sábado, 8 de septiembre de 2018


Jordi Solé Tura en 1974 .en su libro editado por EDICUSA” Catalanismo y revolución burguesa” escribía “
A)””Pi i Maragall, situado en la encrucijada de una burguesía fuertemente influida por los valores artesanos y a punto de diferenciarse interiormente en una alta burguesía y en unos extractos medios, es el intérprete más avanzado de una voluntad de transformación capitalista del viejo Estado español, prisionero de la nueva oligarquía agraria y financiera .Es consciente del conflicto entre el trabajo y el capital, pero también de la imposibilidad de superarlo con la violencia: debe reconocerse a los trabajadores su personalidad ,integrarlos colectivamente en el sistema como un elemento dinámico y no como un adversarios en plena contienda; deben reformarse las viejas estructuras agrarias, abrir el camino al desarrollo industrial y urbano.””……”Este pensador reformista ,utópico, pero al mismo tiempo realista y avanzado- demasiado avanzado para la realidad económica y social de la España en que vivió-, tuvo el mérito  de trazar las grandes líneas teóricas de lo que podía haber sido la verdadera revolución democrático-burguesa en España. Y en el centro de su concepción política y social de España: el problema regional..
Su federalismo es ,al principio ,una teoría individualista y anarquizante, contradictoriamente ligada, sin embargo, a una visión orgánica y. en cierto modo tradicionalista de la historia de España. LOS  sujetos del pacto no son sólo los individuos ,sino también las colectividades. Ahora bien ,cuando quiere precisar estas colectividades ha de recurrir a las regiones, a los reinos tradicionales, al municipio. …………Y la realidad es la de una España atrasada, con profundas diferencias estructurales, sometida al dominio de una oligarquía agraria, con islotes industriales y modernos incapaces de transformar el país, a su imagen y semejanza. Pi comprende esta dualidad, esta transformación, pero sólo la resuelve en el plano teórico y cree en la virtud regeneradora de la ilustración, de la propaganda, de la teoría, en una palabra……….El siguiente paso lógico debería ser, pues, la admisión de la realidad del país y la vinculación de sus formulas teóricas con la verdadera savia orgánica de las regiones. Esto es, en definitiva, lo que pide Valentí Almirall,Pi se niega, sin embargo a dar este paso. Perfecciona, profundiza la teoría jurídica de su federalismo, pero se aísla cada vez más de la realidad política del país..Y cuando, en este panorama, surge el movimiento catalanista, su actitud es de reticencia y de esperanza al mismo tiempo. A través de Almirall el federalismo se ha integrado ya en la corriente catalanista y ésta puede permitirse el lujo de ignorar las ofertas de alianza de Pi patriarca, pero políticamente impotente. El catalanismo aprovecha a Pi como figura aislada, pero, de hecho, se desarrolla sin él…………..Prat ya habla de nacionalismo , identifica a la nación con Cataluña  y ve en España la simple entidad artificial Estado. La concepción regionalista ,federalista de Pi, su voluntad de transformación del Estado, de modernización de las estructuras, han sido asimiladas por la burguesía nacionalista. Pero su opción política es otra : es una clase hegemónica de Cataluña ,pasa a la acción independiente como intérprete y representante de una voluntad colectiva y, por consiguiente, su federalismo es instrumental; la voluntad democrática de Pi ha sido sustituida por el clamor de la tierra, por la savia orgánica de la comunidad histórica.

B)El eslabón fundamental en esta transición del federalismo al nacionalismo, en esta integración de las fórmulas federalistas- y también de su voluntad regeneradora- en el cuerpo doctrinal del catalanismo, es la figura de Valentí Almirall….Almirall, federalista pimargalliano en un primer momento rompió con Pi por una razón muy concreta: el fracaso de la República del 1873- es decir, del primer intento de gobierno federal- le convenció de que las doctrinas pactistas carecían de base social y, por consiguiente, de que era necesario buscar esta base en la realidad orgánica de las regiones.Pi y Margall también había visto esta necesidad.
