercancías generalizada, la propiedad
privada, la sofisticación técnica, la centralización de la riqueza, una clase
burguesa, una ética del trabajo, etcétera. Estas condiciones históricas
son los componentes que permitieron a la lógica sistémica del
capitalismo ir ganando terreno en el mundo. La lección es que, así como el
capitalismo se basa en la acumulación de un conjunto particular de componentes, también lo hará el poscapitalismo. No surgió de golpe,
ni después de algún momento revolucionario. La labor de la izquierda debe ser
determinar las condiciones para el
poscapitalismo y luchar por construirlos en una escala en continua expansión.
Parte de la premisa de que la izquierda contemporánea
se halla en una situación
desesperada y que cualquier
proyecto transformador costara tiempo
,Limitamos nuestro análisis
en gran medida a las
democracias capitalistas occidentales,
con sus aparatos de podar político y
económico peculiares.
.Aunque
estas dinámicas son globales,
cualquier proyecto político que busque
transformar esta situación deberá responder necesariamente a condiciones particulares en el terreno. Si bien algunos principios centrales podrán traducirse entre contextos, su ejecución
tendrá que variar de acuerdo
con las distintas circunstancias. Con estas puntualizaciones en mente, ¿ Cómo puede construirse un mejor
futuro?. La estrategia clásica leninista de construir un poder dual
con un partido revolucionario y
derrocar al Estado es obsoleta. Los defensores del modelo de la Revolución bolchevique parecen más
útiles como creadores históricos que como guías para la política contemporánea.
De igual forma, la historia reciente de las revoluciones. Desde la revolución
iraní hasta la primavera árabe. Solo ha conducido a una combinación de autoritarismo teocrático, dictadura militar
y guerra civil. El enfoque reformista electoral
también es un fracaso. La idea de votar en un nuevo mundo se transformó en un alegre consenso. De elite de posguerra y se instaló dentro de
la ideología neoliberal en décadas recientes. En el mejor de los casos, este
tipo de reformismo está condenado a
mejorar el capitalismo y a actuar como una suerte de sistema homeostático mediado
políticamente. Y como ha demostrado el último ciclo de luchas, la
estrategia de la política folk de
priorizar varias formas de inmediatez no
ha logrado transformar la sociedad.
.Los esfuerzos fragmentados, las luchas
defensivas, las retiradas y los
destellos prefigurativos de actividad
han sido en gran medida in capaces de
contener la marea y más incapaces aun de
ganarle terreno al capitalismo global. De igual forma, sigue sin ser suficiente el hecho de afirmar que el progreso se ira resolviendo sobre la marcha o que las masas crearan un mundo mejor de
manera espontánea. Si bien no cabe duda
de que en cualquier lucha
existen elementos de suerte e
imprevisibilidad, la dificultad de
construir un nuevo mundo exige un
pensamiento estratégico previo. Nuestros esfuerzos deben organizarse de manera estratégica siguiendo ciertas
líneas generales, en lugar de dispersarse en una serie de logros parciales e inconexos. Como afirma la modernidad, el
progreso hacia un futuro mejor vendrá como resultado de una reflexión y una
acción consciente. Dadas las limitaciones
de estos enfoques , aquí sostenemos
que la mejor manera de ir hacia adelante es una estrategia que pueda
adaptarse desde posiciones de debilidad , escalar de lo local a lo global y que reconozca el
control que el capitalismo tiene sobre
todos los aspectos de nuestra vida, desde nuestros deseos más íntimos hasta los flujos financieros más abstractos .Una estrategia
contrahegemónica conlleva un proyecto para derrocar el sentido común neoliberal
dominante y rejuvenecer la imaginación colectiva.
.Fundamentalmente se trata de un intento por
instaurar un nuevo sentido común, que se
organice en torno a la crisis del
trabajo y sus efectos sobre el proletariado. En este sentido, con lleva un
trabajo preparatorio para momentos en
que estalle la lucha a gran escala, transformando nuestra imaginación social y
configurando nuestro sentir sobre lo que
es posible. Reúne apoyo y desarrolla un
lenguaje común para un mundo nuevo, buscando alterar el equilibrio del poder
como preparación para el momento en que una crisis altere la legitimidad de la sociedad. A
diferencia de las formas de la política folk, esta estrategia es expansiva, a largo plazo, no le teme a la abstracción ni a la complejidad y busca derrocar el
universalismo capitalista. Examinaremos tres posibles sedes de lucha. Contra los medios intelectuales,
culturales y tecnológicos de la hegemonía neoliberal .Examinaremos la hegemonía en un sentido teórico, mientras
que el resto del capítulo explorara ejemplos
de cómo ponerse en práctica un proyecto contra hegemónico, mediante
narrativas utópicas , una economía pluralista y la reorientación de las
tecnologías.
.Construir
el Consenso.
.En sus orígenes, la idea de Hegemonía, surgió
como una forma de explicar por qué la gente no se estaba revelando contra el
capital. De acuerdo con la narrativa marxista
tradicional, los trabajadores tenían que volverse cada vez más conscientes de la naturaleza explotadora del capitalismo
y, con el tiempo, se organizarían para trascenderla. Solía creerse que el capitalismo estaba produciendo un mundo cada vez más polarizado entre los
capitalistas y la clase trabajadora, en un proceso que apuntaba una
estrategia política en la que la clase
trabajadora organizada tomaría el
control sobre el Estado con medios
revolucionarios. Sin embargo, para los años veinte estaba claro que esto no iba a suceder en las
sociedades democráticas de Europa Occidental.¿ Cómo lograron el capitalismo y los intereses de las clases gobernantes afianzarse en las sociedades democráticas
casi sin utilizar la fuerza bruta? .El marxista italiano Antonio Gramsci
respondió que el poder capitalista dependía de lo que el llamo {hegemonía { , la
construcción del consenso de acuerdo con los dictados de un grupo particular . Un proyecto
hegemónico construye un {sentido común
{que instaura la visión del mundo específica
de un grupo como el horizonte universal
de toda una sociedad. Por estos medios, la hegemonía permite que un
grupo guie y gobierne a una sociedad
sobre todo mediante el consenso)
tanto activo como pasivo) , en lugar
de mediante la coerción. Este consenso
puede lograrse de varias maneras
..Mediante la formación de alianzas políticas
explicitas con otros grupos
sociales, la difusión de valores
culturales que apoyan una forma
particular de organizar la
sociedad. Por ejemplo la ética del trabajo inculcada por los medios y la
educación.., la convergencia de
intereses de clase ) por ejemplo, a los
trabajadores les va mejor cuando una
economía capitalista está creciendo, aun
cuando esto con lleve desigualdad y devastación medioambiental) y mediante
la construcción de tecnologías e infraestructuras que contengan el conflicto social de manera
silenciosa...por ejemplo, ampliando las
calles para evitar que se erijan barricadas
durante las insurrecciones…En un sentido amplio y difuso, la hegemonía permite que grupos
relativamente pequeños de capitalistas. .guíen. .a la sociedad en su
totalidad, aun cuando sus intereses materiales no coincidan con los de la
mayoría.
.Es de particular importancia, pues la
hegemonía no solo es una estrategia de gobierno para quienes están en el
poder sino también para los marginados
que buscan transformar la sociedad. Un proyecto contrahegemónico permite que
los grupos marginales y oprimidos
transformen el equilibrio del poder en
una sociedad y hagan posible un nuevo sentido común. Renunciar a la hegemonía implica, por tanto, abandonar la idea la idea básica de ganar
y ejercer el poder y consiste en perder
la fe en el importante
terreno de la lucha política. Si
bien hay quienes desde la izquierda
apoyan esta postura de manera explícita, en la medida en que los movimientos horizontales han sido
exitosos, han tendido a operar como una fuerza contrahegemónica. El principal
éxito de Occupy,transformar el discurso público en torno a la desigualdad, en
un excelente ejemplo de ello. Un
proyecto contra hegemónico buscara, por ende
derrocar un conjunto existente de
alianzas, sentido común y dominación por
consenso para instaurar una nueva
hegemonía. Tal proyecto buscara construir
las condiciones sociales desde las cuales pueda surgir un mundo postrabajo y requerirá de un enfoque expansivo que vaya más
allá de las medidas temporales y locales
de la política folk. Necesita de la movilización en distintos grupos sociales , lo cual
implica entrelazar una diversidad de intereses individuales en un deseo común por una sociedad
postrabajo…..Esto significa que
necesita toda una serie de acciones , como buscar la difusión de la
influencia mediática, intentar
obtener el poder estatal, controlar
sectores claves de la economía y diseñar
infraestructuras importantes. Este proyecto
requiere trabajo empírico y experimental para identificar las partes
de estos distintos campos que están operando para fortalecer la dirección general actual de la sociedad.
.La hegemonía ideológica del neoliberalismo,
por ejemplo, depende de una serie de ejemplificaciones materiales,
paradigmáticamente en el nexo del poder
gubernamental, la colocación en los medios y la red de grupos de expertos neoliberales. Como observamos en nuestro análisis del neoliberalismo, la SMP fue
especialmente hábil para crear una infraestructura intelectual
que incluía las instituciones y las vías materiales necesarias para
inculcar, encarnar y difundir su visión del mundo. La combinación de alianzas sociales,
pensamiento estratégico, trabajo ideológico e instituciones construye una capacidad para alterar el discurso
público. Aquí lo fundamental es la
idea -“ de la ventana de Overton “ el ancho
de banda de las ideas y opciones
que pueden discutir-
“realistamente” políticos, intelectuales y medios y que, por ende, son aceptadas
por el público. La ventana general de opciones realistas
surge de un complejo, nexo de causas
, quien controla los nodos clave en la prensa, y los medios emisores , el impacto
relatico de la Cultura Popular , el equilibrio relativo de poder en la mano
de obra organizada y los capitalistas , quien tiene el poder político ejecutivo, etcétera.
Por ello la izquierda debe desarrollar una hegemonía socio técnica. Tanto en la
esfera de las ideas y la ideología como en la esfera de las infraestructuras materiales. El
objetivo de tal estrategia, en un
sentido muy amplio, es trasladar la
actual hegemonía técnica, social, económica,
política y productiva, hacia un nuevo punto de equilibrio más allá
de la imposición del trabajo
remunerado. Esto necesitara de
una praxis experimental y de largo plazo
en múltiples frentes. Por tanto , un proyecto
hegemónico implica y responde a
la sociedad en tanto un orden complejo y emergente , resultado de diversas
prácticas que interactúan .Algunas combinaciones
de prácticas sociales conducirán a la inestabilidad , pero otras tenderán hacia resultados más estable.
Mientras las utopías buscan transformar la
hegemonía cultural del neoliberalismo, la educación constituye una institución
clave para transformar la hegemonía intelectual. Es el aparato educativo el que
adoctrina a las nuevas generaciones en los nuevos valores de una sociedad
particular, reproduciendo su ideología a lo largo de las décadas. En el sistema
educativo, el respeto por o en realidad, la sumisión al orden establecido
existente y las habilidades necesarias para ser distribuidos en los distintos
segmentos del mercado laboral. Transformar el sistema educativo de los intelectuales
es, por tanto, una labor clave en la construcción de una nueva hegemonía. No
por nada escribió Paul Samuelson, economista ganador del novel de economía,. No
importa quien escriba las leyes de una nación o quien componga sus tratados
avanzados, mientras yo pueda escribir sus libros de textos de economía...Los
proyectos que se enfoquen en cambiar este elemento institucional de la sociedad
podría concentrase en tres objetivos amplios...pluralizar la enseñanza de la
economía, revitalizar el estudio de la economía de izquierda y expandir los
conocimientos populares sobre la economía.
La diferencia entre un movimiento populista y
los enfoque de la política folk radica en la postura que a una las diferencias,
mientras que aquel busca construir un lenguaje
y proyectos comunes, la política
folk prefiere cualquier función universalizadora.. La movilización populista en torno
a una política antitrabajo debe
articularse un populismo de tal
manera que diversas luchas por la justicia social y la emancipación
humana puedan ver sus intereses expresados
en el movimiento. Es importante
que una política antitrabajo nos
brinde esos recursos, quizás esta sea
la mejor opción una coalición
entre rojos y verdes , siempre cuando
supere las tensiones entre un
programa de empleo y crecimiento
económico y un programa
medioambiental de menores emisiones de
carbono .El proyecto postrabajo es
inherentemente Feminista, pues reconoce el trabajo Invisible realizado sobre todo por mujeres ,
así como la Feminización del mercado laboral y la necesidad de proporcionar
independencia para la plena liberación
Femenina. Además este proyecto se
vincula con las luchas antirracistas en
las medidas en que las poblaciones negras y otras minorías
se vean afectadas desproporcionadamente por el alto
desempleo y la encarcelación
masiva , así como por la brutalidad policiaca
asociada a las comunidades sin trabajo.
