Luchar
contra la despoblación de los territorios rurales. Publicado por Alain Jordà
Provincia de Jaén, España (654.000 hab.,
14.500 Km2)
Pocos días atrás leí un artículo de
Inmaculada Herrador -Directora de la Oficina Técnica de la Fundación "Estrategias
para el desarrollo económico y social de la provincia de Jaén"- titulado
¿Por qué nos despoblamos? Un artículo que ella centra en la provincia española
en la que presta sus servicios, Jaén, pero que es de aplicación a muchos otros territorios
de España y de América Latina que sufren el mismo mal.
La despoblación se debe a varios factores
que suman sus efectos y que se realimentan entre sí: la emigración hacia las
ciudades, normalmente de la parte de capital humano más valioso (más
cualificado y más emprendedor), con el consiguiente envejecimiento de la
población y la pérdida de potencial humano. Si se les suma el bajo ínidice de
natalidad, la mezcla es explosiva.
Olivos en Jaén (ruraliberica.com)
En su párrafo final, Herrador afirma
"Para evitar o contrarrestar esta tendencia se puede actuar desde tres
flancos. En primer lugar, posibilitando el que los jiennenses y las jiennenses
puedan desarrollar su proyecto de vida en la provincia y no tengan que emigrar,
para lo que es esencial contar con un tejido empresarial fuerte que genere
empleos y de calidad. En segundo lugar, haciendo de Jaén un territorio
suficientemente interesante, como lo fue hace unos años, para atraer a personas
que viven fuera de la provincia. Y, en tercer lugar, incrementando la
natalidad, para lo que habrá que mejorar la conciliación personal, familiar y
laboral, seguir trabajando por la igualdad real y ayudar a las familias. Tal y
como se ha demostrado en los países nórdicos y en otros países vecinos como
Francia, estas ayudas podrían ser una de las mejores inversiones de futuro para
España."
Provincia de Teruel, España (136.000
habitantes, 14.800 Km2)
Hoy, al mismo tiempo que he recordado
este artículo referente a Jaén, he leído una noticia sobre otra de las
provincias españolas más despobladas: Teruel. La noticia, publicada por
eldiario.es, se refiere al Informe de Fiscalización del Fondo de Inversiones de
Teruel presentado por la Cámara de Cuentas, y está titulada como Así se reparte
el Fondo de Inversiones de Teruel: 131 millones para MotorLand, 85 para
carreteras.
El artículo afirma que de los 834,4M€
invertidos hasta ahora (desde 1993), el 42,6%, 361M€, se ha dedicado a los así
llamados "proyectos estratégicos". Imagino que esa expresión quiere
referirse a proyectos que tenían que haber transformado la provincia y su
proyección. Tres grandes proyectos aparecen bajo este epígrafe: 1) Motor Land,
una "ciudad del motor", que se ha revelado insostenible generando 8M€
de déficit anual, 2) un aeropuerto con una ausencia total de vuelos comerciales
(algo que era fácilmente imaginable a priori puesto que Teruel, la capital de
la provincia, tiene 35.000 habitantes y la provincia en su conjunto, 135.000)
que se ha paliado parcialmente transformándolo en un área de mantenimiento de aviones
para las compañías comerciales, y 3) Dinópolis, un parque temático dedicado a
los dinosaurios que parece ser el único sostenible y que sí parece entroncar
con el resto de atractivos turísticos de la provincia.
Reflexiones sobre la situación
Creo que ambos artículos son ilustrativos
de la dificultad de conseguir que territorios que han quedado fuera del
progreso que sí han alcanzado otros territorios más dinámicos, vuelvan a
acercarse al nivel promedio del conjunto de las provincias del país. Y no puedo
evitar insistir en que cualquier proyecto de impulso al desarrollo debe
contener dos elementos de forma ineludible. De otra forma, todos los esfuerzos
que se hagan, y todos los recursos que se inviertan se perderán
irremediablemente. Esos dos elementos imprescindibles son:
generar ilusión entre los actores locales
por un proyecto de futuro propio
que ese proyecto de futuro sea definido
por los actores locales
Parece claro que, en las dos provincias
citadas,
ni se ha conseguido generar ilusión por
el futuro y
ni ha habido un proyecto de futuro
definido por los actores locales
Albarracín, provincia de Teruel
(subequetellevo.com)
De hecho, ambas condiciones van ligadas.
La ilusión no puede generarla ninguna institución ni personas de forma
individual. Menos aún si esa institución es exterior al territorio (el gobierno
nacional, por ejemplo). La ilusión solo se genera si la sociedad local cree en
sí misma y está convencida de que va a hacer realidad su proyecto de futuro.
Por otra parte, la ilusión no la generan
ni uno, ni dos ni tres macroproyectos. La ilusión solo puede generarla un
proyecto integral de futuro que resulte creíble para los actores locales porque
ellos sientan que pueden llevarlo a cabo. Debe significar una apuesta del
territorio por alcanzar la excelencia en algún aspecto concreto.
Quiero detenerme en esta última frase
"alcanzar la excelencia en algún aspecto concreto". En efecto, ningún
territorio puede ser excelente en múltiples aspectos -industria, turismo,
agricultura, cultura, sostenibilidad, educación,......-. Y ahí está el fallo de
muchos planes estratégicos o de desarrollo: que suelen presentar 5, 6 o más
"ejes estratégicos" pero carecen de un norte claro. El tener 5 o 6
prioridades significa, automáticamente, renunciar a la excelencia, y a la
diferenciación, en cualquiera de ellas puesto que si los recursos se reparten
entre muchas prioridades, en ninguna de ellas se podrán alcanzar resultados
excelentes.
