Jordi Solé Tura en 1974 .en su libro editado por
EDICUSA” Catalanismo y revolución burguesa” escribía “
A)””Pi i
Maragall, situado en la encrucijada de una burguesía fuertemente influida por
los valores artesanos y a punto de diferenciarse interiormente en una alta
burguesía y en unos extractos medios, es el intérprete más avanzado de una
voluntad de transformación capitalista del viejo Estado español, prisionero de
la nueva oligarquía agraria y financiera .Es consciente del conflicto entre el
trabajo y el capital, pero también de la imposibilidad de superarlo con la
violencia: debe reconocerse a los trabajadores su personalidad ,integrarlos
colectivamente en el sistema como un elemento dinámico y no como un adversarios
en plena contienda; deben reformarse las viejas estructuras agrarias, abrir el
camino al desarrollo industrial y urbano.””……”Este pensador reformista
,utópico, pero al mismo tiempo realista y avanzado- demasiado avanzado para la
realidad económica y social de la España en que vivió-, tuvo el mérito de trazar las grandes líneas teóricas de lo
que podía haber sido la verdadera revolución democrático-burguesa en España. Y
en el centro de su concepción política y social de España: el problema
regional..
Su federalismo es
,al principio ,una teoría individualista y anarquizante, contradictoriamente
ligada, sin embargo, a una visión orgánica y. en cierto modo tradicionalista de
la historia de España. LOS sujetos del
pacto no son sólo los individuos ,sino también las colectividades. Ahora bien
,cuando quiere precisar estas colectividades ha de recurrir a las regiones, a
los reinos tradicionales, al municipio. …………Y la realidad es la de una España
atrasada, con profundas diferencias estructurales, sometida al dominio de una
oligarquía agraria, con islotes industriales y modernos incapaces de
transformar el país, a su imagen y semejanza. Pi comprende esta dualidad, esta
transformación, pero sólo la resuelve en el plano teórico y cree en la virtud
regeneradora de la ilustración, de la propaganda, de la teoría, en una
palabra……….El siguiente paso lógico debería ser, pues, la admisión de la
realidad del país y la vinculación de sus formulas teóricas con la verdadera
savia orgánica de las regiones. Esto es, en definitiva, lo que pide Valentí
Almirall,Pi se niega, sin embargo a dar este paso. Perfecciona, profundiza la
teoría jurídica de su federalismo, pero se aísla cada vez más de la realidad
política del país..Y cuando, en este panorama, surge el movimiento catalanista,
su actitud es de reticencia y de esperanza al mismo tiempo. A través de
Almirall el federalismo se ha integrado ya en la corriente catalanista y ésta
puede permitirse el lujo de ignorar las ofertas de alianza de Pi patriarca,
pero políticamente impotente. El catalanismo aprovecha a Pi como figura
aislada, pero, de hecho, se desarrolla sin él…………..Prat ya habla de
nacionalismo , identifica a la nación con Cataluña y ve en España la simple entidad artificial
Estado. La concepción regionalista ,federalista de Pi, su voluntad de
transformación del Estado, de modernización de las estructuras, han sido
asimiladas por la burguesía nacionalista. Pero su opción política es otra : es
una clase hegemónica de Cataluña ,pasa a la acción independiente como
intérprete y representante de una voluntad colectiva y, por consiguiente, su
federalismo es instrumental; la voluntad democrática de Pi ha sido sustituida
por el clamor de la tierra, por la savia orgánica de la comunidad histórica.
B)El eslabón
fundamental en esta transición del federalismo al nacionalismo, en esta
integración de las fórmulas federalistas- y también de su voluntad
regeneradora- en el cuerpo doctrinal del catalanismo, es la figura de Valentí
Almirall….Almirall, federalista pimargalliano en un primer momento rompió con
Pi por una razón muy concreta: el fracaso de la República del 1873- es decir,
del primer intento de gobierno federal- le convenció de que las doctrinas
pactistas carecían de base social y, por consiguiente, de que era necesario
buscar esta base en la realidad orgánica de las regiones.Pi y Margall también
había visto esta necesidad.
Lo que ocurría,
sin embargo , en que Pi y Almirall tenían puntos de vista muy diferentes sobre el contenido social, el
contenido de clase de la transformación federal de España. Concretamente:
Almirall creía que la gran burguesía había de ser la fuerza hegemónica no sólo
en Cataluña, sino en toda España.Cuando critica la decadencia de los catalanes,
critica la Cataluña pequeño-burguesa, rural y artesana, aspira a una Cataluña
europea, de capitalismo dinámico, expansionista y emprendedor.No cree que la
transformación de España pueda ser obra de unas masas populares socialmente
subordinadas.