Finalmente , el proyecto postrabajo se construye sobre las luchas poscoloniales
e indígenas con el objetivo de
proporcionar medios de subsistencia a la inmensa fuerza
del trabajo informal , así como
de movilizarse contra las trabas de la inmigración..
.Recordar
el futuro.
……Alimentados por la muy difundida creencia que el nuevo capitalismo industrial era temporal y que
no tardaría en surgir un mundo
mejor, los trabajadores lucharon de
manera combativa por este nuevo mundo. En un clima mucho más hostil que el
nuestro, la mano de obra fue capaz de
crear una gama de organizaciones fuertes
y de ejercer una presión
significativa. Los éxitos de ese entonces
fueron inseparables de una cultura utópica más amplia. Por el contrario
el mundo actual sigue firmemente
confinado a los parámetros del realismo capitalista. El futuro ha sido extinguido. Somos más propensos a
pensar en el colapso ecológico es
inminente, la creciente militarización inevitable y la creciente desigualdad
imparable. La ciencia ficción contemporánea está dominada por una actitud distópica, más resuelta
a registrar el declive del mundo
que las posibilidades de algo mejor. Las utopías, cuando se proponen, deben justificarse rigurosamente
e términos instrumentales, en lugar de que se les permita existir más allá de cualquier cálculo. Mientras tanto, en los
pasillos de la academia, el impulso
utópico ha sido castigado por ingenuo y fútil. Intimidad por décadas de
fracaso, la izquierda se ha apartado de
manera consciente de sus otrora grandes ambiciones.
Por mencionar un ejemplo , mientras
que en los años setenta existieron un feminismo radical y manifiestos que llamaban a una
sociedad fundamentalmente nueva , para
los años noventa estos se vieron
reducidos a una política identitaria más
moderada, y para la primera década del
siglo XXI las discusiones se vieron dominadas
por demandas aún más tibias para obtener el reconocimiento del matrimonio
entre personas del mismo sexo y para que las mujeres tuvieran las mismas
oportunidades que los hombres para alcanzar el puesto de director ejecutivo.
Hoy en día, el espacio de la esperanza
radical ha sido ocupado por una madurez supuestamente escéptica y una razón
cínica muy difundida. Y los objetivos de
la izquierda ambiciosa, que en algún momento buscaron la transformación total
de la sociedad, han quedado reducidas a un jugueteo menor en los márgenes de la sociedad.
.Creemos que una izquierda ambiciosa es esencial
para plantear un programa
postrabajo y que, para conseguirlo, debemos recordar
y reconstruir el futuro. Las utopías
son la encarnación de las
hipersticiones del progreso. Exigen que
el futuro se lleve a cabo, conforman un objeto del deseo imposible pero necesario y nos brindan
un lenguaje de esperanza y aspiración para un mundo mejor. Las denuncias de las
fantasías utópicas pasan por alto el hecho
de que es precisamente el
elemento de la imaginación lo que hace
de las utopías algo esencial para cualquier proceso político de cambio.
Si queremos escapar del presente, primero
debemos descartar los
parámetros establecidos del futuro
y abrir un nuevo horizonte de
posibilidad. Sin la creencia en
un futuro distinto, el pensamiento político radical quedara en principio excluido desde el principio .En realidad, las ideas
utópicas han sido fundamentales para
todos los momentos importantes de la
liberación, desde el liberalismo
temprano hasta los socialismos de
toda índole, el feminismo y el nacionalismo anticolonial. Tanto el cosumismo como el afrofuturismo, los sueños de la
inmortalidad, los sueños de
inmortalidad y la explotación espacial, señalan un impulso universal hacia el pensamiento utópico.
Incluso la revolución neoliberal cultivo el deseo de una utopía liberal alternativa frente al
consenso keynesiano dominante de su
época. Sin embargo, las utopías contrapuestas de izquierda se han quedado con muy pocos recursos desde el colapso de la Unión Soviética. Por
ello sostenemos que la izquierda, quizás, debe liberar el impulso utópico
de sus cadenas neoliberales para
expandir el espacio posible, movilizar
una perspectiva crítica sobre el momento presente y cultivar nuevos deseos.”.
.Estos
mundos, no solo modelan
soluciones, sino que iluminan los
problemas. Como apunta Slavoj Zizek en su discusión con Thomas
Piketyy, la demanda aparentemente modesta de
implementar un impuesto
global implica una reorganización
mundial de toda la estructura política global. Dentro de esta pequeña demanda
hay un impulso utópico implícito, dado
que las condiciones para hacerla
posible requieren una reconfiguración
fundamental de las circunstancias
existentes. De igual manera, la demanda de un ingreso básico universal ofrece una perspectiva desde la cual
la naturaleza social del trabajo, su aspecto domestico invisible y su extensión a todas las áreas de nuestra vida cobra una mayor visibilidad.
Las formas en que organizamos nuestra vida laboral, familia y social adoptan
una apariencia fresca cuando se miran desde una perspectiva de un mundo postrabajo.¿ Por qué dedicamos
una tercera parte de nuestra vida a
alguien más?.¿ Por qué insistimos en que
el trabajo doméstico ( llevado a cabo
sobre todo por mujeres) no se pague?.¿Por qué nuestras ciudades están organizadas en torno a desplazamientos laborales largos y deprimentes desde los
suburbios?. La demanda utópica del futuro
nos pide, por tanto, cuestionar todo lo que damos por hecho en nuestro
mundo. En este sentido, las utopías
pueden ser una negación del
presente como una afirmación de un futuro posible.”.
.Si la izquierda ha de contrarrestar el sentido común del neoliberalismo ( no hay dinero
suficiente, todos deben trabajar, el
Gobierno es ineficaz), el pensamiento
utópico será fundamental. Debemos
pensar en grande .El hábitat natural
de la izquierda siempre ha sido el futuro
y este terreno debe ser reclamado.
En nuestra época neoliberal, el impulso
hacia un mundo mejor se ha ido
reduciendo por las presiones y demandas de la vida cotidiana. En esta
represión, lo que se ha perdido es esa
ambición de producir un mundo que
exceda en lo existencial, en lo estético y en lo político- los fines miserables
de la cultura burguesa. Sin embargo,
como característica aparentemente universal
e irreprimible de las culturas
humanas, el pensamiento utópico puede surgir con fuerza bajo las condiciones de
mayor represión. Las inclinaciones utópicas
se desarrollan en todo el
espectro humano de los sentimientos y
afectos, encarnado en la cultura popular , la alta cultura, , la moda, la
planificación urbana e incluso la ensoñación
cotidiana. El deseo popular de exploración
espacial, por ejemplo, apunta a una
curiosidad y una ambición que yacen más allá del motivo económico. La tendencia
similar del afrofuturismo no sólo ofrece una imagen muy estilizada de un futuro mejor, sino de presión existente y una re memorización de las luchas pasadas. El imaginario postrabajo
también tiene varios precedentes históricos
en la escritura utópica., los cuales apuntan hacia una lucha constante por avanzar más allá de las limitantes del trabajo remunerado. Los movimientos
culturales y la producción estética deben desempeñar papeles esenciales para resucitar el deseo de la utopía y las visiones
inspiradoras de un mundo distinto.”
.Una
exploración del Neoliberalismo.
.Mientras las utopías buscan transformar la
hegemonía cultural del neoliberalismo,
la educación constituye una educación
clave para transformar la
hegemonía cultural. Es el aparato
educativo el que adoctrina a las nuevas generaciones en los valores de una sociedad particular., reproduciendo su
ideología a lo largo de las décadas. En el sistema educativo, los niños aprenden las ideas básicas de una sociedad, el
respeto por ( o, en realidad, la
sumisión) el orden existente y las habilidades necesarias para ser distribuidos en los distintos segmentos
del mercado laboral. Transformar el sistema educativo de los intelectuales es,
por tanto, una labor clave en la construcción
de una nueva hegemonía. No por
nada escribió Paul Saumeson. Economista
ganador del Premio Nobel: No me importa quien escriba las leyes de una nación
o quien componga sus trazados avanzados, mientras yo pueda escribir sus libros
de texto de economía”. Los proyectos que se enfoquen en cambiar
este elemento institucional de la
sociedad podrían concentrarse en tres
objetivos amplios: pluralizar la enseñanza de la economía, revitalizar el
estudio de la economía de izquierda y
expandir los conocimientos populares
sobre economía”.
.Para apoyar este proceso debería de haber un
movimiento para rejuvenecer la economía de izquierda. La ausencia de análisis
económicos de la izquierda pudo verse desde la crisis del 2008, cuando la
respuesta crítica más prominente fue un sustituto temporal del keynesianismo.
Buena parte de la izquierda carecía de un programa económico significativo y deseable, pues se
había centrado ante todo en criticar al
capitalismo en lugar de elaborar
alternativas. Se trata de una imaginación
utópica, aunque también de límites cognitivos. Se debe reflexionar
a fondo sobre una serie de fenómenos contemporáneos emergentes , como, por
ejemplo las causas y estancamiento
secular ; las transformaciones evocadas
por el cambio a una economía
informacional posescasez ; los
cambios originados por la
introducción de la automatización total y un ingreso básico universal;
los posibles acercamientos a la
colectivización de la manufactura y los
servicios automatizados; los potenciales
progresivos de los enfoques alternativos
a la distensión cuantitativa; las
formas más efectivas de descarbonizar los medios de producción ; las
consecuencias de los dark pools
para la inestabilidad financiera , etcétera. De igual forma, deberían
reactivarse las investigaciones como
podría ser el poscapitalismo en la práctica.
Más allá de algunos clásicos pasados de moda , de ha investigado muy
poco para reflexionar con
profundidad sobre un sistema económico alternativo y menos aún
tras la aparición de
tecnologías emergentes como la manufactura aditiva, los
vehículos que se manejan solos y la robótica suave. ¿Qué papel , por
ejemplo, podría desempeñar las criptodivisas no estatales ?¿ Cómo se mide el valor
si no es mediante el trabajo
abstracto o concreto?¿ Cómo se
mide el valor si no es mediante el
trabajo abstracto o concreto?¿ Cómo puede
darse cuenta de las preocupaciones ecológicas en un marco poscapitalista?¿Qué
mecanismo puede sustituir al
mercado y superar el problema del
cálculo económico socialista? ¿ Y cuáles son los posibles efectos de la baja tendencial de la tasa de ganancia?. Construir un mundo
poscapitalista es una labor tanto
técnica como política y, para
comenzar a pensar al respecto, la izquierda debe superar su
aversión generalizada a las matemáticas
y a la elaboración formal de modelos.
No es poca la ironía que
conlleva el hecho de que las mismas personas
que critican la abstracción de la
elaboración matemática de modelos suelan
adherirse a las lecturas dialécticas más
abstractas del capitalismo.
.Sin embargo, de la teoría monetaria moderna a la economía de la complejidad, de la economía ecológica a
la participativa, la trayectoria del
pensamiento innovador están despuntando, aun cuando siguen siendo
marginales. De igual manera,
organizaciones como la New Economics Foudantion
encabezan el camino para crear modelos económicos que pueden dar forma
a los objetivos políticos de la
izquierda, así como fomentar la
educación pública en cuestiones económicas. Este último pinto es de
particular importancia, pues aumentar el conocimiento económico no sólo significa transformar
la práctica de los economistas académicos, sino también hacer de la economía inteligible para
el no especialista. Los sofisticados análisis
de las tendencias económicas
deben vincularse con las instituciones
de la vida cotidiana. Si bien es posible que el resurgimiento de la economía de la izquierda se centre en la academia en el futuro cercano, el objetivo debería ser difundir dicha educación económica mucho más allá de los confines universitarios. Los
sindicatos podrían utilizar sus
recursos para educar a sus miembros sobre la naturaleza cambiante
de la economía contemporánea. Mediante programas de educación
interna, los trabajadores de base pueden empezar a ubicar los problemas en sus lugares de trabajo y comunidades dentro
de un contexto económico más amplio. Mediante la formación de activistas
pueden lograrse enfoques similares, cosa que en muchos casos ya se ha
hecho. Las escuelas abiertas ofrecen
otro medio para la educación, pues
brindan al público la oportunidad de
aprender ideas que la jerga académica
suele volver impenetrables y de la que está excluido por las
exorbitantes matrículas y tarifas de
publicación. En el Reino Unido existe
una larga tradición de programas educativos para la clase obrera de la que puede echarse mano como fuente de aprendizaje. Por ejemplo, la
Worker’s Educational Association ya
ofrece educación de bajo costa para adultos a las poblaciones. Estas
instituciones ofrecen formas para vincular el conocimiento económico abstracto
con el conocimiento práctico de
los trabajadores, activistas y miembros
de la comunidad, de manera que ambos se
den de forma uno a otro. La labor
sistemática de desarrollar el
pluralismo, la investigación económica y la educación pública
desempeñarán un papel
significativo en el fortalecimiento de las narrativas utópicas esbozadas anteriormente y pueden ofrecer las herramientas de
navegación necesarias para trazar una vía para salir del capitalismo.