Lo que ocurría, sin embargo , en que Pi y Almirall tenían puntos de vista  muy diferentes sobre el contenido social, el contenido de clase de la transformación federal de España. Concretamente: Almirall creía que la gran burguesía había de ser la fuerza hegemónica no sólo en Cataluña, sino en toda España.Cuando critica la decadencia de los catalanes, critica la Cataluña pequeño-burguesa, rural y artesana, aspira a una Cataluña europea, de capitalismo dinámico, expansionista y emprendedor.No cree que la transformación de España pueda ser obra de unas masas populares socialmente subordinadas.
Esta oposión política se convirtió en seguida en una oposición doctrinal, cuya esencia sólo podía ser una; el acercamiento del federalismo a las fuerzas vivas, el paso del federalismo al nacionalismo, la sustitución del pacto sinalagmático y conmutativo por la organización federal de las comunidades orgánicas. Rovira y Virgili lo explica a su modo, pero con claridad suficiente para marcar las diferencias””Pi y Maragll era, por encima de todo un federalista, Almirall, un catalán.En el primero  había más doctrina , más verdad doctrinal; en el segundo, más vida, más verdad real.El federalismo de Pi era principalmente una idea, un sistema.El particularismo de Almirall, pese s su amplitud generalizadora ,era una expresión del problema vivo y concreto de Cataluña””
¿Qué es, pues, Cataluña para Almirall?.Es la Cataluña capitalista, encabezada por una burguesía urbana dispuesta a derrocar el burocratismo centralista. Una Cataluña- sin duda- -más ideal que real .Almirall es extremadamente lúcido cuando analiza los defectos de la burguesía de la época cuando denuncia el conservadurismo, su timidez, su tendencia a pactar con el poder central, su exclusivismo clasista, que él quisiera ver sustituido por una clara voluntad hegemónica e integradora. Cataluña es un país de contrastes , una mezcla incoherente de progreso y atraso, de egoísmo estrecho y de altruismo.
El carácter catalán –dice- no es armónico, sino desequilibrado, como el castellano, pero por el lado opuesto. Predominan en él facultades reflexivas, poco brillantes en la forma. Le repugna ensalzar los hombres y tiende , en cambio, a hacer arraigar instituciones. Esto hace que  Cataluña sea la tierra de la medianía: ni grandes personalidades brillantes ni nadie absolutamente inepto. Las causas de la decadencia catalana no son sólo externas(presión castellana), sino también internas. La historia contemporánea da ejemplos bien claros de este espíritu decadente, de esa desnaturalización. La Reinaxença, por ejemplo, nacida por el impacto de las ideas liberales , se ha convertido en un movimiento conservador y retrógrado
La Renaixença chocó en seguida  con dos obstáculos: los adversarios naturales y los que tenían que ser sus decididos partidarios. Estos- es decir, la burguesía y la intelectualidad historicista y conservadora-son los peores. La revolución de 1868 fue el gran momento de aquella intelectualidad y de aquella burguesía. La idea del federalismo se había apoderado de todos: por un momento reinaba unanimidad en Cataluña
Para Almirall, el regionalismos conservador ha fracasado, en su misión hegemónica y es necesario encontrar otra base política y doctrinal. Esta base es el particularismo o, dicho de otra manera, el federalismo llenado con la realidad orgánica de la comunidad regional. El particularismo es, pues una verdadera teoría pre-nacionalista., está llena ya, de elementos de nacionalismo. La voluntad que lo anima es claramente regeneradora y anti separatista, aspira a la transformación del Estado Español a imagen y semejanza del núcleo catalán con una clara voluntad expansionista. Al llenar las fórmulas federalistas con la savia orgánica de la región.,Almirall se ve obligado sin embargo, a aceptar todos los elementos de ésta, incluso el ruralismo carlista.  Al denunciar  el centralismo burocrático denuncia también el contenido progresista del jacobinismo y se opone a la política de partidos en nombre de la integración orgánica de todas  las clases y capas de cada núcleo particularista. En definitiva, mella la punta revolucionaria y popular del federalismo, lo convierte en una teoría adecuada a las aspiraciones de una posible burguesía moderna y emprendedora y prepara el terreno para la síntesis del Prat.
Con esta fórmula ,extremadamente vaga, Almirall quiere dar un fundamento cietífico, general, a su concepción, quiere elevarla a categoría sociológica y política. A mi parecer, el intento no tiene mucha solidez en el plano doctrinal.