Esta oposión
política se convirtió en seguida en una oposición doctrinal, cuya esencia sólo
podía ser una; el acercamiento del federalismo a las fuerzas vivas, el paso del
federalismo al nacionalismo, la sustitución del pacto sinalagmático y
conmutativo por la organización federal de las comunidades orgánicas. Rovira y
Virgili lo explica a su modo, pero con claridad suficiente para marcar las
diferencias””Pi y Maragll era, por encima de todo un federalista, Almirall, un
catalán.En el primero había más doctrina
, más verdad doctrinal; en el segundo, más vida, más verdad real.El federalismo
de Pi era principalmente una idea, un sistema.El particularismo de Almirall,
pese s su amplitud generalizadora ,era una expresión del problema vivo y
concreto de Cataluña””
¿Qué es, pues,
Cataluña para Almirall?.Es la Cataluña capitalista, encabezada por una
burguesía urbana dispuesta a derrocar el burocratismo centralista. Una
Cataluña- sin duda- -más ideal que real .Almirall es extremadamente lúcido
cuando analiza los defectos de la burguesía de la época cuando denuncia el
conservadurismo, su timidez, su tendencia a pactar con el poder central, su
exclusivismo clasista, que él quisiera ver sustituido por una clara voluntad
hegemónica e integradora. Cataluña es un país de contrastes , una mezcla
incoherente de progreso y atraso, de egoísmo estrecho y de altruismo.
El carácter
catalán –dice- no es armónico, sino desequilibrado, como el castellano, pero
por el lado opuesto. Predominan en él facultades reflexivas, poco brillantes en
la forma. Le repugna ensalzar los hombres y tiende , en cambio, a hacer
arraigar instituciones. Esto hace que
Cataluña sea la tierra de la medianía: ni grandes personalidades
brillantes ni nadie absolutamente inepto. Las causas de la decadencia catalana
no son sólo externas(presión castellana), sino también internas. La historia
contemporánea da ejemplos bien claros de este espíritu decadente, de esa
desnaturalización. La Reinaxença, por ejemplo, nacida por el impacto de las
ideas liberales , se ha convertido en un movimiento conservador y retrógrado
La Renaixença
chocó en seguida con dos obstáculos: los
adversarios naturales y los que tenían que ser sus decididos partidarios.
Estos- es decir, la burguesía y la intelectualidad historicista y
conservadora-son los peores. La revolución de 1868 fue el gran momento de
aquella intelectualidad y de aquella burguesía. La idea del federalismo se
había apoderado de todos: por un momento reinaba unanimidad en Cataluña
Para Almirall, el
regionalismos conservador ha fracasado, en su misión hegemónica y es necesario
encontrar otra base política y doctrinal. Esta base es el particularismo o,
dicho de otra manera, el federalismo llenado con la realidad orgánica de la
comunidad regional. El particularismo es, pues una verdadera teoría pre-nacionalista.,
está llena ya, de elementos de nacionalismo. La voluntad que lo anima es
claramente regeneradora y anti separatista, aspira a la transformación del
Estado Español a imagen y semejanza del núcleo catalán con una clara voluntad
expansionista. Al llenar las fórmulas federalistas con la savia orgánica de la
región.,Almirall se ve obligado sin embargo, a aceptar todos los elementos de
ésta, incluso el ruralismo carlista. Al
denunciar el centralismo burocrático
denuncia también el contenido progresista del jacobinismo y se opone a la
política de partidos en nombre de la integración orgánica de todas las clases y capas de cada núcleo
particularista. En definitiva, mella la punta revolucionaria y popular del
federalismo, lo convierte en una teoría adecuada a las aspiraciones de una
posible burguesía moderna y emprendedora y prepara el terreno para la síntesis
del Prat.
Con esta fórmula
,extremadamente vaga, Almirall quiere dar un fundamento cietífico, general, a
su concepción, quiere elevarla a categoría sociológica y política. A mi
parecer, el intento no tiene mucha solidez en el plano doctrinal.
