lunes, 30 de enero de 2017


PARA NO OLVIDAR LO QUE EN SU DÍA ESCRIBÍ, SIENDO UN POCO OPORTUNISTA.ALGUNAS REFLEXIONES EN RELACIÓN AL PROCESO DEL BLOQUE  DE LA CALLE VENUS.BARRIO DE LA MINA.SANT ADRIÁ DE BESÓS. (Barcelona)Aprovechando  la actual  situación del  citado barrio , las diferentes intervenciones policiales, Y ACTUACIONES DE INTERMEDIACIÓN COMUNITARIA POR LAS DIFERENTES INSTITUCIONES .Escrito para ayudar y colaborar
EN EL 2016 SE HIZO UN ESTUDIO Y SE PUBLICARON LOS RESULTADOS SOBRE LAS PROBLEMÁTICA GLOBAL DE LA MINA.YO ME PREGUNTO ADEMÁS DE LOS QUE LES PODÍA O CORRESPONDÍA HACER Y DESARROLLAR A LAS INSTITUCIONES PERTINENTES? QUÉ HAN HECHO  LOS Y LAS QUE HAN CONCEBIDO ESTE BARRIO DE SANT ADRIA DE BESÓS, CÓMO TIERRA DE MISIÓN O COMO  SI FUERA EL TERCER MUNDO??
Yo creo que el bloque de la calle Venus ,del barrio de La Mina de Sant Adriá, un poco conflictivo y polémico, no se debe tirarse al suelo. Debe rehabilitarse ,fachadas, escaleras, ascensores ,interiores etc y hacer más ancho el pasillo entre bloques, quitando algunos pisos o partiéndole por la mitad.
¿Qué hacer con los vecinos  más normalizados?.Se debe llegar aun acuerdo económico, en función de sus situaciones personales y familiares, y que se puedan  trasladar ir a alguno de los bloque de nueva construcción en el mismo barrio.
El resto  de familias ,mejor que se queden en el citado  bloque, pues,en estos momentos es la mejor opción para el trabajo con  estos vecinos y vecinas .Y es una forma preventiva como  tener “controlada toda parte de la situación no normalizada y dedicada a temas no lícitos”.Así se podrá seguir haciendo las acciones comunitarias, convivencias, de integración social, formativas etc.. y evitar que el barrio de La mina, siga para atrás en lugar para adelante, son muchos años de esfuerzo y   de desarrollo del plan Urban(Se creó el Consorcio de La Mina),en parte pagado con fondos comunitarios, para hacer un barrio normalizado ,independientemente, de las familias o personas que viven en el.
Quizás, algunos sectores y personas, de la plataforma de las entidades  del barrio de La Mina, me pueden decir racistas etc, pero es la mejor forma de no crear otro tipo de conflictos y  dejar trabajar, a profesionales de diversas facetas  como: los educadores sociales, asistentes/tas sociales y otro tipo de personal con esta población, para reinsertar a los que se pueda y a los que no mejor, no enmendar. Pero al mismo tiempo hay que fortalecer el en tramado asociativo del barrio y no sólo los servicios o entidades que trabajan, gracias a los fondos comunitarios e institucionales. Al final del proceso las entidades y asociaciones que queden serán claves para el futuro de la Mina.
Se que es un problema  muy complejo ,costoso, y hay que buscar fórmulas de cómo realizar e innovar, a veces experimentar , para su trabajo cotidiano.
Como dije en un comentario a una entrevista de publicada en la prensa, al presidente de la plataforma, creo que un escolapio, la Mina, ya está bien que, algunos/as, sigan teniéndola como Espacio de Misiones. Con lo cual no quiero rechazar que en barrio trabajen ciertas concreciones religiosas, la Iglesia Católica, la Iglesia Evangélica del Culto Gitano etc.
Todos y todas  deben trabajar por la cohesión social. La cual se fundamenta en los valores universales que, quizás, hay que actualizar, en rasgos culturales que  ahora pueden no tener espacio, en esta actual sociedad moderna globalizada. Al contrario. Pero el objetivo no es perder cohesión social o perder la identidad del barrio. El objetivo debe ser asentar sobre nuevas bases esta cohesión social. Que no o es fácil. Pero probablemente es necesario una nueva forma de ver la futuro modernidad.
Creo que la necesaria cohesión social no se asienta sobre bases fijas y estáticas. En estos último años todo se ha movido. Un poco, y podemos pensar que desde el punto de vista ciudadano y sobre todo político es posible proponer un nuevo movimiento en base a estas bases. No para la disolución, de las diferentes identidades existentes en el barrio de La Mina, sino para buscar otras con coraje que las refuercen. Y es que el contexto social no permitirá durante muchos años  se producen divergencias en relación a corrientes principales de igualdad y de una nueva ciudadanía. 
En definitiva tanto las instituciones públicas, privadas, diversos agentes sociales de todo tipo que operan en el barrio de La Mina. Además de gestionar, también deben analizar y reflexionar , de cómo seguir su trabajo para producir la razonar transformaciones sociales profundas que permitan el correspondiente progreso,  justicia social i el bienestar de toda la ciudadanía, vecinos y vecinas, que viven en el barrio de La Mina..Sin sentido mesiánico, pero si con una cierta contundencia política y social para que las familias personas, mas problemáticas, acepten participar en todo el nuevo proceso y realicen un gran esfuerzo para cambiar.
Pero sino no separamos la paja del grano. Será difícil este “nuevo futuro” .Aunque se ofrezca más ecuación, más oportunidades, más ciudadanía- en el sentido de producir más participación social, cultura y política-, mas actitud de mejora y más igualdad y respeto a la pluralidad social. Durante mucho tiempo parte de la sociedad no ha tolerado ni tolera vivir con  ciertas familias problemáticas, siendo motivo de conflictos, en este momento el riesgo sería “derribar todo el bloque ,al que nos estamos refiriendo, de la calle Venus del Barrio de la Mina de Sant Adriá de Besós, sería instalarnos en   una concepción maximalista , que no ayudaría a resolver la situación, independientemente de sus identidades, pluralidades sociales y  se cierren en posiciones conservaduristas y no integradoras.
Pero no debemos olvidar que La regla de oro de las negociaciones  ;según la cual la verdad se sitúa en una vía media se aplica aquí eficazmente , evitándose así el callejón sin salida. En resumen , el producto del grupo (opinión,norma,etc),expresa su doble rechazo : el de provocar una divergencia a favor de uno de los contendientes sociales.La única alternativa sería prolongar el conflicto; por tanto, la influencia que se ejerce, la normalización, está marcada por la necesidad de evitar el conflicto y de impedir el desacuerdo respecto al marco de referencia.Los contendientes tratan de descubrir lo que es "razonable" y no tanto lo que es verdadero; nadie quiere dominar, pero nadie desea tampoco quedar marginado. Semejante situación no sólo determina un movimiento positivo hacia la cooperación y la comprensión mutua , sino que permite también escapar a opciones entre términos incompatibles. El proceso consiste básicamente en suprimir las diferencias y aceptar el mínimo denominador común.Muchas de nuestras transacciones diarias en los tribunales, en política, en los sindicatos, etc, se apoyan en esta doctrina que está fundamentalmente anclada en nuestro sistema social e ideológico.
Salvador Pastor Blasco
Periodista

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