LA SIBERIA EXTREMEÑA
ALONSO DE LA TORRE
La Siberia no se cierra(diario Hoy de Badajoz 27/11/2016
Siruela.
17 pueblos, 8.657 habitantes con alcalde del PP y 11.868
gobernados por el PSOE dieron la razón a Miguel Ángel Gallardo cuando reconoció
en FITUR que Extremadura tiene una deuda con La Siberia
J. R. ALONSO DE LA TORRE @JRAdelatorre LA SIBERIA, MUY CERCA
DE TI
En el otoño de 1926, el gobernador civil de Badajoz, Conde
de Salvatierra, recorrió la Siberia en compañía de varios periodistas.
Pretendía acabar con el despectivo nombre de la comarca y ordenó a los alcaldes
que multaran a quien lo empleara. 90 años después, el topónimo está
completamente asumido y hasta es una imagen de marca. "Tenemos un nombre
inhóspito, pero somos un paraíso", resume Rosa Araújo, alcaldesa de
Tamurejo, el sentir general de sus paisanos.
Casas de Don Pedro mantiene vivas sus tradiciones
Fuenlabrada de los Montes, un pueblo de miel
La naturaleza explota en Villarta de los Montes
El deporte acuático se vive en Herrera del Duque
'El gigante extremeño', un referente en Puebla de Alcocer
Parece, incluso, como si en los pueblos siberianos hubiera
arraigado el gusto por los nombres recios. Así, en Valdecaballeros, los
aficionados de su club de fútbol proclaman en carteles su 'Orgullo Jabalí' y el
equipo de Garbayuela se ha hecho famoso por su nombre: Pedrusco Fútbol Club. Se
llama así en honor a Pepe el Hincha un personaje de los tebeos "Tío
Vivo" y "DDT" que enloquecía con su Pedrusco F. C. Este nombre
los ha llevado a salir en Canal Plus con el irónico galardón de peor equipo de
España, lo cual no deja de ser otra imagen de marca.
Rosa, la alcaldesa de Tamurejo, tiene 52 años. Orientando a
los bomberos en un incendio, el camión en que viajaba se cayó por un puente y
Rosa pasó un año en el hospital entre la vida y la muerte. Hoy tiene muy
afectada la parte derecha de su cuerpo, "Cuando me viene la crisis de
dolor, paro y resurjo". En esa tesitura parece encontrarse La Siberia:
detenerse, reflexionar y resurgir.
Tamurejo es uno de los 17 pueblos de la comarca. Es
pequeñito, 225 habitantes, pero nada más llegar llaman la atención detalles
como que hay zonas peatonales, que está muy limpio, que sus calles principales
están llenas de macetas y que un cartel prohíbe los perros sueltos.
¿Pero no se aburre la gente en estos pueblecitos de La
Siberia, no están hartos de tanta soledad y tanto aislamiento los 158
habitantes de Risco, los 227 de Sancti Spiritus, los 318 de Baterno, los 225 de
Tamurejo...? ¿No se les cae la casa encima, no se desesperan con la rutina, la
falta de noverdades, la ausencia de estímulos para salir de casa durante el
invierno?
"Estamos a cien kilómetros de todo, pero vivir aquí es
una gozada", resume Rosa su visión del aburrimiento. "Somos muy
activos y participativos", avisa la alcaldesa y debe de ser cierto porque
las señoras salen continuamente de casa a regar y adecentar las decenas de
macetas de las calles y cuando hay un proyecto imposible, como el arreglo de la
residencia de ancianos, montan una tómbola benéfica para repararla. Raúl limpia
la calle, aunque no esté contratado, porque, confiesa, "encerrado en casa
sin hacer nada me deprimo" y los jóvenes van al instituto durante la
semana, y a divertirse los viernes y los sábados, a Siruela y a Talarrubias.
"De vez en cuando, vamos a El Faro y, desde hace cinco
años, los martes y los jueves llevo a mis tres hijos al conservatorio a Don
Benito, donde coincido con muchos paisanos de La Siberia que hacen lo
mismo", detalla Rosa, que no cobra por ser alcaldesa. En el pueblo, solo
queda un bar, "La Taberna de la Tía Amparo", donde se reúnen los
vecinos a ver el fútbol, picar algo o jugar la partida y como tienen únicamente
una panadería-pastelería con los productos básicos, se acercan a comprar a
Agudo (Ciudad Real) o a Siruela, los dos pueblos grandes con comercio más
cercanos.
Domingo en la churrería
Es domingo, son las nueve de la mañana y la
churrería-librería-quiosco de prensa de Valdecaballeros está llena. La dueña,
una señora elegante y atenta, se acerca a una mesa y charla con una familia.
"¿Vosotros sabéis de alguna buena tienda en Talavera donde vendan telas?",
pregunta la hostelera a sus amigos, que son emigrantes en Talavera. En los
pueblos de La Siberia, esta escena es habitual. Gran parte del 60% de la
población que emigró en los años 60-70 del siglo pasado retorna a su pueblo el
fin de semana. Viven en Madrid o Barcelona, pero siguen estando en La Siberia,
pensando en La Siberia, deseando volver cada viernes a casa.
Tres autobuses unen diariamente La Siberia con Madrid y los
viernes y los domingos hay una combinación que permite aprovechar al máximo el
fin de semana. Para ir a Barcelona, se acercan a Ciudad Real a coger el AVE y,
cuando funcionaba el Don Quixote Airport de Ciudad Real, eran clientes asiduos
de un vuelo a Barcelona que llegó a costar 20 euros. Ahora están ilusionados
con las noticias sobre su reapertura.
