“LOS COMUNES” LA
NUEVA FOTOCOPIA DEL PSUC DEL SIGLO XXI ,
DE ADA COLAU Y XAVIER DOMENECH, PARA ,QUE SU NUEVA FORMACIÓN POLÍTICA DE
CATALUNYA, SEA UNA PIEZA IMPORTANTE DE
LA IZQUIERDA Y LOGRE SER HEGEMÓNICA.
EL PASADO AÑO 2016
ESCRIBÍ:
Para la creación de esta nueva formación política que agrupe
a Barcelona en Comú,ICV.EUiA. un sector crítico de Podemos y otras formaciones
menores, en un solo partido, Ada Colau ha puesto a trabajar a dos personas de su
máxima confianza: al Post Peronista,Gerardo Pisarelo y a su diputado en el
Congreso en Madrid, Xavier Domenech y
profesor de Historia en excedencia de la
Universidad Autónoma de Barcelona.
El objetivo es : constituir una formación política basándose
en las teorías : post marxista,nacional,post peronista, populista ,de izquierda
,defensora de la economía del bien común ,el nuevo lerrouxismo, la participación
radical y directa que el politólogo argentino. Ernesto Laclau estudio y
difundió , partiendo, en sus primeras investigaciones y análisis,
de ser unos de los mas importantes
ideólogos de Perón
BASE IDEOLÓGICA DEL PERONISMO.CUESTIONES MÁS IMPORTANTES:
IDEOLOGÍA Y DOCTRINA NACIONAL
Generalmente no existe una idea clara al hablar de VALORES y
PRINCIPIOS, pues éstos suelen ser confundidos con la doctrina o la ideología.
Ambas (la doctrina y la ideología) están fundadas sobre la base de valores y
principios que le dan sustento.
Para quienes se inspiraban en el Positivismo (corriente
filosófica que afirma que el único conocimiento auténtico es el conocimiento
científico, y que tal conocimiento solamente puede surgir de la afirmación
positiva de las teorías a través del método científico), las doctrinas estaban
ya elaboradas por pensadores y filósofos europeos y lo que correspondía era
adaptarlas o -en no pocos casos- adoptarla.
El general Perón define con mucha claridad y precisión este
tema, cuando manifiesta: “Nuestra Patria necesita imperiosamente una ideología
creativa que marque con claridad el rumbo a seguir y UNA DOCTRINA QUE
SISTEMATICE LOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE ESA IDEOLOGÍA...Para ello debemos
tener en cuenta que la conformación ideológica de un país, proviene de la
adopción de una ideología foránea o de su propia creación. Con respecto a la
importación de las ideologías -directamente o adecuándolas- se alimenta un
vicio de origen y es insuficiente para satisfacer las necesidades espirituales
de nuestro pueblo y del país”. (Perón, El Proyecto Nacional, 1974)
“El mundo nos ha ofrecido dos posibilidades extremas: El
Capitalismo y el Comunismo. Interpreto que ambas carecen de los valores
sustanciales que permitan concebirlas como únicas alternativas
histórico-políticas. Paralelamente, la concepción cristiana presenta otra
posibilidad, pero sin una versión política, suficiente para el ejercicio
efectivo del gobierno”. (Perón, El Proyecto Nacional, 1974).
“Los argentinos tenemos una larga tradición en esto de
importar ideologías, ya sea en forma parcial o total. Es contra esa actitud que
ha debido enfrentarse permanentemente nuestra conciencia. Las bases fértiles
para la concepción de una ideología nacional coherente con nuestro espíritu
argentino, han surgido del mismo seno de nuestra patria. El pueblo, fuente de
permanente creación y autoperfeccionamiento, estaba preparado desde hacía ya
muchos años para conformar una ideología nacional, social y cristiana.” (Perón,
El Proyecto Nacional, 1974).