Más interés tiene, en cambio, el recurso a los elementos orgánicos de la religión como materia prima de su elaboración doctrinal.Puesto que denunciaba las fórmulas federalistas de PI y Maragll por su carácter frío, apriorístico, tenía que remplazarlas por otras más cordiales, vitales, orgánicas….
Almirall  hablaba , pues, de la necesidad de respetar y fomentar la manera de ser y las costumbres tradicionales de las comarcas forales, reivindica las provincias naturales contra las provincias artificiales creadas por el unitarismo, denuncia con violencia el centralismo y el uniformismo jacobinos, acusándolos de haber reemplazado la tiranía del antiguo régimen por la nueva tiranía del radicalismo igualitario y del uniformismo artificial,critica el sistema de partidos políticos vigentes en la España de la Restauración, critica justa en sí misma pero que le llevará a oponerse al sistema mismo,y acaba dando el paso decisivo..
Rovira y Virgili resume la posición de Almirall diciendo que…””sostenía la tesis de que en Cataluña los partidos deben ser catalanes por su ideario y por su organización y que los ciudadanos de nuestro pueblo no deben encuadrarse en los partidos generales españoles. Queria sustituir la política española en Cataluña por la política catalana.””
Este afán de integrar todas las fuerzas del país, obliga a Almirall, naturalmente, a subordinar las diferencias internas y la superior condición de catalanidad:…”no debe de haber diferencias de partidos ni de opiniones. La reivindicación de los que constituye nuestra manera de ser está muy por encima de todas estas diferencias….ninguna solución particularista vendrá ni se solidificará por el esfuerzo de un solo partido, por poderoso que se le suponga. Sólo puede traerla una explosión de sentimientos de todo el pueblo, un movimiento general de la opinión. Por este motivo estamos en el campo catalanista todos los que más distinta amanera pensamos en otras materias…
El objetivo de esta movilización colectiva del pueblo catalán bajo la dirección hegemónica de la burguesía industrial y urbana es claro y explícito:¿Cuán distinta sería nuestra suerte si así como las circunstancias nos llevarán a la unificación por la absorción y dominio del centro sobre los extremos forales, hubiéramos llegado a la unidad por la influencia mucho más saludable y legítima de los extremos forales sobre el centro….
La burguesía  catalana ha intentado , una y otra vez penetrar en la política de Madrid. A costa de mucho trabajo y mucha constancia ha conseguido algún puesto de segunda o tercera fila, pero nunca se ha impuesto del todo porque no ha participado en el gobierno con personalidad propia, es decir, como clase diferenciada.
Rechaza pues el separatismo(…el catalanismo regionalista aspira, sí, a romper la unidad uniformadora que nos ahoga, pero con la misma fuerza desea la unión que ha de darnos salud y fortaleza. No queremos vivir amarrados y atados, pero sí enlazados con las demás regiones.
En definitiva el catalanismo  aspira a una transformación total de la organización política española, a una participación de la burguesía industrial en el poder, adecuada a su peso económico y social; a un desarrollo capitalista sin trabas , y a una expansión imperial Desmintiendo aquel  recurso propagandístico del” no miremos más que a nuestra región.”
C)El federalismo…””La figura de Almirall me parece, pues , capital en la trayectoria del federalismo al nacionalismo. Hemos visto en el federalismo de Pi i Maragall una posible teoría de la revolución democrático-burguesa, demasiado avanzada quizás para las condiciones sociales en que tenía que apoyarse. A mitad de camino entre una burguesía todavía no claramente diferenciada interiormente y una clase obrera con fuertes reminiscencias artesanales.,Pi, se negó a dar el paso doctrinal lógico después de la comprobación en la práctica de la falta de verdadera base social de su federalismo. El paso tenía que ser o el acercamiento claro y definido a un movimiento obrero que ya empezaba a participar en la vida política con peso y organización propios , o la  proximidad a una alta burguesía ya hegemónica en Cataluña, para convertirla en el motor de la revolución democrática….””Almirall se equivocaba, sin embargo, en un punto fundamental: en la apreciación de la capacidad renovadora del impulso revolucionario de la alta burguesía catalana, sobrestimaba su potencial económico y social.No debemos olvidar que la burguesía catalana era estructuralmente incapaz de llevar  a cabo una gran expansión moderna, le faltaban las bases económicas e institucionales. Atemorizada por la presencia de la clase obrera en la contienda política se había lanzado en brazos de la oligarquía agraria”…Cuando, finalmente , se lanzó a la aventura catalanista, lo hizo impulsado por la desesperación ente el desastre de 1898, pero no sin intentar el último compromiso del polaviejismo. José Pla ha definido la continuidad Almirall-Prat con una frase elemental y lapidaria:””la filosofía política es siempre la misma: es el particularismo de Almirall, puesto por Prat al alcance del sentimentalismo medio””..”La frase  contiene, en el fondo, una verdad profunda:Prat de la Riba puso el impulso regeneracionista,integrador y nacionalista de Almirall al alcance de una burguesía mucho más conservadora y tradicionalista que la clase hegemónica ideal que éste último quería poner al frente del pueblo catalán.