.Reorientar
la Tecnología
…….El primer enfoque se concentra
en la invención y la
adopción de nuevas tecnologías y destaca que podemos crear herramientas de cambio. En este
sentido, hay quienes han demandado un mayor control democrático sobre el diseño y la implementación de las infraestructuras y tecnologías. En lugar de trabajo, esto implica luchas por sobre qué tecnologías se incluyen y cómo se usan. Dado que rara
vez, si no es que nunca , se
introducen todas las tecnología de golpe
, existe un largo periodo para
aprovechar el poder de golpe,
existe un largo periodo
para aprovechar el poder y
obtener control sobre cómo desarrollar e implementan las tecnologías. El rechazo a las medidas de vigilancia
es uno de los objetivos más
obvios, aunque la lucha
en lugar de trabajo también con lleva
resistirse a las tecnologías que solo intensifican, aceleran y empeoran las condiciones de trabajo. En el
ámbito estatal , hay un argumento igual
de fuerte a favor del control
democrático del desarrollo tecnológico,
dado que las innovaciones más importantes provienen
de la financiación del sector público
y no del privado .El Estado en
cabeza las revoluciones tecnológicas importantes : desde internet hasta la tecnología verde,
la nanotecnología, el algoritmo básico
del buscador Google y todos los componentes principales del ¡Phone y el ¡Pad de Aple. El
microprocesador , la pantalla táctil , el GPS, las baterías el disco duro
y SIRI son algunos de los
componentes derivados de la inversión gubernamental
.El hecho es que los mercados capitalistas
tienden al as visiones a corto
plazo y ala inversiones de bajo riesgo .Los gobiernos proporcionan
los recursos a largo plazo que permiten
el desarrollo y el florecimiento
de los principales cambios
innovadores y el capital de
riesgo contemporáneo tienen de cada vez más hacia
la generación de las ganancias
acorto plazo. Los gobiernos invierten
en proyectos de alto riesgo con
probabilidades de fracaso , pero
que, por la misma razón , pueden conducir
a cambios importantes,. Dado el
papel del Gobierno en el desarrollo tecnológico
y en la innovación de
productos de consumo, el financiamiento público
debería estar bajo control
democrático. Ello implicaría que los
gobiernos intervinieran no solo en el índice de desarrollo tecnológico sino, algo más importante,
en su dirección…
. ..Bajo un control democrático , este
tipo de desarrollo podría responder al os mayores problemas sociales del momento y fomentar el pensamiento a gran escala
utilizando, por ejemplo, bancos de inversión estatal
para moldear el valor social de
los proyectos mediante las decisiones de financiación. Un gobierno
que piense hacia adelante podrá
apoyar proyectos orientados a una misión como la descarbonización de la economía, la completa automatización del trabajo, la
ampliación de las energías renovables de
bajo costo, la exploración de la
biología sintética, el desarrollo de medicinas de bajo costo, el apoyo a la exploración
espacial t la construcción de
inteligencia artificial. El reto es desarrollar mecanismos institucionales que permiten el control popular sobre la dirección de la creación
tecnológica…El control público sobre la forma en que el gobierno gasta sus
fondos en el desarrollo también estaba
en el centro de una de serie de luchas laborales en los
años setenta., En experimentos que
llevan ya mucho tiempo en el olvido , algunos trabajadores en el Reino Unido y Japón
( y más adelante en Brasil, la India y Argentina) buscaron
canalizar el desarrollo tecnológico hacia la producción de “ bienes socialmente
útiles”. Estos bienes respondían a necesidades
sociales y se producían de tal forma
que se minimizaba el gasto, eran ecológicamente sustentables y y respetaban a los trabajadores y sus capacidades…………
Al final, empero, el estancamiento del partido Laborista y los sindicatos nacionales, combinando con
el viraje emergente del neoliberalismo ,
impidió que el Plan Lucas , plan
diseñado en producir componentes de alta
tecnología y que iba a recibir una financiación
gubernamental importante , que en principio estaba orientado al
ejército, ante el creciente desempleo
estructural y los despidos inminentes,
se unieron un grupo de empresas para desarrollar propuesta alternativas para poder seguir administrando las
empresas y conservar los empleos. Para
desarrollar las propuestas de producción
de bienes socialmente útiles, implicaron a los trabajadores, sus
capacidades, propuestas, equipos y buscaron
que sus comunidades decidieran colectivamente como podían reorientarse esas
tecnologías y capacidades distintas en
lugar de a equipos de alta tecnología a
diseñar y producir tecnologías médicas ,
energía renovable, mejoras en la seguridad
y tecnología de calefacción de viviendas etc…Sin embargo ,los
éxitos que logro- desacelerar pérdidas
de empleos- fueron en buena medida
resultado de ir más allá de los
enfoques defensivos y hacia la creación
de alternativas……..
..A principios
de los años setenta hubo en Chile un proyecto de reorientación aún más
ambicioso. El Gobierno recién electo de Salvador Allende buscó transformar
Chile en un país socialista mediante un cambio gradual, implementando por
medio de las instituciones económicas y
políticas existentes. Parte crucial de
este proceso fue el desarrollo de Cybersyn , un intento innovador de planificación económica descentralizada que buscaba vincular a empresas
en todo el país con las
funciones gubernamentales y
burocráticas. El proyecto implicaba el
desplazamiento de la cibernética de lo que a menudo se ha criticado por un sistema de control hacia una infraestructura de socialismo democrático. El sistema
Cybersyn no se concibió para un Gobierno central omnipotente
y externo sino como un
modulador parcial e interno de los
continuos flujos económicos. Su
intención era brindar a los trabajadores
la oportunidad de opinar sobre el
proceso de planificación y permitir que
las fábricas se auto administraran, todo
ello al tiempo que daba una orientación racional a la economía del país. Para
cumplir estos objetivos ,Cybersyn debía incluir
un prointernet que vinculara las fábricas ,un simulador económico para probar las políticas, un analizador estadístico para predecir los
problemas y una sala de operaciones
tomado directamente de la ciencia
ficción. Sin embargo, la hostilidad
estadounidense hacia el país volvió prácticamente imposible
la adquisición de nuevas
computadoras y los tratos con Francia solo dieron frutos tras el derrocamiento
de Allende.. El resultado fue que los esfuerzos
de Chile por construir un socialismo
cibernético tuvieron en gran medida que reorientar las tecnologías existentes para tener posibilidades de éxito.
Se trató de una suerte de trabajo de bricolaje que utilizó lo que tenía a mano para
improvisar algo nuevo……..En efecto como apunta el conocido historiador de Cybersyn : “ La red ofreció una
infraestructura de comunicaciones para vincular
la revolución desde arriba, en cabezada por Allende, con la revolución desde abajo, encabezada por
los trabajadores chilenos y miembros de las organizaciones de base…En otras
palabras , la huelga mostró el potencial
de Cybersyn para reorientar la
infraestructura de la sociedad hacia
fines democráticos y socialista. Hizo posible
una visión históricamente única y
prometedora de cómo podría haber sido un futuro alternativo. Así, al
final, este experimento ofrece un ejemplo
imaginativo y utópico de la reorientación de los principios cibernéticos,
la tecnología chilena existe y el software de avanzada.
…Un nuevo mundo deberá construirse no sobre
las ruinas del viejo, sino sobre los
elementos más avanzados del presente.
Hoy en día vemos por doquier los
potenciales ocultos de este enfoque en el hecho de que la tecnología para alcanzar los objetivos clásicos de la
izquierda (trabajo reducido, una mayor
abundancia, un mayor control democrático) estám más disponibles que nunca. El problema es que siguen estando encerradas dentro de
relaciones sociales que
oscurecen estos potenciales y les quitan su poder. En este
contexto. La demanda de reorientar y reflexionar
sobre las tecnologías tiene como objetivo volver a encender una
imaginación utópica en el seno
de un capitalismo estancado. Ya existe
toda una gama de posibilidades…..
.. El armamento nuclear, que requiere la
capacidad producir destrucción masiva,
tampoco tendría lugar en un mundo
poscapitalista. No obstante, en su mayoría,
las tecnologías serán más ambiguas. Si bien la tecnología diseñada para reducir la mano de obra especializada
permite el dominio de una clase
directiva, también abre espacios para
compartir y reducir el trabajo.. Si bien la tecnología que reduce los costos de producción reduce el porcentaje de empleados, también
reduce la necesidad de que las personas trabajen. Si bien
una tecnología que
centraliza la toma de decisiones sobre la infraestructura facilita el control
privado, también ofrece un punto nodal
para la toma de decisiones colectiva.
Estas tecnologías encarnan ambos potenciales
al mismo tiempo y la labor de
reorientación es hallar la forma de alterar el equilibrio entre ellos. Uno de los
objetivos de cualquier izquierda
orientada hacia el futuro podría esbozar
estos parámetros generales de
decisión y emprender más investigaciones y análisis para determinar cómo las tecnología específicas podrían reorientarse y movilizarse
hacia un proyecto poscapitalista”.
..Sin embargo, hemos de ser claros: sin un
cambio simultáneo en las ideas hegemónicas de la sociedad., las nuevas tecnologías continuarán desarrollándose por
las vías capitalistas y las viejas permanecerán
comprometidas con los valores capitalistas.
De ahí que esta estrategia hegemónica sea necesaria
para cualquier proyecto que
busque transformar la sociedad y la economía. Y , en muchos sentidos , la
política hegemónica es la antítesis de la política folk.. Busca persuadir e influir , en lugar de suponer una politización espontánea ;
busca encontrar formas de poder social de larga duración y no temporales , y opera en ámbitos
que no suelen ser superficialmente “políticos” , en lugar de
concentrarse en los medios políticos más
espectaculares , Como las manifestaciones en las calles. Una estrategia
contrahegemónica incluiría esfuerzos
por transformar el sentido común de la sociedad , revivir una
imaginación social utópica, repensar las
posibilidades de la economía y , con el tiempo , reorientar las infraestructuras tecnológicas y económicas .Ninguno de estos
pasos basta por sí solo, pero son
ejemplos de cómo pueden emprenderse acciones para construir las condiciones sociales y materiales
para un mundo postrabajo: todos ellos preparan el terreno para un momento en que el cambio transformador
pueda ocurrir , sustentado por un movimiento de masas. No obstante hasta ahora, sigue siendo abstracta .Lo que
se necesita es una idea de cómo exactamente una estrategia contrahegemónica podría cobrar fuerza en el
mundo real .La hegemonía debe crearse y
el poder, construirse .A continuación, veremos cómo puede crearse ese poder y
quién puede construirlo.
.Construir
el poder.
…….No obstante, la construcción de un mundo postrabajo implicará una transformación social a gran escala y requerirá una cimentación de
la capacidad para el uso del poder. Este
capítulo sostiene que, con el fin de
instalar un nuevo orden hegemónico, serán necesarias al menos tres cosas: Un
movimiento populista de masas, un ecosistema
de organizaciones sano y un análisis de los puntos de ventaja. Las
cuestiones de unidad de clase y formas de organización son temas de debate perenne
entre la izquierda. Se piensa que la
unidad de clase genera redes de solidaridad, fuerza numérica, confianza y
conciencia sobre los intereses comunes.
.Una
izquierda populista.