Más interés
tiene, en cambio, el recurso a los elementos orgánicos de la religión como
materia prima de su elaboración doctrinal.Puesto que denunciaba las fórmulas
federalistas de PI y Maragll por su carácter frío, apriorístico, tenía que
remplazarlas por otras más cordiales, vitales, orgánicas….
Almirall hablaba , pues, de la necesidad de respetar y
fomentar la manera de ser y las costumbres tradicionales de las comarcas
forales, reivindica las provincias naturales contra las provincias artificiales
creadas por el unitarismo, denuncia con violencia el centralismo y el
uniformismo jacobinos, acusándolos de haber reemplazado la tiranía del antiguo
régimen por la nueva tiranía del radicalismo igualitario y del uniformismo
artificial,critica el sistema de partidos políticos vigentes en la España de la
Restauración, critica justa en sí misma pero que le llevará a oponerse al
sistema mismo,y acaba dando el paso decisivo..
Rovira y Virgili
resume la posición de Almirall diciendo que…””sostenía la tesis de que en
Cataluña los partidos deben ser catalanes por su ideario y por su organización
y que los ciudadanos de nuestro pueblo no deben encuadrarse en los partidos
generales españoles. Queria sustituir la política española en Cataluña por la
política catalana.””
Este afán de
integrar todas las fuerzas del país, obliga a Almirall, naturalmente, a
subordinar las diferencias internas y la superior condición de catalanidad:…”no
debe de haber diferencias de partidos ni de opiniones. La reivindicación de los
que constituye nuestra manera de ser está muy por encima de todas estas
diferencias….ninguna solución particularista vendrá ni se solidificará por el
esfuerzo de un solo partido, por poderoso que se le suponga. Sólo puede traerla
una explosión de sentimientos de todo el pueblo, un movimiento general de la
opinión. Por este motivo estamos en el campo catalanista todos los que más
distinta amanera pensamos en otras materias…
El objetivo de
esta movilización colectiva del pueblo catalán bajo la dirección hegemónica de
la burguesía industrial y urbana es claro y explícito:¿Cuán distinta sería
nuestra suerte si así como las circunstancias nos llevarán a la unificación por
la absorción y dominio del centro sobre los extremos forales, hubiéramos llegado
a la unidad por la influencia mucho más saludable y legítima de los extremos
forales sobre el centro….
La burguesía catalana ha intentado , una y otra vez penetrar
en la política de Madrid. A costa de mucho trabajo y mucha constancia ha
conseguido algún puesto de segunda o tercera fila, pero nunca se ha impuesto
del todo porque no ha participado en el gobierno con personalidad propia, es
decir, como clase diferenciada.
Rechaza pues el
separatismo(…el catalanismo regionalista aspira, sí, a romper la unidad
uniformadora que nos ahoga, pero con la misma fuerza desea la unión que ha de
darnos salud y fortaleza. No queremos vivir amarrados y atados, pero sí
enlazados con las demás regiones.
En definitiva el
catalanismo aspira a una transformación
total de la organización política española, a una participación de la burguesía
industrial en el poder, adecuada a su peso económico y social; a un desarrollo
capitalista sin trabas , y a una expansión imperial Desmintiendo aquel recurso propagandístico del” no miremos más
que a nuestra región.”
C)El federalismo…””La
figura de Almirall me parece, pues , capital en la trayectoria del federalismo
al nacionalismo. Hemos visto en el federalismo de Pi i Maragall una posible
teoría de la revolución democrático-burguesa, demasiado avanzada quizás para
las condiciones sociales en que tenía que apoyarse. A mitad de camino entre una
burguesía todavía no claramente diferenciada interiormente y una clase obrera
con fuertes reminiscencias artesanales.,Pi, se negó a dar el paso doctrinal
lógico después de la comprobación en la práctica de la falta de verdadera base
social de su federalismo. El paso tenía que ser o el acercamiento claro y
definido a un movimiento obrero que ya empezaba a participar en la vida
política con peso y organización propios , o la
proximidad a una alta burguesía ya hegemónica en Cataluña, para
convertirla en el motor de la revolución democrática….””Almirall se equivocaba,
sin embargo, en un punto fundamental: en la apreciación de la capacidad
renovadora del impulso revolucionario de la alta burguesía catalana,
sobrestimaba su potencial económico y social.No debemos olvidar que la
burguesía catalana era estructuralmente incapaz de llevar a cabo una gran expansión moderna, le faltaban
las bases económicas e institucionales. Atemorizada por la presencia de la
clase obrera en la contienda política se había lanzado en brazos de la
oligarquía agraria”…Cuando, finalmente , se lanzó a la aventura catalanista, lo
hizo impulsado por la desesperación ente el desastre de 1898, pero no sin
intentar el último compromiso del polaviejismo. José Pla ha definido la
continuidad Almirall-Prat con una frase elemental y lapidaria:””la filosofía
política es siempre la misma: es el particularismo de Almirall, puesto por Prat
al alcance del sentimentalismo medio””..”La frase contiene, en el fondo, una verdad
profunda:Prat de la Riba puso el impulso regeneracionista,integrador y
nacionalista de Almirall al alcance de una burguesía mucho más conservadora y
tradicionalista que la clase hegemónica ideal que éste último quería poner al
frente del pueblo catalán.