D)”El oportunismo como principio” Era  el corolario político lógico de una visión orgánica y tradicional de la realidad catalana, de una conciencia de la debilidad de aquella burguesía que la quería encabezar y proyectar en bloque en la contienda política española, de los límites estrictos que le trazaba la existencia de un proletariado capaz de radicalizar y aprovechar la acción revolucionaria que ella-la burguesía- pudiese iniciar .Era, en definitiva, la conciencia de aquello que canalejas les planteó un día con brutalidad, a los parlamentarios de la Solidaridad:””¡Ah señores!, si un día, por el convencimiento de la nación única fórmula que yo acepto para que prevalezcan  vuestras aspiraciones; si un día, discutiendo estas cosas con más espacio, llegaseis a persuadirnos de que se ha de constituir la región catalana, ¿qué sería del elemento propietario catalán?.¿Qué fuerza tendrían los industriales  de Cataluña para canalizar las aspiraciones del proletariado obrero?. Yo creo que se iría a una gran lucha .¿Y sabéis  tenéis el poder y la organización  vital necesarios para resistir estas luchas de trabajo, estas grandes convulsiones sociales en que toda la fuerza. Todo el vigor del poder del Estado parecen insuficientes?.
El oportunismo de Prat de la Riba era, en definitiva, la formulación teórica del gran problema insoluble de la burguesía catalana, de su gran drama político: la necesidad de luchar contra un Estado del que no podía prescindir ni un solo momento, la necesidad de movilizar en esta lucha a masas que podían llegar a imponerse por ´si mismas, la necesidad de iniciar un proceso revolucionario, pero limitado, ab initio, sus posibles efectos. Aquella burguesía ,dividida entre el deseo y la posibilidad, entre la exigencia y el temor, sólo podía ser oportunista y pragmática, avanzar poco apoco, combinar el avance con el retroceso, huir por principio de los radicalismos en la práctica, esto es lo que Prat intentó explicar y sintetizar con su oportunismo teórico y doctrinal”.
“Queda , sin embargo, el hecho del nacionalismo y de la nación catalana. Es innegable que el nacionalismo burgués tuvo-no sólo en Cataluña, claro está- un carácter instrumental..”El concepto de nación en el siglo XVIII- escribe Maurice Duverger- es forjado por la burguesía: le sirve para establecer una solidaridad con el pueblo y para movilizar los sentimientos comunitarios de éste contra una aristocracia cosmopolita….Durante la segunda mitad del siglo XIX, la burguesía sigue sirviéndose de la ideología nacionalista, pero ahora contra el pueblo, a punto de caer el socialismo, de tendencia internacionalista. La nación sirve para establecer una solidaridad entre las clases privilegiadas y las clases explotadas, para impedir que los trabajadores de todos los países se unan contra el capitalismo”””.Pero también es innegable que esta apelación a la solidaridad de clase sería del todo inoperante si no existiese un marco estructural, histórico, económico, lingüístico y psicológico que le sirviese de base. La burguesía fue, por definición, la principal protagonista del nacionalismo burgués. Pero el movimiento nacional fue más allá y cuando la alta burguesía que lo había puesto en marcha dejó caer otras capas  sociales tomaron el relevo..   “”Un esfuerzo  auténtico de renovación en esta segunda mitad del siglo XX tendrá que integrar algunos de estos elementos, pero no por afán de homenaje a la autoridad sino por una radical comprensión del presente. Pues, en definitiva, la clase social  que en nuestra época puede encabezar un verdadero movimiento renovador no es ya aquella burguesía que Prat de la Riba supo interpretar con tanta exactitud, ni aquellas capas medias que quisieron recuperarle, aun a costa de mutilar su verdadero pensamiento. Si otra clase social ha de resolver el problema, siguiendo unas coordinadas distintas, quiere decirse- y esto es lo esencial- que el problema sigue planteado.