…La respuesta más obvia es una que ya hemos
visto: población excedente en crecimiento. De hecho, conforme los trabajadores
de los países desarrollados caen en la precariedad y conforme cada vez más personas a nivel global se
incorporan como mano de obra “libre” al capitalismo, la condición proletaria
básica empieza a carectizar a una franja más amplia de gente. Todos somos, como
argumentaba Marx, pobres en potencia. Así, a primera vista, estas
tendencias parecen apoyar la narrativa marxista tradicional, según la
cual la clase trabajadora debería haber
alcanzado una posición dominante al incorporar a un número creciente de
personas y simplificar su posición económica. Concentrada en fábricas
industriales cada vez más grandes, la
clase trabajadora estaba supuestamente
destinada a unirse en términos
físicos (compartiendo espacio), en
términos de intereses (reducción del trabajo, salarios más altos) y, con el tiempo, en términos de conciencia ( al
estar al tanto de su posición de proletariado). La descualificación de la mano de obra
eliminaría jerarquías entre los
trabajadores especializados y no especializados, al tiempo que la alta demanda
de mano de obra significaría que el capital le importarían poco las divisiones basadas en
la identidad ( por raza, género o nacionalidad)…
.Esta clase-paradigmáticamente compuesta por trabajadores fabriles blancos y
varones- estaba destinada, se creía, a convertirse en una clase grande,
homogénea y poderosa, lo cual la colocaría a la vanguardia de una revolución
poscapitalista. Pero eso no sucedió: la clase trabajadora se fragmentó, sus
estructuras de organización se colapsaron
y hoy día “ ya no hay una sola fracción de clase que pueda hegemonizar a toda
la clase “.
….Y hay algo tal vez más fundamental: si la
desindustrialización ( la automatización
de la manufactura) en un estadio
necesario en el camino hacia una sociedad poscapitalista, la clase
trabajadora industrial nunca habría podido ser el agente del cambio. Su existencia misma se predicó
sobre las condiciones económicas
que debían ser eliminadas en la
transición al poscapitalismo. Si la
desindustrialización es un requisito
para la transición al poscapitalismo,
era inevitable que la clase trabajadora perdiera su poder
en el proceso :ésta se fragmentaría
y colapsaría , tal como lo hemos visto en décadas recientes.
Así, pues , ¿ quién puede ser hoy el sujeto de transformación? .Pese al tamaño cada vez
mayor de la población excedente y la pauperación común al proletariado , debemos aceptar
que no existe una respuesta fácil. Las
distinciones entre empleados y desempleados
, trabajadores formales e informales, coincide
con el declive de un agente de
transformación cohesionado. La fragmentación
de los grupos tradicionales de resistencia y revuelta, así como la descomposición generalizada
de la clase trabajadora, supone
que la tarea de hoy debe ser la
de tejer un nuevo “nosotros” colectivo.
No hay un grupo preexistente que encarne
los intereses universales o que constituyan la vanguardia necesaria
para este proyecto de transformación: ni el trabajador industrial, ni el trabajador intelectual, ni el lumpen proletariado. Entonces, ¿cómo
articular un pueblo a la luz de la fragmentación del proletariado?. En la
práctica, existen varias maneras de
organizar una convergencia. Como vimos, el enfoque marxista clásico
presuponía que las tendencias del capitalismo intensificarían la división
entre clases y conducirían a la
unidad del proletariado. También hay quien ha defendido la unidad sobre la base de intereses genéricos comunes- las necesidades biológicas, por ejemplo--, pero un interés
comú de mínimos tiende a traducirse en
demandas mínimas. En contraste , en los movimientos Occupy la unidad
solía surgir de la
proximidad física: los cuerpos trabajan
y vivían juntos en los campamentos. Sin embargo, esa unidad a menudo recubría las diferencias reales, convirtiéndose así en poco más que una frágil fachada. Cuando se destruía la proximidad
física, en el desmantelamiento de los
espacios ocupados, la unidad no
tardaba en colapsar”.
……Al nombrar al enemigo, es posible que un amplio abanico de personas vea demandas e intereses expresados en el movimiento.
Occupy, por ejemplo, nombró al 1 por% .Podemos nombró “ a la casta” y Syriza
nombró a la Troyka.
Tal como sucede cuando se nombra al pueblo,
dar nombre al antagonismo tiene cierto nexo con los hechos empíricos,
pero no está necesariamente atado a
ellos. Por ejemplo la división que
planteó Occupy entre el 1 y el 99 % en un antagonismo que movilizó a la gente pese a su falta
de precisión empírica .Nombrar al pueblo y a su oponente es un acto
político, no una afirmación científica. Tanto el pueblo como el antagonismo de
la sociedad se constituyen, por ende, a
través de un acto de nominación. Esto representa una respuesta
ante la imposibilidad de medir
antagonismo en la sociedad a partir de la pura necesidad histórica, en una época
en que las identidades de clase se han
fragmentado y las diferencias han proliferado.
Sin embargo, para que surja el “pueblo” del populismo son necesarios elementos adicionales. En primer lugar, una
demanda o lucha particular debe colocarse en el lugar de todas. El movimiento Occupy , por ejemplo, movilizó una serie de reclamos locales , regionales y
nacionales que se entretejieron bajo la
lucha contra la desigualdad. En casos como éste, no es un grupo particular el que busca el reconocimiento de la sociedad, sino que ese grupo
particular habla universalmente
por la sociedad. Para que esto suceda , empero, el grupo debe ser visto como encarnación de múltiples intereses, es decir,
no sólo debe representar sus
intereses propios sino que debe
llegar a reflejar un amplio conjunto de intereses,. En un movimiento tradicional
de clase trabajadora, los intereses
comunes serían suficientes para asegurar la alianza de todos, pero, en un
movimiento populista, la ausencia de una
unidad inmediata basada en intereses
materiales significa que la cohesión
está siempre plagadas por una
tensión entre la lucha que se erige en
nombre de las demás y todas las demás luchas.
El populismo implica, entonces, una continua negociación de las diferencias y los
particularismos y busca establecer un
lenguaje y un programa comunes pese a
cualquier fuerza centrífuga. La diferencia entre un movimiento populista
y los enfoques de la política folk radica
en la postura que asume hacia las
diferencias : mientras que aquél
busca construir un lenguaje y un proyecto comunes, la política folk
prefiere que las diferencias se expresen
en tanto diferencias y evita
cualquier función
universalizadora.”
.La movilización populista en torno a una
política antitrabajo debe articular un
populismo de tal manera que diversas
luchas por la justicia social y la emancipación humana puedan ver sus intereses expresados
en el movimiento. Es importante
que una política antitrabajo nos brinde
esos recursos ; quizás ésta sea
la mejor opción para una colación entre
rojos y verdes, siempre y cuando se supere las tensiones entre un programa de empleo y crecimiento económico
y un programa medioambiental de
menores emisiones de carbono. El
proyecto postrabajo invisible realizado
sobre todo por mujeres, así como la feminización del mercado laboral y la
necesidad de proporcionar independencia económica para la plena liberación
femenina. Además, este proyecto se
vincula con las luchas
antirracistas en la medida que las
poblaciones negras y otras minorías se ven afectadas desproporcionalmente por el alto desempleo y la encarcelación masiva,
así como por la brutalidad policiaca
asociada a las comunidades sin trabajo. Finalmente , el proyecto postrabajo se construye sobre las luchas poscoloniales e indígenas
con el objetivo de proporcionar medios
de subsistencia a la inmensa fuerza de trabajo informal, así como de movilizarse contra las trabas de la inmigración…..Las
demandas constituyen un medio clave para construir unidad y, por tanto, deben
estar conectadas de manera
múltiples con personas
diferentes….Finalmente , aunque el proyecto postrabajo exija una centralidad de
clase , no es suficiente movilizarse sólo sobre la base de los intereses de clase . Es preciso reunir
un amplio espectro de necesidades
sociales como fuerza activa y transformadora.. El populismo responde a esta
necesidad. No obstante, la negociación de lo común con respeto a los eslóganes,
las demandas, los signos y las
identidades no puede ser el nivel primario sobre el cual se conduzca la política…….Ese
movimiento debe abocarse a construir formas hegemónicas de poder en toda diversidad , tanto dentro como fuera del Estado.
.Ecología
Organizativa
.La organización es un mediador clave entre el
descontento y la acción efectiva: transforma
acierto número de personas en una
forma de poder cualitativamente
distinta. Tal como lo dejaron claro el movimiento Occupy, el movimiento contra
la guerra o el movimiento contra la globalización, el problema con la izquierda no es por fuerza de números brutos.
Cuantitativamente, la izquierda no es
mucho más “débil” que la derecha…pero en
lo que respeta a su capacidad de
lograr la movilización popular parece que ocurre lo contrario. Sobre todo
en lo que hace referencia a la crisis, la izquierda eminentemente
capaz de lanzar un movimiento populista. El problema está en el siguiente paso: cómo se organiza y se despliega esa fuerza. Para la política folk , la organización ha significado un fetichista con
enfoques localistas y horizontalitas que a menudo
socavan la construcción de un
proyecto contrahegemónico expansivo. Ese
fetichismo organizativo es uno de los
aspectos más nocivos del pensamiento reciente de la izquierda : la creencia en que sólo si se desarrolla la forma
de organización correcta , el
éxito político se desprenderá de ella.
La política folk es culpable , pero lo
mismo puede decirse también de muchas
posturas ortodoxas : la gama de curas
milagrosas propuestas para el declive del poder de la
izquierda incluye sindicatos
vanguardias, grupos afines y partidos políticos.”……
.El argumento
simple contra el fetichismo
organizativo es que un proyecto
político requiere división del trabajo. En un movimiento político exitoso , hay diversas tareas esenciales que deben realizarse : creación de
conciencia, asistencia legal, hegemonía
mediática, análisis del poder, propuestas políticas, consolidación de una memoria de clase, y liderazgo, por
nombrar unas cuantas . Ningún tipo de
organización es por sí solo suficiente
para cumplir con todos los roles
y llevar a cabo un cambio político
a gran escala. Por tanto, no buscamos
promover ninguna forma
organizativa como medio ideal
para concretar los vectores de la
transformación. Cada movimiento exitoso ha sido
resultado de una amplia ecología
de organizaciones y no solo de un modelo
organizativo. Dicha ecología ha funcionado de manera más o menos coordinada para poner en marcha la división del trabajo que la transformación política necesita. En
el proceso del cambio surgen líderes, pero no hay un partido de vanguardia. Una
ecología de organizaciones significa pluralismo de fuerzas capaces de retroalimentar positivamente sus fortalezas relativas, tiene que
movilizarse bajo la visión común de un
mundo alternativo, más que con alianzas
laxas o pragmáticas, y conlleva el desarrollo
de un abanico de
organizaciones ampliamente compatible”.
.
.Esto quiere decir que la arquitectura general de tal ecología es una forma relativamente descentralizada e
interconectada, pero que, a diferencia
de la norma de la visión horizontalista,
incluya, asimismo, grupos jerárquicos y
cerrados como elementos de una red más
amplia. En última instancia, no hay una forma
organizativa privilegiada. No todas las organizaciones necesitan un carácter participativo, abierto
y horizontal como ideal regulativo. Las
separaciones entre levantamientos
espontáneos y longevidad organizativa, entre deseos a corto plazo y estrategias
a largo plazo han dividido lo que
debería ser un proyecto ampliamente consistente para la
construcción de un mundo postrabajo. La
diversidad organizativa debe
combinarse con la amplia unidad populista.
Una revisión rápida de cómo podría operar esta ecología nos dará una idea del posible
funcionamiento de estas propuestas
en conjunto. Esto sólo puede ser
muy esquemático, dadas las particularidades
de cualquier lucha y la
complejidad de todos los asuntos
relacionados. De manera inevitable, , un
ecosistema de organizaciones se forja en
circunstancias específicas, y las
distintas decisiones se toman de
cara a distintos contextos políticos. Dicho lo cual, un
movimiento social amplio sería esencial para cualquier política antitrabajo, pues
permitiría una extensa gama de
composiciones organizativas y tácticas.
En una punta del espectro tenemos los estallidos transitorios de energía
política a través de
revueltas y protestas espontáneas……
Tales brotes tal vez no formulen
demandas complicadas, pero exigen una respuesta. Por otra parte, en
modalidades ligeramente más organizadas, los movimientos sociales adoptan los
enfoques de la política
folk vistos en décadas recientes. Funcionar con los principios fe la democracia directa puede propiciar ciertos objetivos , como dar voz a la
gente, crear un sentido poderoso
de agencia colectiva y
posibilitar la articulación de perspectivas diferentes. También puede
fomentar la creación de una
identidad populista y empoderar a las personas para que empiecen adverse
como un colectivo. Sin embargo,
estas organizaciones de política
folk han carecido de la perspectiva estratégica
necesaria para transformar
escenas espectaculares de
protesta y amplios movimientos
populistas en acciones efectivas
a largo plazo. Con frecuencia , es la
capacidad hegemonizadora de otras organizaciones más institucionalizadas y a
largo plazo lo que, aplicado a demandas , tácticas y estrategias
de movimientos relativamente efímeros, determina el efecto vital de la
protesta. Los movimientos de
ocupación más exitosos en los años
recientes han sido los que han fomentado vínculos con los movimientos laborales ( en
Egipto, por ejemplo) y/o con partidos políticos. En Islandia (una
puntualización mía 300.000 habitantes), los grandes éxitos de las protestas se alcanzaron cuando se votó una
candidatura entre rojos y verdes tras expulsar a la Administración
conservadora (añado una puntualización no escrita. Pero los que siguen mandando
en la economía los controladores de las grandes bolsas de petróleo y los
abundantes bancos de pesca). , mientras
escribimos, España muestra el potencial
que surge cuando los movimientos sociales se involucran en una estrategia dual, tanto dentro del sistema partidista como
fuera de él. Si una transformación social importante como la de un proyecto
postrabajo ha de ocurrir, vendrá a lomos
de un movimiento de masas, antes que de un simple decreto de alturas. Los
movimientos populistas en las calles serán sus elementos esenciales”( añadir de
aquí surgió Podemos, por eso los autores no lo citan).