La churrera de Valdecaballeros necesitaba unas telas y para
ello quería acercarse a la ciudad donde compra media comarca: Talavera de la
Reina. La otra solución es dirigirse a los conseguidores, comerciantes
tradicionales de estos pueblos, que consiguen cualquier producto por raro que
sea. El más popular es José Carlos, de "La Cochera" de Helechosa, más
conocida por "El Corte Inglés" y con frase publicitaria inventada por
su clientela: "Lo que no encuentres en Talavera, vete a La Cochera".
Salimos de la churrería de Valdecaballeros y damos un paseo
por las calles del pueblo. Inmediatamente nos sorprende la morfología urbana:
no nos parece estar en uno de esos pueblos de Badajoz de calles anchas y
casonas blancas, como aplastados en la llanura, pueblos de aire andaluz o
mejicano, sino en un pueblo del norte de la provincia de Cáceres o del norte de
Castilla, agrupado en un cerro, con su dédalo de callejas estrechas en cuesta y
la iglesia en lo alto, vigilante, pueblos con resabios magrebíes, enrevesados y
empinados: Puebla de Alcocer, Helechosa, Castilblanco, Valdecaballeros o la
propia capital comarcal, Herrera del Duque, en la falda del monte y con su
castillo en lo alto.
Políticamente, en La Siberia perdura un bipartidismo
perfecto y sin interferencias. Siete pueblos y 8.657 habitantes tienen alcalde
del PP y diez pueblos y 11.868 habitantes son gobernados por alcaldes del PSOE.
Tanto unos como otros dieron la razón a Miguel Ángel Gallardo, Presidente de la
Diputación de Badajoz, cuando reconoció públicamente en la última Feria
Internacional de Turismo que Extremadura tenía una deuda histórica con La
Siberia.
Rosa Araújo recuerda que se afilió al PSOE en 1982 y creció
políticamente manifestándose contra la central nuclear de Valdecaballeros.
Desmantelar la central tuvo un coste laboral y económico para La Siberia. Los
pantanos, también. "El agua que acumulamos en La Siberia riega Extremadura
y crea la energía eléctrica de nuestras pequeñas y medianas empresas",
aclara Rosa por si alguien se había olvidado. En los pantanos, que anegaron las
mejores tierras y solo riegan cinco hectáreas en la comarca, y en el cierre de
Valdecaballeros se centraría el grueso de la deuda con La Siberia.
Rosa preside el CEDER Siberia, grupo de acción local de la
comarca, y es vicepresidenta de la Red Extremeña de Desarrollo Rural. "En
los últimos ocho años, hemos perdido más de mil habitantes, es como cerrar un
pueblo grande. No somos capaces de asentar la población", se lamenta.
¿Cómo pagar esa deuda histórica con los pueblos de La
Siberia, cómo conseguir que la población no emigre? El estudio "30 años de
economía y sociedad extremeña, 1983-2013", editado por la Diputación de
Badajoz y dirigido por el profesor Luis Fernando de la Macorra, revela que La
Siberia es la penúltima comarca extremeña en población y en índice de actividad
económica, solo por delante de la de Valencia de Alcántara. Pocos años antes,
se publicó un diagnóstico socioeconómico sobre La Siberia. En él se hacía un
análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades), que
establecía las debilidades de La Siberia (escaso tejido empresarial,
envejecimiento, emigración, cultura del subsidio, baja natalidad, falta de
infraestructuras, malas carreteras) y señalaba sus fortalezas (medio ambiente
bien conservado y diverso, cultivos sostenibles, calidad de vida, mantenimiento
de costumbres y tradiciones, ganadería, sector agroalimentario, turismo, agua).
Este estudio incluía una encuesta realizada pueblo a pueblo
sobre el futuro y recogía la esperanza puesta en el turismo como principal
factor de desarrollo y como un sector en el que hay mucho por hacer, baste un
dato: La Siberia aparece, en el estudio antes citado "30 años...",
como la comarca extremeña que tiene el menor índice de bares y restaurantes.
En la dirección de fomentar el turismo, estaría el esfuerzo
de las administraciones por conseguir la declaración de Reserva de la Biosfera
de la Unesco para La Siberia. Es un galardón parecido al que ostenta, por
ejemplo, Cáceres, como ciudad patrimonio de la humanidad, pero en este caso
referido al espacio natural. Este reconocimiento, como sucede en Cáceres, no
exige imponer más normas restrictivas, sino respetar las normas existentes,
pero empuja a las administraciones a realizar planes conjuntos de desarrollo de
los pueblos y la comarca.
Regresemos a Tamurejo. En el pueblo hay 29 explotaciones
agrarias de ganado y olivar. El aceite se vende a Castilla la Mancha y el
ibérico y la leche de la comarca es recogido, en gran parte, por la poderosa
Cooperativa Ganadera del Valle de Los Pedroches (COVAP) de Pozoblanco
(Córdoba). Las aceitunas de la comarca se llevan a almazaras privadas de
Talarrubias (Márquez de Prado) o Puebla de Alcocer (Del Pozo) y a cooperativas
de Talarrubias, Castilblanco o Fuenlabrada, pero no hay envasado esmerado ni
comercialización de alta gama aprovechando la imagen de marca de La Siberia.
En Castilblanco, el aceite se suele vender a Carbonell. El
valor añadido no se queda en el pueblo y así es difícil asentar población. Dice
una leyenda popular que los forasteros no se marchan de Castilblanco porque
beben del manantial de la Fuente Vieja y quien bebe de él ya no se va nunca del
pueblo. La leyenda, extrapolada a toda la comarca, está fallando últimamente.
Hará falta algo más que agua milagrosa para que los pueblos de La Siberia sigan
vivos.