D)”El oportunismo
como principio” Era el corolario
político lógico de una visión orgánica y tradicional de la realidad catalana,
de una conciencia de la debilidad de aquella burguesía que la quería encabezar
y proyectar en bloque en la contienda política española, de los límites
estrictos que le trazaba la existencia de un proletariado capaz de radicalizar
y aprovechar la acción revolucionaria que ella-la burguesía- pudiese iniciar .Era,
en definitiva, la conciencia de aquello que canalejas les planteó un día con
brutalidad, a los parlamentarios de la Solidaridad:””¡Ah señores!, si un día,
por el convencimiento de la nación única fórmula que yo acepto para que
prevalezcan vuestras aspiraciones; si un
día, discutiendo estas cosas con más espacio, llegaseis a persuadirnos de que
se ha de constituir la región catalana, ¿qué sería del elemento propietario
catalán?.¿Qué fuerza tendrían los industriales
de Cataluña para canalizar las aspiraciones del proletariado obrero?. Yo
creo que se iría a una gran lucha .¿Y sabéis tenéis el poder y la organización vital necesarios para resistir estas luchas
de trabajo, estas grandes convulsiones sociales en que toda la fuerza. Todo el
vigor del poder del Estado parecen insuficientes?.
El oportunismo de
Prat de la Riba era, en definitiva, la formulación teórica del gran problema
insoluble de la burguesía catalana, de su gran drama político: la necesidad de
luchar contra un Estado del que no podía prescindir ni un solo momento, la
necesidad de movilizar en esta lucha a masas que podían llegar a imponerse por
´si mismas, la necesidad de iniciar un proceso revolucionario, pero limitado,
ab initio, sus posibles efectos. Aquella burguesía ,dividida entre el deseo y
la posibilidad, entre la exigencia y el temor, sólo podía ser oportunista y
pragmática, avanzar poco apoco, combinar el avance con el retroceso, huir por
principio de los radicalismos en la práctica, esto es lo que Prat intentó
explicar y sintetizar con su oportunismo teórico y doctrinal”.
“Queda , sin
embargo, el hecho del nacionalismo y de la nación catalana. Es innegable que el
nacionalismo burgués tuvo-no sólo en Cataluña, claro está- un carácter
instrumental..”El concepto de nación en el siglo XVIII- escribe Maurice
Duverger- es forjado por la burguesía: le sirve para establecer una solidaridad
con el pueblo y para movilizar los sentimientos comunitarios de éste contra una
aristocracia cosmopolita….Durante la segunda mitad del siglo XIX, la burguesía
sigue sirviéndose de la ideología nacionalista, pero ahora contra el pueblo, a
punto de caer el socialismo, de tendencia internacionalista. La nación sirve
para establecer una solidaridad entre las clases privilegiadas y las clases
explotadas, para impedir que los trabajadores de todos los países se unan
contra el capitalismo”””.Pero también es innegable que esta apelación a la
solidaridad de clase sería del todo inoperante si no existiese un marco estructural,
histórico, económico, lingüístico y psicológico que le sirviese de base. La
burguesía fue, por definición, la principal protagonista del nacionalismo
burgués. Pero el movimiento nacional fue más allá y cuando la alta burguesía
que lo había puesto en marcha dejó caer otras capas sociales tomaron el relevo.. “”Un esfuerzo auténtico de renovación en esta segunda mitad
del siglo XX tendrá que integrar algunos de estos elementos, pero no por afán
de homenaje a la autoridad sino por una radical comprensión del presente. Pues,
en definitiva, la clase social que en
nuestra época puede encabezar un verdadero movimiento renovador no es ya
aquella burguesía que Prat de la Riba supo interpretar con tanta exactitud, ni
aquellas capas medias que quisieron recuperarle, aun a costa de mutilar su
verdadero pensamiento. Si otra clase social ha de resolver el problema,
siguiendo unas coordinadas distintas, quiere decirse- y esto es lo esencial-
que el problema sigue planteado.