.La mayoría de las personas considera
inútil la jerga académica y con razón. Las organizaciones de
medios de izquierda no deberían rehuir
una faceta accesible y entretenida , ni tampoco cosechar ideas a partir
del éxito de sitios
populares en internet. La izquierda se ha concentrado típicamente
en crear espacios mediáticos
fuera de los principales canales,
en lugar de tratar de cooptar
a las instituciones
existentes y de filtrar ideas
más radicales dentro de los principales medios. Muy a menudo , las
organizaciones informativas de izquierda
determinan por cantarle al coro,
impulsando narrativas que nunca escapan de su propia
caja de resonancia insular. . Internet ha permitido
que todo el mundo tenga voz,
pero no ha hecho posible que todo
el mundo tenga un público. Los
medios de comunicación principales, aún
son indispensables para esto y continuarán
siéndolos en el futuro. Su
capacidad para influir y alterar la opinión pública dando
forma a lo que es y no es “realista” todavía es sorprendentemente fuerte. Si un proyecto contrahegemónico ha de ser exitoso, necesitará inyectar
ideas radicales en los medios de comunicación y no sólo construir públicos cada vez
más fragmentados fuera de ellos……Junto
con los medios, las organizaciones
intelectuales son componentes
indispensables de cualquier
ecología política. Éstas van desde grupos
de expertos hasta departamentos universitarios cautivos y otras
instituciones de educación, pasando por organismos de formación
y de creación de conciencia
laxamente organizados. Ahora bien, construir hegemonía no significa por fuerza
enviar decretos desde las organizaciones intelectuales de vanguardia. No por nada,
Gramsci, el pensador principal de la
hegemonía, también dio con la idea del “intelectual orgánico”; ese
intelectual estrechamente vinculado con y surgido de las fuerzas materiales y
económicas clave dentro de la sociedad. Los intelectuales orgánicos participan en la vida práctica como organizadores y como constructores. Una infraestructura
intelectual de izquierda que funcione adecuadamente apoyará a las instituciones que identifica en su misma línea general de visión del mundo y participará en ellas difundiendo su trabajo y, allí donde
sea posible, proporcionando recursos. En un mundo complejo, nadie tiene una visión privilegiada de la totalidad y, por ende, una esfera intelectual
sana tendrá intelectuales con
perspectivas múltiples. Esto
combinará bien con investigaciones en el terreno llevadas a cabo
por los trabajadores- investigaciones
que examinen, por ejemplo, la forma en que funciona la logística de la venta
al por menor y el potencial para interrumpirla o que un análisis
detallado de las redes de poder
locales como medio para lograr un cambio-.
Además del trabajo de esos intelectuales orgánicos, hay tareas que sólo pueden llevar
a cabo grupos de especialistas
capaces de mantener cierta distancia respeto del alboroto de la
política cotidiana. Tal como lo entendió la Sociedad Mont Pelerín, algunos
esfuerzos intelectuales necesitan
dedicarse a menos a las
preocupaciones inmediatas y apremiantes
y más al desarrollo de propuestas
a largo plazo. Entre éstas se contarían
empresas vitales como el
desarrollo de nuevas formas de organizar y entender la economía, lo cual requiere de conocimiento
técnico e investigación a largo plazo.
Finalmente, este trabajo debe repercutir
en las redes de actores políticos
y narrativas sociales para alcanzar un
efecto pleno…
Estas condiciones están definidas hoy en día
por la crisis emergente del trabajo. El aumento de poblaciones excedentes, el
retorno a la precariedad, el estancamiento de los salarios y la
recuperación dolorosamente lenta del empleo presentan
en conjunto los desafíos
principales que enfrenta el modelo tradicional de sindicalismo. Conforme la distinción entre trabajo y vida se desmorona, la
seguridad laboral desfallece y la
creciente deuda personal acecha en el
fondo, los problemas que rodean al
trabajo tienen efectos que van mucho más
allá de lugar del trabajo. Estas condiciones sociales en trasformación alteran la relación entre el sindicato, sus miembros y la
comunidad general. Lo anterior
exige, en primer lugar, reconocer la
naturaleza social de la lucha y salvar
la distancia entre el lugar de
trabajo y la comunidad. Los problemas
en el trabajo se desbordan hacia
el hogar y hacia la comunidad, y
viceversa. A su vez , un apoyo
crucial a la acción sindical proviene de la comunidad y a los
sindicatos les iría mejor
si reconocieran su deuda con el trabajo invisible de aquellos
que están fuera del lugar del trabajo.. No se trata sólo de trabajadoras
domésticas, que reproducen las
condiciones de vida de los trabajadores asalariados, sino
también de los trabajadores migrantes, ,
los trabajadores precarios y el amplio espectro de aquellas poblaciones
excedentes que comparten las
miserias del capitalismo .La atención
que se presta a los sindicatos debe extenderse entonces más allá del apoyo
a los miembros que pagan sus cuotas…
.Conclusiones.
Entonces, ¿dónde nos encontramos?. Hoy día ,
arruinado por sus tendencias hacia la política folk , el último ciclo de luchas se ha agotado y la
indignación de masas se combina por doquier
con la impotencia de las masas .
Hemos sostenido que la vía más
prometedora para seguir hacia adelante reside en reclamar la modernidad
y atacar el sentido común
neoliberal que condiciona todo, desde las discusiones de políticas más recónditas
hasta los estados emocionales más
alegres. Este proyecto contrahegemónico sólo puede lograrse imaginando mundos mejores – y yendo más allá de las luchas defensivas-
.Hemos esbozado un posible proyecto
en la forma de una política
postrabajo que nos libere para crear
nuestra propia vida y comunidades
.Para ganar las batallas políticas necesarias para conseguirlo, tendremos que organizar
una izquierda populista , en términos
generales, construyendo el ecosistema
de organizaciones necesario para una política de amplio espectro en varios, frentes y sacando ventaja
de puntos clave del poder allí donde sea posible…..
.Sin embargo, una plataforma postrabajo sí nos proporciona un nuevo equilibrio hacia el cual apuntar y, así, completar el cambio de una socialdemocracia al
neoliberalismo y a una nueva hegemonía postrabajo. Creemos que esta
plataforma concentra las tares
del presente y ofrece un punto
estable desde el cual buscar otras
ganancias emancipatorias. Como ocurre con cualquier estructura de este
tipo, sus creadores nos pueden predecir
del todo cómo será utilizada. Si bien
una plataforma incluye ciertas restricciones y oportunidades, éstas no
determinan de manera exhaustiva las formas de vida que aquélla hará posibles.
Antes que pretender cerrarlo, una plataforma deja el futuro abierto. Cuando
está ideada correctamente, su éxito reside justo
en permitir que la gente siga
construyendo sobre ella,. Con una plataforma
postrabajo, es posible que la gente empiece a participar
más en los procesos políticos o
que se retire a mundos individualizados
conformados por espectáculos
mediáticos. Sin embargo, debido al cambio de ética laboral que se requiere para una sociedad postrabajo, hay razones
para tener esperanzas. Un proyecto semejante demanda una
transformación subjetiva en el proceso
:potencia las condiciones para una trasformación más amplia
de los individuos egoístas formados por el capitalismo a formas
comunales y creativas de expresión social liberadas por el fin del trabajo.
.Las demandas
genéricas de experimentar, crear
y prefigurar son comunes, pero las
propuestas concretas a menudo
enfrentan una ola de críticas que
describen todas las cosas que podrían salir mal. A la luz de esta tendencia
dual – hacia la novedad , pero contra los riesgos inherentes
que celebran acontecimientos
espontáneos cobra claridad .El
acontecimiento ( como ruptura revolucionaria) se convierte en expresión
del deseo de novedad sin responsabilidad. El acontecimiento
mesiánico promete destrozar nuestro mundo estancado y conducirnos
a una nueva etapa de la historia, convenientemente libre del difícil trabajo
que es la política. La dura tarea que tenemos en construir mundos nuevos, reconociendo que éstos generaran problemas nuevos : Las mejores
utopías siempre se hallan atravesadas
por el desacuerdo.
.Después
del Capitalismo.
…..Una narrativa popular ve la competencia intercapitalista como impulsora de los cambios tecnológicos en
el proceso de producción, mientras que el capitalismo consumidor demanda un conjunto de productos cada vez más diferenciados. Al
mismo tiempo, empero, el capitalismo ha
puesto obstáculos sustanciales en el camino al desarrollo tecnológico
.Aunque la bien cuidada imagen del
capitalismo comprende la toma de riesgo
dinámica y la innovación tecnológica,
esta imagen en realidad oculta la
verdaderas fuetes del dinamismo en la
economía. Avances como los
ferrocarriles, internet, las computadoras,
los vuelos supersónicos, los viajes espaciales, los satélites, los medicamentos, el software
de reconocimiento de voz, la nanotecnología, las pantallas interactivas
y la energía limpia han sido alimentados
y guiados por Estados, no por empresas….
.Las inversiones de alto riesgo y las nuevas tecnologías son demasiado riesgosas para que los capitalistas privados inviertan en ellas: figuras como Steve Jobs y Elon Musk ocultan astutamente su dependencia parasitaria
de avances dirigidos por el Estado.
De igual forma, los proyectos multimillonarios a gran escala son impulsados en última instancia, por objetivos no económicos
que exceden cualquier análisis de costo-beneficio. En realidad, tan
ambiciosos proyectos a gran escala se ven
obstaculizados por restricciones basadas en el mercado, pues un análisis
sobrio de su viabilidad en términos
capitalistas revela que son
profundamente decepcionantes. Además , algunos beneficios sociales ( como os que ofrecía la vacuna Ébola , por
ejemplo) se dejan sin explorar por su reducido potencial en cuanto
a ganancias, mientras que en
algunas aéreas ( como la energía
solar y los automóviles eléctricos
) puede verse a los capitalistas impidiendo de manera muy activa
el progreso, cabildeando para eliminar los subsidios estatales a la energía verde e implementación de leyes
que obstruyen un mayor desarrollo. Toda
la industria farmacéutica ofrece un
ejemplo especialmente devastador en torno a los efectos de la monopolización de la propiedad intelectual, mientras la
industria de la tecnología está cada vez más plagada de troles de patentes.
Así el capitalismo atribuye el desarrollo tecnológico
a fuentes equivocadas, pone a la
lista, limitada imaginación social
dentro de los parámetros de los
análisis costo-beneficio y ataca las innovaciones que perjudican las ganancias.
Para desencadenar el avance tecnológico, debemos ir más allá del capitalismo y liberara a la
creatividad de sus restricciones
actuales. Esto comenzaría a liberar a
las tecnologías de su actual ámbito de control y explotación y a guiarlas hacia
la expansión cuantitativa y
cualitativa de la libertad sintética.
Ello permitiría desatar las ambiciones utópicas
de los grandes proyectos,
evocando así los sueños clásicos de invención y descubrimiento.
.Una vez liberado de sus cadenas capitalistas, el proceso de inicio expansionista de la tecnología puede potenciar libertades
tanto positivas como negativas. Puede conformar la base de una economía totalmente
poscapitalista, permitiendo un desplazamiento lejos de la escasez, el
trabajo y la explotación y hacia el desarrollo pleno de la humanidad.
.El capitalismo , a pesar de su
apariencia de liberación y universalidad , ha refrenado estas
fuerzas en un interminable ciclo de acumulación, osificando los verdaderos potenciales
de la humanidad y limitando el desarrollo tecnológico a una serie
de innovaciones marginales banales. Vamos más rápido, como el
capitalismo exige; sin embargo, no vamos hacia ningún lado .En su lugar,
debemos construir un mundo en el que
podamos acelerar para salir de nuestra inmovilidad. .
.Antes
del futuro..