"Sin embargo no fuimos comprendidos cuando,
respondiendo a esa particular exigencia histórica, propugnamos la justicia
social como inmanente al ser nacional, a pesar de que la justicia social está
en la base de la doctrina cristiana que surgió hace dos mil años...Al calor de
intereses políticos y económicos se originaron numerosos equívocos - como la
identificación de la democracia con el liberalismo- promoviendo confusiones
ideológicas que -en su momento- configuraron el marco necesario para el
mantenimiento de los intereses imperialistas”. (Perón, El Proyecto Nacional,
1974)
“La aparición y la evolución de la concepción Justicialista
es la del desarrollo histórico natural de nuestras ideas, y es patrimonio de
todo el pueblo argentino; en esa medida el ideólogo es sólo un intérprete”.
(Perón, El Proyecto Nacional, 1974).
“En nuestro país persisten todavía muchos esclavos de la
injusticia. Ni la Justicia Social ni la Libertad -recíprocamente apoyadas- son
comprensibles en una comunidad integrada por hombres que no se han realizado
plenamente en su condición humana”. (Perón, El Proyecto Nacional, 1974)
“Es por eso que el Justicialismo quiere para el hombre
argentino:
• Que se realice en sociedad, armonizando los valores
espirituales con los materiales y los derechos del individuo con los derechos
de la sociedad; que haga una ética de su responsabilidad social;
• Que se desenvuelva en plena libertad en un ámbito de
justicia social; Que esa Justicia Social esté fundada en la ley del corazón y
la solidaridad del pueblo;
• Que tal solidaridad sea asumida por todos los argentinos,
sobre la base de compartir los beneficios y los sacrificios equitativamente
distribuidos;
• Que comprenda a la Nación como unidad abierta
generosamente con espíritu universalista, pero consciente de su propia
identidad.
“La comunidad a la que aspiramos es aquella donde la
libertad, la justicia y la responsabilidad son fundamento de una alegría de
ser, basada en la certeza de la propia dignidad.” (Perón “El proyecto Nacional”
1974)
Una DOCTRINA - como hemos visto - supone principios y
valores que la sustenten, sin los cuales no puede existir ninguna claridad
sobre el rumbo a seguir.
Efectivamente, las doctrinas - en nuestro caso la
JUSTICIALISTA- tienen una intrínseca vinculación con la situación en la que
surgen, pero deben estar orientadas por principios y valores coherentes con las
opciones de construcción social y política elegidas.
Todo proyecto político supone una doctrina, y toda doctrina
supone principios y valores que la sustenten.
DIFERENCIA ENTRE DOCTRINA, PRINCIPIOS Y VALORES
Las doctrinas se deben actualizar, pero los principios y
valores son inmanentes, absolutos, trascienden la circunstancia histórica y las
diversas coyunturas.
DOCTRINA
Surge de la reflexión social (filosófica, política,
teológica, sociológica, de la sabiduría popular). Como hemos visto, cada
sociedad determina los requerimientos particulares para su desarrollo y
crecimiento de acuerdo a un proyecto político.
De acuerdo con el pensamiento del General Perón, las
doctrinas políticas reúnen las siguientes características:
1. Son formas de pensamiento y acción.
2. Son, en general, síntesis de grandes líneas de
orientación y representan apenas el enunciado de innúmeros problemas.
3. Son “el alma colectiva” de la sociedad. Afirmaba Perón al
respecto: “La doctrina política es el grupo de postulados que responden a las
aspiraciones, necesidades, y conveniencias nacionales, y por extensión,
populares. La doctrina peronista es exclusivamente argentina, el Justicialismo
es Universal. La doctrina nos da una configuración espiritual colectiva, vale
decir un alma ”.
4. Las doctrinas son permanentes solo en sus grandes
principios, pero es necesario ir adaptándolas a los tiempos y a las necesidades.