Por eso, los planes estratégicos
territoriales no deberían limitarse a ser una suma de "programas
sectoriales" sino que deben empezar por definir ¿cuál es el gran objetivo
de futuro? ¿en qué nuestro territorio va a ser excelente? ¿en qué aspecto va a
convertirse en referencia nacional o, mejor aún, internacional? ¿cuál va a ser
la razón por la que personas y empresas de todo el país/continente van a venir
aquí? ¿qué es lo que va a atraerles?
Solo después de definido ese objetivo
estratégico de excelencia tendrá sentido pasar a definir proyectos estratégicos
por sectores (economía, sostenibilidad, cohesión social, infraestructuras,
cultura, educación,.....). Y entonces conseguiremos que esos proyectos, cada
uno de ellos, sean pasos fundamentales para construir el proyecto de excelencia
que da sentido al conjunto.
Además de ese proyecto de futuro,
necesitamos también la confianza, y la implicación, de los actores locales en
ese proyecto de futuro para su tierra. Para ello, es imprescindible que sean
ellos quienes definan ese proyecto conjuntamente mediante el debate y la
interacción entre ellos. Creo que todos podemos estar de acuerdo en que, de
haberlo hecho así para Teruel, la Ciudad del Motor no habría sido destinataria
de tan ingente suma de dinero y los turolenses habrían apostado mucho antes por
mejorar su ferrocarril (que podrían usar todos) que por construir un aeropuerto
(que ninguno de ellos podrá utilizar nunca).
Y eso habría sido así porque el trabajo
conjunto de los actores territoriales activa la inteligencia territorial que
hace fuerte al territorio. Una inteligencia que las decisiones individuales o
de un colectivo restringido jamás serán capaces de activar.
Unos requisitos de partida
Bien es cierto que, como dije en mi
artículo "¿Qué territorio para un desarrollo territorial eficaz?"
"para ser capaz de todo esto y llevar a cabo un desarrollo en un plazo de
tiempo razonable opino que el territorio debe contar, desde el principio, con:
la existencia de un liderazgo local,
normalmente, político, con una voluntad clara de impulsar
el desarrollo del territorio que
administra y de su población,
la disponibilidad de al menos un actor
potente del sector del conocimiento (universidad, centro tecnológico o de
investigación),
Olivares en Jaén
la existencia de un tejido empresarial
con capacidad para crecer y para potenciar el desarrollo que buscamos"
Obviamente, una vez que el territorio
cuente con estos elementos, sin duda va a necesitar ayudas exteriores y ahí es
donde entrarán las inversiones nacionales y regionales, públicas y privadas.
Pero el paso previo debe ser que los actores del territorio (universidad,
empresariado, sociedad civil y administración pública, en pie de igualdad) definan el futuro que quieren construir para
su territorio.
Estoy convencido de que nunca pueden
funcionar proyectos que no surjan desde el territorio. Por eso, la creación de
un fondo de inversión para la provincia de XXXX no surtirá efectos si no
existe, previamente, un proyecto consistente emanado de los actores locales que
determine los proyectos a los que deben aplicarse las inversiones del fondo. Es
decir, primero, el territorio debe definir su proyecto de futuro. Después de
eso es cuando tiene sentido buscar fondos para financiarlo. Nunca al revés.
A las ciudades y territorios con los que
trabajo les suelo decir, "¿Creéis
que cuando, una vez hayais definido vuestro proyecto de futuro (un proyecto
riguroso, obviamente), y vayais, todos los actores locales juntos, a visitar un
Ministerio o una Secretaría para exponerle ese proyecto, diciendo "éste es
nuestro proyecto, nosotros nos encargamos de toda esta parte pero necesitamos
vuestro apoyo en este, este y este proyecto", os van a negar este
apoyo?" ¡Imposible! ¿Por qué? Sencillamente porque el hecho de que un
territorio tenga claro hacia dónde quiere ir y de que el conjunto de sus
actores compartan y se comprometan con ese proyecto es una garantía de que los
recursos que se inviertan allí tienen la más alta probabilidad de generar los
mejores frutos.
Conclusiones
He ido desgranando algunas de ellas a lo largo
del artículo y pueden resumirse en :
Cualquier proyecto territorial de éxito
debe surgir del propio territorio
Solo se conseguirá que ese proyecto pase
del papel a la realidad con la implicación permanente de los actores locales
para su despliegue.
Para ello se necesita generar ilusión
entre los actores locales por ese proyecto de futuro.
Eso solo será posible si son los propios
actores locales los que definen ese proyecto.
La ilusión solo puede ser generada cuando
el proyecto de futuro significa una apuesta del territorio por alcanzar la
excelencia en algún aspecto concreto.
Y, por supuesto, el territorio necesita,
como requisitos de partida, un liderazgo, un actor del conocimiento sólido y un
sector empresarial con potencial de crecimiento.
Con estos elementos y la metodología de
trabajo adecuada para la definición del Plan y para la dinamización de su
puesta en práctica, pienso que cualquier territorio tiene buenas posibilidades
de parar la sangría permanente que representa su despoblación, recuperar el
terreno perdido y relanzar su desarrollo para pasar a contribuir activamente al
crecimiento del país al que pertenece.
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