.Para crear un nuevo y mejor futuro, debemos comenzar a dar los pasos necesarios para construir un nuevo tipo de hegemonía.
Esto va contracorriente de buena
parte de nuestro sentido común político
actual. Las tendencias hacia la política
folk- son explicables en tanto reacciones
en contra de una historia
reciente de derrotas, de victorias
parciales y ambivalentes y de una creciente complejidad global. Sin embargo, siguen siendo
radicalmente insuficientes para
conseguir victorias más amplias contra el capitalismo planetario. Antes que
buscar alivio temporal y local
en los distintos búnkeres de la
política folk, debemos ir más allá de
estos límites. . De cara a ideas de
resistencia, retirada, salida o pureza,
la tarea de la izquierda
actual es echar mano de una
política de escala y expansión, junto con todos los riesgos que tal proyecto
conlleva. Hacer esto requiere que rescatemos el legado
de la modernidad y reconsideremos
qué partes de la matriz pos-Ilustración pueden rescatarse y cuáles
deben descartarse, pues sólo una nueva forma universal será capaz de sustituir
al capitalismo neoliberal….
.De manera más inmediata, esto implicaría
repensar las demandas de la izquierda clásica a la luz de las tecnologías más
avanzadas. Implicaría construir sobre el territorio posEstado nación del stack , esa
infraestructura global que posibilita
nuestro mundo digital de hoy. Un nuevo tipo de producción ya puede vislumbrarse en la vanguardia de la tecnología
contemporánea.. La manufactura aditiva y la automatización del trabajo presagian la posibilidad de una producción basada en la flexibilidad, la descentralización y la
posescasez para algunos bienes. La rápida automatización de la logística presenta la posibilidad utópica
de crear un sistema globalmente
interconectado en el que las
partes y los bienes puedan enviarse de manera rápida y eficiente sin trabajo humano. Las
criptodivisas y su tecnología blockchain
podrían introducir un nuevo tipo de dinero para los bienes libres , separado de
las formas capitalista.
La dirección democrática de la economía también se ve acelerada por las tecnologías emergentes.
Oscar Wilde alguna vez dijo que el problema con el socialismo era que te robaba demasiadas tardes. .
Hacer crecer la democracia económica
requeriría que dedicáramos una cantidad abrumadora de tiempo a discutir y decidir sobre las minucias de la vida cotidiana. El uso de la
tecnología informática resulta esencial para evitar este problema,
tanto porque simplifica la toma de
decisiones como porque automatiza las decisiones consideradas colectivamente como irrelevantes.
Los modelos sociales – apartados de su impulso
hacia la monetización y su tendencia al narcisismo- también podrían fomentar la democracia
económica generando un nuevo público. De
una plataforma de medios sociales
poscapitalistas podrían surgir nuevos modos de liberación y participación. Y
el eterno problema enfrentado por las
economías poscapitalistas- cómo
distribuir los bienes de manera eficiente ante la ausencia de precios de
mercado- también pueden superarse mediante la informática.
Y todo esto
podría movilizarse hacia la
implementación del Plan Lucas a escalas
nacionales y globales , reorientando
nuestras economías hacía la
producción conscientes de bienes socialmente útiles , como las energías
renovables, las medicinas baratas y la expansión de nuestras libertades sintéticas.
Así es como se ve la izquierda del siglo
XXI . Cualquier movimiento que desee conservar su relevancia y su peso
político debe lidiar con estos avances
su relevancia y su peso político
debe lidiar con estos avances y potenciales
en nuestro mundo tecnológico.
Debemos expandir nuestra imaginación colectiva más allá de lo
que permite el capitalismo. Antes que conformarse con mejoras marginales en la vida de las
baterías y la potencia de las computadoras.
la izquierda debería movilizar sueños dedescarbonizar la economía , de viajes
al espacio y economías robotizadas—todos ellos piedras de toque tradicionales
de la ciencia ficción--, con el fin de
prepararse para una época más allá del
capitalismo. El neoliberalismo, por muy
seguro que parezca hoy en día, no contiene ninguna garantía de
sobrevivir en el fututo. Como todos los sistemas sociales que hemos conocido,
no durará para siempre. Nuestra tarea hoy en día es inventar lo que está por
venir.
AGENDA
SOCIAL
Luis
Arroyo Jiménez sábado 22 septiembre 2018
RENTA
BÁSICA Y CONSTITUCIÓN
En el análisis normativo de la renta básica
universal suelen manejarse criterios procedentes de la filosofía moral, la
teoría política y la economía. Junto a ellos, sin embargo, ha de valorarse
también el impacto que tendría sobre la Constitución vigente, de la que se
pueden obtener argumentos relevantes para la discusión acerca de la
conveniencia de su implantación y de su concreta configuración. Esos argumentos
pueden sistematizarse en torno a tres determinaciones estructurales del Estado en
el que España se constituyó en 1978.
Renta
básica y Estado social
En las constituciones europeas que proclaman
el principio de Estado social, su contenido o alcance jurídicos presenta dos
configuraciones alternativas. En la primera de ellas, de la que es representativa
la Ley Fundamental alemana, el principio es objeto de una proclamación genérica
y se interpreta en el sentido de que obliga a los poderes públicos a realizar
algún tipo de política de redistribución de la renta a través de la política
fiscal, la legislación laboral y la prestación de ciertos servicios públicos.
Sin embargo, de la Constitución no se deducirían directamente ni obligaciones
definitivas ni derechos a obtener prestaciones concretas.
La única excepción es el derecho al llamado
mínimo existencial, que se concreta en la prestación de ciertos servicios
sociales de atención primaria tendentes a satisfacer necesidades personales
–como la alimentación, el vestido o el alojamiento– en situaciones de pobreza o
exclusión social. La adopción de una renta mínima de inserción dirigida a
corregir las situaciones de extrema menesterosidad social contribuiría a la
satisfacción de este derecho y, por lo tanto, del propio principio de Estado
social. Por el contrario, la implantación de una renta básica no condicionada a
que su beneficiario se encuentre en una situación como la descrita dejaría de
estar objetivamente relacionada con el cumplimiento de ese mandato.
La Constitución Española permite ilustrar la
segunda configuración del principio jurídico del Estado social, que no sólo se
proclama en abstracto, como en el caso anterior, sino que se concreta mediante
dos operaciones sucesivas. Por un lado, en España el principio de Estado social
no sólo obliga a los poderes públicos a prestar servicios y adoptar medidas
para luchar contra la pobreza y la exclusión social, sino, de manera mucho más
amplia, a “promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del
individuo […] sean reales y efectivas” y “remover los obstáculos que impidan o
dificulten su plenitud” (artículo 9.2 de la Constitución). La implantación de
una renta básica universal es una medida objetivamente idónea para garantizar
que las condiciones materiales concretas en las que se encuentran los
ciudadanos les permiten configurar con autonomía sus respectivos planes de
vida. Este argumento, que se ha manejado en la discusión acerca de la renta
básica desde la teoría política, tiene en España una dimensión constitucional.
Por otro lado, una vez definido en términos
tan genéricos, el principio de Estado social se concreta ulteriormente en un
catálogo de tareas públicas que se corresponden con derechos y principios
jurídicos específicos: educación, sanidad, pensiones, asistencia social, etc.
Paradójicamente, la implantación de una renta básica universal puede resultar
constitucionalmente problemática desde la perspectiva del Estado social si
pretende articularse absorbiendo otras prestaciones públicas. De acuerdo con su
configuración constitucional, algunas de esas tareas consisten en transferencias
financieras (por ejemplo, las pensiones o el desempleo) o pueden acometerse
indistintamente a través de créditos o de servicios públicos (por ejemplo,
ciertas prestaciones sociales). Sin embargo, otras tareas y servicios públicos
requieren en todo caso la realización pública de prestaciones materiales (por
ejemplo, la educación o la sanidad) y no podrían quedar absorbidos por una
prestación financiera.
Renta
básica y democracia
El debate acerca de la renta básica universal
está presidido fundamentalmente por los principios constitucionales del Estado
democrático y del pluralismo político. Según se ha comprobado, el principio
constitucional del Estado social impone a los poderes públicos una tarea
genérica y la implantación de la renta básica es una de las posibles formas de
acometerla. Sin embargo, ni ésta es la única manera de cumplir ese mandato
constitucional ni, en caso de que se optara por ella, de la Constitución se
deriva una diseño cerrado de la medida. En cuanto a lo primero, el Parlamento goza
de un amplio margen de libre configuración política en el marco del cual puede
optar, bien por el establecimiento de la renta básica, o bien por utilizar otra
específica combinación de prestaciones financieras y servicios públicos. Esto
debe quedar claro: el principio de Estado social facilita la justificación de
la medida, pero en modo alguno la coloca en el saco de lo constitucionalmente
decidido.
Respecto a lo segundo, en el caso de que se
optara por implantar la renta básica universal, su concreción normativa
(cuantía, destinatarios, requisitos, determinaciones accesorias, etc.) y
articulación técnica (transferencias, impuesto negativo, complementos
salariales, etc.) son cuestiones que deben ser decididas a través del proceso
de deliberación democrática que tiene lugar en el procedimiento legislativo. Y
ello sin perjuicio de que, en virtud del principio de Estado social, la
Constitución oriente ese proceso e imponga, como se ha indicado, algunas
restricciones puntuales.
Renta
básica y Estado autonómico
La implantación y configuración de la renta
básica en todo el territorio nacional también puede verse afectada por el modo
en que la Constitución diseña el proceso de distribución territorial del
ejercicio del poder político. Ese condicionamiento puede describirse del modo
siguiente: en la línea continua que une, como tipos ideales, la renta mínima de
inserción y la renta básica universal, la competencia del Estado central es más
robusta a medida que nos alejamos de la primera y nos acercamos a la segunda.
El establecimiento, mediante una ley estatal,
de una renta mínima vinculada a la eliminación de las situaciones de pobreza o
menesterosidad social probablemente deba considerarse una prestación realizada
en el marco de los servicios sociales. Ello supone que, desde el punto de vista
del sistema constitucional y estatutario de distribución de competencias, en
principio la medida habría de encuadrarse en la materia relativa a asistencia
social y servicios sociales, que es de competencia exclusiva de las comunidades
autónomas. Sin embargo, el Tribunal Constitucional ha permitido al legislador
estatal crear y regular prestaciones de asistencia social –como las de la Ley
de Dependencia– en virtud de su competencia para fijar las condiciones básicas
que garanticen la igualdad en el ejercicio de los derechos constitucionales. Es
ésta una doctrina muy discutible porque la Constitución impone la obligación de
implementar servicios sociales, pero no reconoce derechos subjetivos a
prestaciones concretas. Sea como fuere, la experiencia de la Ley de Dependencia
muestra que, aunque no sean insalvables, la constitucionalidad de este tipo de
actuaciones del Estado plantea dificultades que conducirán con toda seguridad a
un proceso ante el Alto Tribunal, de resultado siempre incierto.
Frente a las rentas de inserción, la
incondicionalidad de la renta básica facilitaría la justificación
constitucional de la acción del Estado. En primer lugar, la configuración de
aquélla como el contenido de un derecho prestacional vinculado al libre
desarrollo de la personalidad permitiría activar más fácilmente la competencia
del Estado para garantizar la igualdad de todos los ciudadanos en el ejercicio
de los derechos constitucionales. En segundo término, la universalidad de la
renta básica y su desvinculación respecto de la corrección de situaciones de
pobreza abriría la puerta –cerrada en su día por el Constitucional en relación
con la Ley de Dependencia– de la competencia del Estado para fijar las bases y
coordinación de la planificación general de la actividad económica, un título
de perfiles borrosos que permite al Estado adoptar medidas de política
económica en todo el territorio y que el Constitucional utiliza con cierta
generosidad.
La
Renta Básica, Finlandia y la gaseosa
José
Antonio Noguera
Profesor
de Sociología
Universidad
Autónoma de Barcelona
@josenoguerauab
Cuentan
que estando Eugeni D’Ors con unos amigos en un bar de Barcelona, un camarero
poco diestro intentó abrir una botella de cava de tal manera que acabó
derramando el líquido sobre el escritor, quien le espetó entonces: “Los
experimentos con gaseosa, joven”. La frase ha hecho fortuna para aconsejar
prudencia ante reformas sociales de calado, sobre cuyo impacto social y
económico existe incerteza. Es el caso de la propuesta de la Renta Básica (RB)
universal, que ha atraído un creciente interés en la agenda política en tiempos
recientes (no confundir con propuestas de rentas mínimas o garantizadas sólo
para la población con ingresos insuficientes, como la ILP actualmente en discusión
en el Congreso de los Diputados). Dado que el coste económico y los efectos
sociales de todo tipo que (se adivina) podría tener tal medida son sustanciales
y a la vez inciertos, una mínima aversión al riesgo parecería recomendar
acumular algún tipo de evidencia al respecto antes de aventurarse a
implementarla sin más.