E)El federalismo
es, para Prat una especie de solución de compromiso, la mejor fórmula posible
en el contexto español, la única capaz de conciliar la contradicción entre la
rotunda afirmación teórica de la aspiración a un Estado propio y el deseo
concreto de conquistar el Estado Español, de no separarse del mercado español. Por
otro lado. Él mismo señala, al analizar los grandes ejemplos históricos de
organización federal. Que….el federalismo aparece así como una especie de
puente que lleva al Estado unitario, como una especie de andamio de las
formaciones políticas unitarias. Pero nunca entró en grandes precisiones sobre
la organización federal del Estado español, ni hizo en este terreno obra
original….Por medio de la organización regionalista, que consiste en la unión
federativa de las antiguas nacionalidades españolas…En cuanto a las formas
concretas de esta organización, atribuye al poder central de la federación
todas las facultades “”referentes a las relaciones de España con los demás
Estados y, en general, a intereses que sean comunes a todas las regiones
españolas, como el ejército, las aduanas, los ferrocarriles generales etc. El
poder nacional catalán tendrá todas las demás….Para Prat , la vía del triunfo pasaba,
por la movilización del pueblo catalán, por la disciplina y la educación
política de éste bajo la dirección de la burguesía, por la eliminación del
caciquismo, por la propaganda hacia fuera, por la penetración lenta en las
estructuras del Estado Español, por la presión sobre éste, no sólo desde
Cataluña sino, en la medida de lo posible, desde otras zonas periféricas, y,
finalmente, por la entrada en el gobierno en las mejores condiciones posibles…Cierto
que con los años Prat volvió a hablar de integración, creó instrumentos
modernos para propiciar y pudo pasar por reformista social. Fomentó la enseñanza
técnica, creó el Museo Social e incluso llamó a socialistas- como Rafel
Campalans-para dirigir las escuelas técnicas e industriales.Cierto que con el
tiempo dejó de hablar públicamente de sus primeras elucubraciones
teocráticas-corporativistas.Pero el esquema de base nunca varió: la
subordinación social de los obreros como clase, la supremacía de los patronos
como clase en el marco de la nación común..Lo único que cabe discutir es si la
burguesía era un freno para los dirigentes nacionalistas o si estos dirigentes
llegaron a serlo, precisamente, porque nunca superaron los límites de lo que
aquella burguesía deseaba. Personalmente me inclino( escribe Jordi solé Tura)
por las segunda hipótesis, es decir, creo que Prat de la Riba se convirtió en
el dirigente político de la burguesía catalana porque le dio el programa y la
visión del mundo que ésta esperaba, el programa y la visión que más cuadraban
con su realidad social. En esto radica su fuerza y su debilidad.Su fuerza
porque edificó una doctrina sobre la roca viva de una clase social hegemónica;
su debilidad porque siempre estuvo
prisionero de los límites que esta clase se había trazado a sí misma de las
contradicciones que la reducían a la impotencia.
Nada ni nadie
puede prescindir de su a aportación renovadora a la arcaica vida política de
nuestro país. Un esfuerzo auténtico de renovación en esta segunda mitad del
siglo XX tendrá que integrar algunos de estos elementos, pero no por afán de
homenaje a la autoridad sino por una radical comprensión del presente. Pues en
definitiva, la clase social que en nuestra época puede encabezar un verdadero
movimiento renovador no es ya aquella
burguesía que Prat de la Riba supo
interpretar con tanta exactitud, ni aquellas capas medias que quisieron
recuperarle, aun a costa de mutilar su verdadero pensamiento. Si otra clase social
ha de resolver el problema siguiendo unas coordenadas distintas, quiere
decirse- y esto es lo esencial-que el problema sigue planteado.
Resumen por
Salvador Pastor
Blasco
Periodista y
compañero..
Este libro fue
presentado en 1974 en el Centro Social la Florida de l’Hospitalet, siendo yo el
presidente. .
Twuiter..@salvadorpastorb
.
www.convivenciaysolidaridad.blogspot.com
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