E)El federalismo es, para Prat una especie de solución de compromiso, la mejor fórmula posible en el contexto español, la única capaz de conciliar la contradicción entre la rotunda afirmación teórica de la aspiración a un Estado propio y el deseo concreto de conquistar el Estado Español, de no separarse del mercado español. Por otro lado. Él mismo señala, al analizar los grandes ejemplos históricos de organización federal. Que….el federalismo aparece así como una especie de puente que lleva al Estado unitario, como una especie de andamio de las formaciones políticas unitarias. Pero nunca entró en grandes precisiones sobre la organización federal del Estado español, ni hizo en este terreno obra original….Por medio de la organización regionalista, que consiste en la unión federativa de las antiguas nacionalidades españolas…En cuanto a las formas concretas de esta organización, atribuye al poder central de la federación todas las facultades “”referentes a las relaciones de España con los demás Estados y, en general, a intereses que sean comunes a todas las regiones españolas, como el ejército, las aduanas, los ferrocarriles generales etc. El poder nacional catalán tendrá todas las demás….Para Prat , la vía del triunfo pasaba, por la movilización del pueblo catalán, por la disciplina y la educación política de éste bajo la dirección de la burguesía, por la eliminación del caciquismo, por la propaganda hacia fuera, por la penetración lenta en las estructuras del Estado Español, por la presión sobre éste, no sólo desde Cataluña sino, en la medida de lo posible, desde otras zonas periféricas, y, finalmente, por la entrada en el gobierno en las mejores condiciones posibles…Cierto que con los años Prat volvió a hablar de integración, creó instrumentos modernos para propiciar y pudo pasar por reformista social. Fomentó la enseñanza técnica, creó el Museo Social e incluso llamó a socialistas- como Rafel Campalans-para dirigir las escuelas técnicas e industriales.Cierto que con el tiempo dejó de hablar públicamente de sus primeras elucubraciones teocráticas-corporativistas.Pero el esquema de base nunca varió: la subordinación social de los obreros como clase, la supremacía de los patronos como clase en el marco de la nación común..Lo único que cabe discutir es si la burguesía era un freno para los dirigentes nacionalistas o si estos dirigentes llegaron a serlo, precisamente, porque nunca superaron los límites de lo que aquella burguesía deseaba. Personalmente me inclino( escribe Jordi solé Tura) por las segunda hipótesis, es decir, creo que Prat de la Riba se convirtió en el dirigente político de la burguesía catalana porque le dio el programa y la visión del mundo que ésta esperaba, el programa y la visión que más cuadraban con su realidad social. En esto radica su fuerza y su debilidad.Su fuerza porque edificó una doctrina sobre la roca viva de una clase social hegemónica; su debilidad porque siempre  estuvo prisionero de los límites que esta clase se había trazado a sí misma de las contradicciones que la reducían a la impotencia.
Nada ni nadie puede prescindir de su a aportación renovadora a la arcaica vida política de nuestro país. Un esfuerzo auténtico de renovación en esta segunda mitad del siglo XX tendrá que integrar algunos de estos elementos, pero no por afán de homenaje a la autoridad sino por una radical comprensión del presente. Pues en definitiva, la clase social que en nuestra época puede encabezar un verdadero movimiento renovador  no es ya aquella burguesía  que Prat de la Riba supo interpretar con tanta exactitud, ni aquellas capas medias que quisieron recuperarle, aun a costa de mutilar su verdadero pensamiento. Si otra clase social ha de resolver el problema siguiendo unas coordenadas distintas, quiere decirse- y esto es lo esencial-que el problema sigue planteado.

Resumen por
Salvador Pastor Blasco
Periodista y compañero..
Este libro fue presentado en 1974 en el Centro Social la Florida de l’Hospitalet, siendo yo el presidente. .
 Twuiter..@salvadorpastorb
. www.convivenciaysolidaridad.blogspot.com

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