De ahí la proliferación actual de experimentos
piloto sobre RB o propuestas relacionadas (en Finlandia, la provincia
canadiense de Ontario, Países Bajos o Barcelona). Además, políticamente la
realización de experimentos piloto con grupos de control parece un buen
compromiso para aparcar la confrontación entre partidarios y detractores de la
idea: los primeros pueden justificar ante los suyos que están abriendo ventanas
de oportunidad para su causa, mientras que los segundos pueden estar tranquilos
puesto que se trata sólo de un experimento (con gaseosa) y no de una política
real.
Ahora bien, ¿es esperable que la discusión
política sobre la RB se incline más de uno u otro lado gracias a los resultados
de estas experiencias? En este post argumentaré que hay muchas razones para el
escepticismo en ese sentido y que, aunque las pruebas piloto pueden resultar
interesantes, no pueden arrojar una prueba decisiva sobre si una RB funcionaría
o no.
Empecemos por lo obvio: una RB universal, como
tal, no puede por definición
experimentarse, dado que las pruebas piloto consisten en seleccionar una
muestra de población a la que se le aplica un tratamiento. Una que intentara
testar de verdad la universalidad de una prestación no sería diferente de la
simple y llana implementación de la misma. Lo mismo ocurre con otro de los
rasgos definitorios de una RB, su duración indefinida: por fuerza, un
experimento tendrá una duración determinada, y el conocimiento de la misma
puede sin duda afectar a la conducta de los beneficiarios (amén de que muchos
de los efectos de una medida como ésta puede que sólo se observen a largo
plazo). Un corolario de todo ello es que muchas de las dudas más perentorias
que la RB suele generar (¿será sostenible fiscalmente su coste en términos
dinámicos?; ¿qué efectos macroeconómicos producirá?; ¿se disparará la
inflación?; ¿se producirá una subida/bajada de salarios en determinados
sectores? ¿qué efectos distributivos tendrá y cómo reaccionarán ganadores y
perdedores?, etcétera) no pueden tener respuesta con una prueba piloto. Será
imposible inferir conclusiones sobre cómo funcionaría una RB a escala de
sociedad o de país, puesto que multitud de efectos agregados, dinámicos y
dependientes de la interacción social a gran escala son imposibles de testar
con muestras pequeñas y diseminadas por todo el país.
Sin embargo, otros aspectos consustanciales a
la RB sí pueden ser perfectamente incluidos en un experimento piloto: es el
caso del grado de individualización de la prestación, de su grado de
condicionalidad a medidas de activación y búsqueda de empleo o de su
compatibilidad con otros ingresos. La cuestión es que entonces no se podrá
decir en rigor que una RB tiene tal o cual efecto, sino más bien que lo tiene
algún rasgo de diseño concreto de una política de rentas, que podría o no ser
una RB: en efecto, todos esos aspectos pueden perfectamente formar parte (y en
muchos casos ya lo hacen) de otros programas de garantía de rentas diferentes a
la RB.
Tomemos el caso más conocido: el experimento
finlandés. El tratamiento aquí se aplica a una muestra de 2.000 parados que
cobran la prestación asistencial por desempleo, y consiste en alterar dos
rasgos en el diseño de dichas prestaciones: suprimir cualquier requisito de
activación (incluido el de aceptar ofertas de empleo) y mantener la prestación
íntegramente si se obtiene cualquier tipo de empleo (ahora sólo se
compatibiliza el 50% en caso de empleo temporal o a tiempo parcial). ¿Tiene mucho
sentido, aparte de un cierto marketing político, decir que Finlandia está
experimentando con una RB?
El ejemplo finlandés también ilustra otro de
los motivos que mueven al escepticismo: los condicionantes políticos de todo
tipo que envuelven estas experiencias, sobre un tema muy sensible y
políticamente cargado. Considérense algunos de ellos. Primero, el Gobierno de
Finlandia, fruto de un acuerdo entre un partido de centro-derecha y dos más de
derecha dura, mantuvo desde el principio cierta división interna sobre la
conveniencia de la prueba piloto. La oposición de izquierdas se opone: los
socialdemócratas, porque siempre han sido contrarios a la RB; pero también los
verdes y la izquierda, que siempre han sido favorables, ven el programa como
insuficiente y/o mal diseñado. De hecho, las motivaciones del Partido del
Centro, que es el valedor de esta prueba en el Gobierno finlandés, tienen en
realidad poco que ver con las habitualmente esgrimidas por los defensores de
una RB. Su principal interés es comprobar si esas dos reformas en el diseño de
las prestaciones pueden ahorrar costes administrativos en los servicios de
empleo y sociales, así como incrementar la inserción laboral produciendo
también un ahorro en prestaciones. Se habla, asimismo, de simplificar el mapa
de prestaciones e ir a un Estado del bienestar más pequeño y barato, en la
línea del Universal Credit aprobado por los conservadores británicos (con
nefastas consecuencias para la población más débil).
Segundo: en un completo y riguroso informe, las
principales recomendaciones de una competente comisión de expertos fueron en su
mayor parte desestimadas por el Gobierno, que impuso finalmente un diseño muy
simple y metodológicamente débil: con sólo un grupo de tratamiento, pero dos
variables fundamentales afectadas, será imposible determinar si cualquier
diferencia significativa se debe a uno u otro de los dos rasgos alterados, o a
ambos en combinación.
Tercero: la administración fiscal se ha negado
a participar en el programa, escudándose en la imposibilidad constitucional de
tratar de forma desigual a los contribuyentes. Ello impide cualquier inclusión
del coste fiscal y, por ende, la extensión de la muestra entre otros colectivos
que no fuesen beneficiarios netos de una RB, algo crucial para la propuesta,
pues las encuestas disponibles muestran que la mayoría favorable a una RB en
Finlandia (pero también en otros países) cambia abruptamente a una mayoría
contraria cuando se mencionan los tipos fiscales necesarios para sufragarla.
¿Reforzará políticamente el experimento las
posiciones de los defensores de una RB? En mi opinión, sólo lograrían ese
efecto unos improbables resultados que mostraran niveles de inserción laboral
significativamente mucho más altos en la muestra que en el resto de la población
desempleada. Cualquier otro resultado (incluso un nivel de inserción similar,
que mostraría que una mayor incondicionalidad no supone un desincentivo
laboral) quedaría sujeto a la discusión y la interpretación política, y sería
poco concluyente. El programa finaliza en diciembre de 2018, y sólo cuatro
meses después hay elecciones generales en Finlandia. Ante resultados no
terminantes y poco espectaculares, el Gobierno probablemente decidiría congelar
el tema en su agenda, lo que, seguramente, paralizaría durante años cualquier
avance en la dirección de una RB.
Quizá hubiese sido más audaz, y también mucho
más útil para la población más desfavorecida, haber empezado a implementar
algunas de esas reformas de diseño en el sistema de prestaciones mínimas sin necesidad
de hacer un experimento piloto, de esperar dos años a su finalización, y de
condicionar la adopción de reformas al resultado de la siempre incierta, y
políticamente interesada, valoración de unos efectos siempre interpretables. De
hecho, muchas reformas de las políticas sociales y los estados de bienestar se
han llevado a cabo sin experimento alguno, y nunca han sido adecuadamente
evaluadas. No parecería tan atrevido desoír un poco más a Eugeni D’Ors y
atreverse a dar pasos de política real; eso sí, evaluando su impacto con rigor.
Ésa es, por ejemplo, la vía que algunos
programas de rentas mínimas de algunas comunidades autónomas en España (como
Valencia, Baleares, Navarra, Aragón o Cataluña) están explorando o llevan ya
años aplicando con interesantes resultados (caso del País Vasco). Existe un
amplio margen para medidas viables que mejoren la eficiencia y la utilidad
social de estas medidas: compatibilizando prestaciones con salarios para evitar
la trampa de la pobreza y combatir la laboral; eliminando condiciones de
activación punitivas y neopuritanas de dudosa eficacia insertadora;
estableciendo tramos de prestación independientes de planes de inserción junto
con otros, complementarios, condicionados a su firma; erradicando controles
invasivos o humillantes a la hora de acceder a la prestación o de mantenerla; o
introduciendo innovadoras estrategias conductuales para reducir el estigma y el
non take-up (esto es, cuando los beneficiarios potenciales no solicitan la
prestación). Todo ello nos acerca a la lógica de algunos rasgos de la RB sin
incurrir en su abultado coste económico, posibilitando al mismo tiempo una
evaluación rigurosa en el campo de las políticas reales.
Los experimentos piloto son sin duda
interesantes desde un punto de vista científico para explorar cómo determinadas
intervenciones o modificaciones muy concretas en el diseño de los programas
pueden influir en la conducta de los beneficiarios. Sin embargo, desde el punto
de vista político son mucho menos concluyentes para determinar la elección
entre grandes opciones. Un programa de este tipo no nos dirá si optar por una
RB universal es mejor o peor que una Renta Garantizada o una Renta Mínima de
Inserción sino, por ejemplo, si hacer una prestación compatible con
determinados tramos de ingresos salariales favorece una mayor tasa de empleo
entre los beneficiarios que las medidas de activación punitivas. En este
sentido, la demanda política creciente de experimentos piloto sobre Renta
Básica debería tener esto muy en cuenta para no generar expectativas infladas
que pueden verse fácilmente defraudadas. Es obvio que cuanta más evidencia
tengamos, mejores decisiones podremos tomar, pero también que los recursos son
limitados, y que si los programas no están diseñados de manera metodológicamente
óptima (algo difícil debido a los condicionantes políticos que afrontan),
pueden acabar generando más confusión que claridad y devolviéndonos al punto
inicial del debate. No es realista pensar que los resultados de programas como
los que se están llevando a cabo otorgarán a los defensores de la RB el arma
argumental definitiva para imponerse.
En suma, los partidarios de la RB harían bien
en calibrar si es razonable ser muy entusiastas con estos experimentos que no
la testan realmente y no está claro en qué acabarán, mientras siguen siendo
quizá demasiado críticos con medidas políticas reales que se toman en muchos
programas de rentas mínimas en la dirección de una mayor incondicionalidad de
las mismas. Una curiosa paradoja, sin duda.
. Renta
Básica Universal, variantes, alternativas y otras políticas
David
Lizoain
Economista
@lizoain
La
renta básica universal (RBU) combina tres elementos claves en su variante más
progresista. Primero, representa la ambición de lograr una serie de objetivos
loables, entre ellos poner fin a la pobreza, aumentar la libertad individual,
disminuir las desigualdades económicas y de género, y mejorar el poder de
negociación de los trabajadores. Segundo, plantea una política pública casi
seductora en su sencillez: una transferencia incondicional de dinero en
efectivo aplicada universalmente. Tercero, implica una reforma fiscal muy
significativa para recaudar ingresos suficientes para pagarla.
Estos tres elementos están íntimamente
vinculados. El tamaño hipotético de la transferencia de efectivo condicionaría
el grado de eficacia de la política a la hora de conseguir sus ambiciosos
objetivos. Y el tamaño de la transferencia y el tamaño de la reforma fiscal
tienen una relación necesaria. La renta básica más ambiciosa también cuesta más
y por lo tanto es menos factible. Un estudio del Institute for Policy Research
del Reino Unido resumió esta dificultad: “Una RBU asequible sería inadecuada, y
una RBU adecuada no sería asequible”
Para intentar resolver este dilema, se suelen
proponer una serie de políticas alternativas, que a menudo pretenden lograr
objetivos similares: una renta mínima garantizada, un impuesto negativo sobre
la renta, etc. Ante el coste de la RBU, estas propuestas suelen sacrificar uno
de los componentes fundamentales que dota a la RBU de su nombre, la
universalidad. Se corre el riesgo de perder de vista la idea de que todo el
mundo merece un cierto suelo de bienestar, sin necesidad de ser sometido a
controles burocráticos.
El objetivo de este artículo es explorar, en
términos cuantitativos (% PIB), los costes de algunas de las variantes de la
RBU, de algunas de sus alternativas y de un abanico más o menos amplio de otras
políticas públicas. La lista es un tanto ecléctica y una obra en vías de
construcción. Pero quiero destacar dos conclusiones. La primera es que hay una
serie de políticas que no sólo son mucho
más asequibles que una RBU en toda regla, sino que también serían factibles. La
segunda es el dato muy conocido de que entre España y el resto de democracias
avanzadas existe una brecha notable no sólo en términos de inversión en
políticas de bienestar social, sino también de recaudación fiscal.
