LA ECONOMÍA DEL BIEN
COMÚN. Cristian Felber (Editorial Deusto 2012)(Resección)
Mito 3:
El pueblo no tiene la suficiente
fonación.
Las decisiones fundamentales, en general, son decisiones
éticas para las que todas las personas son igual de competentes,
independientemente de su grado de formación. No hay ningún indicio de que las élites de la Sociedad cuenten
con una sensibilidad por encima
de la media. Y un intelecto fuerte no
garantiza nada. Austria ha convocado dos referéndums: sobre la central nuclear de Zwntendorf y la entrada
en la Unión Europea. Allí donde el gobierno
y el pueblo tenían opiniones diferentes,
en la cuestión de la energía nuclear, el pueblo soberano fue más inteligente,
aunque en aquel entonces uno de los argumentos
más agresivos fue que la población “no sabía nada” sobre la complicada física nuclear. El problema de una
expertocracia corrupta se ha agudizado en los últimos años. Ministros y
diputados prefieren escuchar a los lobbies que a los expertos íntegros. ¿Por
qué participaron trece países formar la Unión Europea en la guerra de Iraq?.El
argumento de la sabiduría no se
sostiene.
Mito
4:
.Las decisiones
son demasiadas complicadas.
Este
argumento se inventó en el Tratado de
Lisboa .En primer lugar , los gobiernos – en vez de formular una breve y compresible Constitución- de
manera totalmente consciente crearon un monstruo de quinientas páginas , para dejar fuera de
la cogestión al pueblo soberano con el argumento de la complejidad .En segundo lugar , las encuestas
demostraron que la mayoría de los
representantes del Parlamento nacional no tenían (ni tienen) la más mínima
ideas acerca del contenido del Tratado
de Lisboa, y por este motivo no
estaban en absoluto más
cualificados que la población para votar. El ejemplo de Francia
nos demuestra cómo un referéndum conduce a cierto nivel informativo
de la población: antes del referéndum ,los libros sobre el Tratado de la Unión Europea
estuvieron en la lista de los más vendidos durante meses ; se vendieron más de un millón de ejemplares. En innumerables discusiones
públicas se debatían
aproximadamente los artículos uno a uno
hasta altas horas de la noche. Cuando el pueblo puede participar , no
siente en absoluto el desencanto generalizado por la política que gustosamente los dictadores temporales le atribuyen.
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