Por ello requieren de permanente actualización, para mantener su vigencia. “No
pensamos que las doctrinas sean permanentes, porque lo único permanente es la
evolución y las doctrinas no son sino una montura que creamos para cabalgar
sobre esa evolución sin caernos ” (Perón, 1974).
5. Las doctrinas constituyen factores de unidad, porque nos
permiten percibir y analizar los fenómenos sociales de manera similar (unidad
de concepción) y actuar del mismo modo (unidad de acción). “La doctrina tiene
como finalidad formar un alma colectiva, para que todos los peronistas, viendo
los problemas de una misma manera, los aprecien y los resuelvan de una forma
similar. Solamente así tendremos el germen de la organización indestructible ”
VALOR
El valor vale, no es. Por ejemplo: Dios no vale, simplemente
es. En cambio el valor vale y para que sea debe encarnarse en una cosa o en una
acción. De este modo la cosa se transformará en un bien y la acción será
correcta.
En la actualidad, algunos sectores de opinión manifiestan
que existen nuevos valores. Para nosotros esto es absolutamente falso, dado que
los valores son inmanentes y trascendentes.
La sociedad posmoderna, que tiene una propuesta única en lo
ético-cultural, que habla del mundo uno (The one World), en el que las
diferencias desaparecen para dar lugar a sociedades virtuales y vídeo
culturales (en la que teóricamente somos todos iguales y todos pensamos lo
mismo); está comenzando a hablar de nuevos valores. Se refieren a diversos
temas, algunos de los cuales tienen una importancia decisiva en estos momentos
(como por ejemplo los derechos humanos y a la ecología). Pero para nosotros no
hay nuevos valores, sino circunstancias diferentes a las que conocíamos, que
desafían nuestra creatividad y ponen a prueba nuestra capacidad de comprender
dimensiones nuevas y hasta ahora desconocidas. Los valores no caducan, porque
si así fuera no existiría ninguna posibilidad de construir absolutamente nada
que tenga sentido estratégico. Lo que sí ocurre es que ante los desafíos nuevos
y desconocidos, hay que interpretar los valores correctamente para evitar la
anomia de criterios y el vale todo (ya sea en lo ético, en lo político o en lo
social).
Por ejemplo, nadie pone en duda que los mercados tienen que
cumplir un papel como instrumentos válidos de la economía, pero solamente a
quienes no tienen los valores ni los principios históricos y comunes del
peronismo, se les puede ocurrir que sea el mercado el regulador absoluto e
inefable de las relaciones individuales, sociales, interpersonales e
interinstitucionales.
Hay que tener cuidado cuando se habla de nuevos valores e
inmediatamente se descalifican a todos los actores sociales y a la política
como responsables del atraso social y de la corrupción política generalizada.
Si no tenemos valores, a partir de los cuales podemos
descifrar las novedades de la historia, no tenemos ninguna capacidad de influir
en el desarrollo o en la modificación de los procesos políticos.
Sin embargo, nos señalaba Perón que no es conveniente “la
apelación a la utopía que es, con frecuencia, un cómodo pretexto para rehuir
las tareas concretas y refugiarse en un futuro hipotético que significa deponer
las responsabilidades inmediatas. Así como también es frecuente presentar
situaciones utópicas para hacer fracasar auténticos procesos revolucionarios”;
“nuestro modelo político propone el ideal no utópico de realizar dos tareas
permanentes: acercar la realidad al ideal y revisar la validez de ese ideal
para mantenerlo abierto a la realidad del futuro”. (Perón, El Proyecto
Nacional, 1974).