Como se puede comprobar, hay una serie tanto
de políticas ya existentes –cobertura dental ampliada en Escocia, cupones de alimentos
en los Estados Unidos, guarderías infantiles públicas en Quebec– como de
propuestas –un esquema europeo de prestaciones contra el desempleo, remplazar
los salarios perdidos en la crisis o elevar todo el mundo por encimo del umbral
de la pobreza en los EEUU, una ayuda para los niños en el Reino Unido–, que son
relativamente modestas. Incluso la inversión necesaria para realizar una
transición energética hacia las renovables se estima en tan solo un punto y
medio del PIB.
Propuestas de políticas públicas más
ambiciosas incluyen una del Reino Unido para universalizar las guarderías (que
incluye un variante generoso donde se pagarían a los trabajadores del sector
igual que los profesores); al tener en cuenta el incremento impositivo
provocado por la creación de nuevos trabajos, se estima que las dos versiones
de esta política costarían 0,07% y 0,36% en términos netos. La intrigante
propuesta de financiar unos Servicios Básicos Universales, que pretende
garantizar mejor el acceso a la vivienda, la alimentación, el transporte, y la
información a los ciudadanos británicos, tampoco es que sea tan costoso.
Requiriendo de una movilización superior de recursos sería equiparar España
(0,7%) a Holanda (4,3%) en cuanto al gasto dedicado a políticas de cuidado de largo
plazo de la gente mayor; esto también supondría un programa masivo de creación
de empleo.
En las últimas elecciones, Ciudadanos y
Podemos hicieron un favor al debate público al aportar unas memorias económicas
juntamente con sus programas electorales. La presentación de Ciudadanos fue la
más detallada y transparente de los grandes partidos, lo cual lo hace fácil
comprobar que sus propuestas en términos de gasto también son las más
restrictivas; comparado con el escenario base del gobierno, que situaría el
gasto en el 38,6% del PIB en 2020, Ciudadanos proponía una reducción trivial al
38,5% del PIB. Cabe mencionar que, dado el envejecimiento de la población, lo
cual supondrá una mayor necesidad de gasto en sanidad y cuidados a largo plazo,
mantener el mismo nivel de gasto implica la opción política de disminuir el
alcance del estado de bienestar paulatinamente.
En el otro “extremo”, Podemos propuso
incrementar el gasto hasta el 41,2% del PIB, un aumento de menos de tres puntos
del PIB. Esto situaría el gasto a un nivel equiparable al de 2007 con Zapatero.
A mi juicio, la modestia de la que supone, actualmente, la propuesta fiscal más
ambiciosa en España es llamativa; el aumento de gasto que proponía Podemos era
inferior a los incrementos llevados a cabo por Felipe González, pero también
por Adolfo Suarez en su momento.
El alcance del debate fiscal español es
curiosamente limitado, teniendo en cuenta el vasto campo por recorrer que
supondría una convergencia con la media de la zona euro. Que la convergencia inicial
fuera la parte más sencilla no es particularmente convincente a la hora de
explicar por qué España se ha estancado en la consolidación y expansión de su
estado de bienestar. De hecho, la brecha en la recaudación de ingresos (como %
del PIB) entre España y Francia se ha ampliado a lo largo de los últimos
treinta años.
En cierto modo, se pueden interpretar los años
de gobierno de Zapatero como una oportunidad perdida, cuando se podría haber
fortalecido el estado fiscal de forma contra-cíclica. Profundizar el proyecto
republicano de no-dominación, alcanzar el objetivo de una mayor igualdad de
género y alcanzar un pacto intergeneracional más justo –elementos que en
principio se asociaban con el proyecto de Zapatero– requieren todos ellos de
una base material más potente. Cualquier proyecto progresista serio para España
debería estar contemplando un aumento en los ingresos fiscales del 1% al año al
largo del curso de al menos un par de legislaturas.
Esto no quiere decir que este proyecto
descanse exclusivamente en políticas redistributivas (dado la necesidad
pendiente de una serie de reformas en áreas desde los mercados laborales y de
energía hasta la administración pública), ni que una reforma fiscal en
profundidad no presente complicaciones (como la movilización del apoyo político
suficiente, o el reto de aplicar impuestos al capital en un marco fiscal
descentralizado). Una mayor redistribución no será suficiente, pero será
necesaria para abordar los objetivos que la RBU y las otras políticas públicas
relacionadas buscan alcanzar. La alternativa, el escenario desolador que ha
sido bautizado como el estado de consolidación por Wolfgang Street, implica la
profundización de la precariedad y la polarización de los resultados sociales.
La forma de rechazar la idea de que no hay alternativa es proponiendo una
alternativa real.
La nueva generación de rentas mínimas: ¿hacia
una renta garantizada?
José
Antonio Noguera
Profesor
de Sociología
Universidad
Autónoma de Barcelona.2018
@josenoguerauab
El
pasado lunes entró en vigor la nueva Renta Valenciana de Inclusión, que supone
algunas novedades importantes respecto del programa de renta mínima que la
precedió. Sólo una semana antes, el Gobierno de Navarra celebraba unas jornadas
sobre este asunto en las que algunos expertos en políticas sociales y garantía
de rentas compartimos mesas de debate con gestores, implementadores, técnicos y
políticos en el campo de los servicios sociales y la lucha contra la pobreza y
la exclusión. Las jornadas, enormemente productivas, arrojaron para muchos una
agradable constatación: en muchas comunidades autónomas se están poniendo en
marcha reformas de los programas tradicionales de rentas mínimas de inserción
que aumentan tanto la generosidad como la incondicionalidad de dichas
prestaciones, al tiempo que se introducen interesantes innovaciones en su
diseño y gestión. Esto supone, sin duda, una tendencia a contracorriente de lo
que ha sido la tónica habitual (con pocas excepciones) en nuestro país, pero
también, en cierto modo, a nivel europeo, pues hoy día observamos más bien un
preocupante giro hacia una mayor condicionalidad laboral y un recorte de la
cobertura (como es el caso, por ejemplo, del universal credit británico).
Las susodichas reformas, sin embargo, se están
haciendo con relativa discreción y sin tanta proyección mediática como algunas
otras experiencias (véase el experimento piloto de Finlandia sobre renta
básica, que analicé en un artículo anterior en Agenda Pública), cuando en
realidad introducen medidas muy similares, con la ventaja de aplicarlas en una
política real y no en un programa experimental a una pequeña muestra de
población. En mi opinión, los resultados de muchas de estas reformas (si su
implementación no se frustra, y si los investigadores podemos obtener los datos
necesarios de las respectivas administraciones) ofrecerán en unos pocos años
mucha más información, y de mucha más calidad, que los de algunos experimentos
que se airean día sí, día no, en los medios de comunicación.
El cuadro comparativo adjunto intenta resumir
algunas de las características más innovadoras de las nuevas rentas mínimas en
España. El color político de los gobiernos que las ponen en marcha es
variopinto: desde gobiernos de partidos nacionalistas apoyados por nuevos y
viejos partidos de izquierda (Navarra), pasando por gobiernos de coalición o
acuerdos parlamentarios que incluyen a Podemos y otros partidos de izquierda en
torno al PSOE (Aragón, Baleares, Comunidad Valenciana), hasta algún Gobierno
del PP con apoyo de Ciudadanos (La Rioja), e incluso experiencias nacidas en
una Iniciativa Legislativa Popular independiente de los partidos (Cataluña). He
incluido aquéllas que ya cuentan con una ley reciente aprobada al respecto, o
al menos un proyecto de ley presentado en su Parlamento (como es el caso de
Aragón). Algunas otras (como Castilla-La Mancha) están también avanzando en
proyectos similares aunque no se hayan concretado aún del todo, motivo por el
cual no figuran en el cuadro. Finalmente, incluyo también el País Vasco que,
aunque su programa es más antiguo, ha sido pionero y ha servido de referencia
para muchas otras comunidades.
*SMI:
Salario Mínimo Interprofesional; **IRSC: Indicador de Renda de Suficiència;
***IPREM: Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples. Fuente: elaboración
propia.
Sin embargo, una de las primeras cosas que el
cuadro permite comprobar es que este último caso, aunque sin duda siga siendo
el más avanzado en cuanto a intensidad protectora y cobertura, quizá esté
siendo superado ya en cuanto a innovaciones en el diseño de los programas y la
relajación de algunos requisitos para cobrar las prestaciones. Por ejemplo, si
bien mantiene su papel pionero en cuanto a la lucha contra la trampa de la
pobreza y la compatibilidad de las rentas mínimas con los salarios bajos, sigue
manteniendo la condicionalidad de la prestación a la activación laboral y las
medidas de inserción, algo que otras comunidades autónomas están relajando e
incluso eliminando, convirtiendo dichas medidas en algo voluntario e incluso
incentivado económicamente.
Todas las comunidades incluidas en el cuadro
articulan sus rentas mínimas como un derecho subjetivo, no dependiente de
disponibilidad presupuestaria, evitando así la discrecionalidad política al
respecto. Todas otorgan también una duración indefinida (aunque sujeta a
renovaciones periódicas), al cobro de la prestación mientras se mantenga la
insuficiencia de ingresos. Es reseñable, asimismo, que muchas de ellas aprueben
el silencio administrativo ‘positivo’ para las solicitudes (en caso de no
respuesta de la Administración en el plazo legal fijado, se entiende concedida
la prestación).
En el capítulo de las innovaciones aún no tan
frecuentes, el programa navarro es el único que introduce un mecanismo
automático de indexación independiente de decisiones políticas, al vincular la
actualización de la prestación con indicadores como el IPC y el salario medio,
en vez del Salario Mínimo Interprofesional o el IPREM (Indicador Público de
Renta de Efectos Múltiples, índice de referencia para la concesión de ayudas,
subvenciones o el subsidio de desempleo). Estos dos últimos han estado muchos
años congelados, con el consiguiente perjuicio para los beneficiarios de
prestaciones indexadas a los mismos.
Por su parte, la nueva renta mínima de la
Comunidad Valenciana incluye dos medidas de notable ambición: la automaticidad
en el acceso a ayudas adicionales (becas de comedor, prestaciones
farmacéuticas, gastos escolares, etcétera) para los beneficiarios, y el
establecimiento de una modalidad de prestación que ni siquiera está
condicionada a la disposición a aceptar ofertas de empleo (como lo sigue
estando en el resto de los programas). Encontramos también innovaciones muy
interesantes en cuanto a integración fiscal de las prestaciones en el caso
navarro, un asunto sobre el que se ha avanzado poco en España y que merecería
un análisis aparte.
Sin embargo, seguramente los dos tipos de
medidas de mayor calado, y que la mayoría de las nuevas rentas mínimas
introducen, sean la incondicionalidad, en diversos grados o modalidades, de la
prestación respecto de la firma de un plan de inserción (algo políticamente
impensable hace sólo una década); y el combate contra la trampa de la pobreza,
permitiendo a los beneficiarios que acumulen a la prestación una cierta
proporción de los ingresos salariales de que dispongan hasta un tope variable
(algo que, si se articulase por la vía fiscal, estaría en la línea de los
créditos fiscales para trabajadores que se han extendido por diversos países
europeos durante las últimas dos décadas).
Todas estas medidas, muchas aún tímidas, abren
ventanas de oportunidad para ir acercando los programas de rentas mínimas a
auténticas rentas garantizadas (condicionadas únicamente a la insuficiencia de
ingresos) y los aproximan también a algunos interesantes aspectos contenidos en
la propuesta de la renta básica universal. De este modo, muestran que son
posibles avances concretos que repercutan en una mejora palpable de las
condiciones de vida de los hogares más castigados por la crisis, y que el
debate sobre los modelos de garantía de rentas es más fértil cuando se plantean
las condiciones de acceso a las prestaciones como una cuestión de grado de
incondicionalidad más que de todo o nada. Por último, atestiguan que es posible
hacer progresos desde administraciones subestatales como las comunidades
autónomas que, una vez más, realizan una contribución importante a la lucha
contra la pobreza, rellenando lagunas que deja la ausencia de una garantía de
rentas adecuada a nivel estatal.
Salvador Pastor Blasco
Periodista
Diciembre 2018
Nota..Mi colaboración en el tema de la Renta
Básica, es adjuntaros este documento, que son artículos y resúmenes de algunos
libros de interés, que pueden servir al grupo de expertos y militantes que
estén trabajando este tema de la Renta Básica. Es posible que algunos textos,
debido a los cambios políticos de algunos países europeos, ahora puedan verse
diferente
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