LA ECONOMÍA DEL BIEN COMÚN. Cristian Felber ( Editorial
Deusto 2012)(Resección)
.Democracia
directa en tres pasos.
La democràcia directa
està avanzando a nivel mundial: desde 1951 hasta 1960 hubo tan solo 52
referéndums, desde 1991 hasta el 2000 ya fueron docientos y durante la primera dècada del tercer milenio llegaran a mil. E Alemania
, en los últimos cinco años , se implantó
el plesbiscito como
instrumento en la maypria de los Estados
federados y también a nivel municipal.En Baviera existent desde 1995 los referèndums; en el Tirol del
Sur hay una primera forma de democràcia- aunque todavía ni satisfactòria-desde
2008.
Pese a esta tendència común
hacia una mayor democràcia , se siguen manteniendo generalizadas y en parte
irritantes reparos y miedos contra la democràcia directa: se podria introduir la pena de
muerte; la derecha populista podria acosar a las minories; la población en
general no es tan ilustrada y
judiciosa como un gobierno electo.La
votación en Suiza para prohibir los
miravetes parace confirmar esos temores. Por este motivo ,quiero hacer un pequeño incisoacerca
de las reserves actuales contra la democràcia directa y aclarar los
derechos fundamentales en relación con la prohibición Suiza de los miravetes:
Mito 1.
Ya tenemos una
democràcia representativa.
El truco es viejo.Cuando alguien reclama pausas o día
libres en el Trabajo, a veces surge el argumento
en contra:” pero si el Trabajo no
es nada malo”.La democràcia directa no
quiere reemplazar a la democràcia, sinó complementarla, de la misma manera que las pausas y las vacaciones no cuestionan el Trabajo, sinó que lo
hacen más productivo.El Parlamento puede conservar el poder legislativo central, però,si se auerda algo que vaya en
contra de la voluntad del pueblo soberano , éste tiene que tenir la posibilidad de corregir a sus representantes.O, si todos los partidos que presentan candidaturas al Parlamento
han prescindido de algo en su
programa electoral que sin embargo es
importante para el pueblo soberano ,
éste debe poder, por sí mismo , iniciar la ley.O, si el electorado vota por mayoría a un gobierno concreto pero,sin embargo , en una cosa concreta quiere algo diferente , se
deben poder tener ambas; su gobierno
favorito y las leyes de su elección.Lo
decisivo : la última palabra tiene que ser del pueblo soberano.
Mito2:
El pueblo sí puede
deslegir el gobierno.
En el peor de los casos
, como muy pronto a os cinco años.A los gobiernos les gusta tomar decisions impopulares justo después de las elecciones
,para repartir azúcar en las
pròximidades de la fecha electoral.Hasta
entonces , muchas cosas se olvidan.Y a enudo no sería e interès de los
decepcionados votantes no volver a
elegir un gobierno que ha hecho muchas cosas
buenas por culpa de una decisión errònia.Las elecciones parlamentarias por lo general “son insuficientes” porque
solo se puede elegir entre grandes paquetes de promeses electorales , sin que ninguna de elles se garantice
de manera vinculante.La democràcia directa permite al pueblo soberano
seleccionar cuestiones
individuales y decidir por sí
mismos .La democràcia se vuelve mucho
más eficiente y satisfactòria cuando el
pueblo, entre los processos electorales, puede participar activamente en vez de estar tutelado y desposeido de
poder.
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