PRINCIPIOS
Se define como lo que está primero en el ser, el hacer y el
conocer. Para el Justicialismo los principios son las banderas históricas;
Justicia Social, la Independencia Económica, la Soberanía Política, a las que
Perón agrega en el Proyecto Nacional el nacionalismo cultural continental, que
es el que explica la solidaridad entre los pueblos de América Latina,.Para
Perón, “el Justicialismo encarna principios permanentes emanados de la esencia
misma del hombre.... porque el pueblo ha impregnado al Justicialismo de las
constantes básicas de nuestra nacionalidad, y... porque define una histórica
determinación de autonomía e identidad nacional. Sin tales principios
constantes, sin esa identidad, no hay posibilidad de conformar un Modelo, con
el cual cada argentino que ama a su patria se reconozca” (Perón, El Proyecto
Nacional).
Otro de los principios fundantes de la concepción
justicialista es la de la Subsidiariedad.
Esto significa que el Estado no debe hacer lo que pueden asumir
los privados (en las diversas formas posibles de asociación o iniciativa
privada), pero a la vez no puede desentenderse de la suerte y el destino de los
pobres, los excluidos del mercado y de los marginados de la sociedad(fin de la
cita al pensamiento peronista).
Xavier Domènech ,por su parte en un artículo publicado en el
pasado año, hacia algunas reflexiones
dedicadas a la publicaCión del libro de Jordi Solé Tura “Catalanisme i
revolució burguesa” y al movimiento denominado “lerrouxisme” en Cataluña.Que
nos pueden ayudar a entender con lo escrito anterior del espíritu del Peronismo
hacia donde puede encaminarse el nuevo Partido Político de Ada Colau,
actualizando las premisas y adecuando a la actualidad la ideología.
Xavier ,comenta que, se cuenta que cuando J.B. Cendrós i
Carbonell, prohombre del catalanismo cultural ligado a Òmnium, al Institut dEstudis Catalans y a la Enciclopèdia
Catalana, se encontró en la librería de la que era propietario con la publicación de Jordi Solé Tura
Catalanisme i revolució burgesa, se produjo un breve y
preciso interludio. Corría el año
1967 y lo que leyó Cendrós al abrir el libro por su primera pagina fue que esta
"es la historia de una revolución burguesa frustrada". La respuesta,
hecha en voz alta, no podía ser más significativa: "Frustrado, yo? De
qué?". Probablemente esta es la mejor crítica que se puede hacer, entre
muchas otras, al libro de Solé Tura que ha dado por ríos de tinta e incluso
para acuñar una categoría política: "soleturismo". Cabe decir,
además, que es una crítica fundada, no sólo por ser verdadera históricamente, y
en su caso incluso personalmente, sino en el sentido de que por lo menos antes
de realizarla Cendrós había leído la primera página. Muchos de los que han
convertido este libro en categoría política, no todos ciertamente, parecen no
haber realizado ni ese esfuerzo.
Al fin y al cabo cuando se afirma que el
"soleturismo" es el principio según el cual las clases populares en
Cataluña están divididas por razón de lengua, una versión intelectualizada así
del "lerrouxismo", o bien que el nacionalismo sólo tiene una base
posible exclusivamente burguesa, en realidad se está haciendo una afirmación
absolutamente gratuita, por mucho que se haya reiterado hasta la saciedad que
era así. El "pecado" de Solé Tura fue otro. Al fin y al cabo el
mensaje final de su libro, de un tono claramente maurinista, era que la clase
obrera debía convertirse en la puntera y
renovadora de la lucha por la emancipación nacional. Pero en el camino hacia
esta conclusión señaló que Prat de la Riba, considerado por muchos como el
primer padre de la patria, era fundamentalmente un reaccionario. Un brillante
reaccionario, si se quiere, que estaba en contra del sufragio universal y a
favor del sufragio corporativo, ya que según él "las clases obreras tienen
más asegurados sus derechos por un sistema que les otorga un número de
representantes proporcional a su importancia". Era también el hombre que
impedía que el artículo de Joan Margall, pidiendo que no se ajusticiara a
Ferrer i Guardia tras la Semana Trágica, fuera publicado antes de su
fusilamiento. En una época donde Jordi Pujol se reflejaba en la figura de Prat,
mientras otros consideraban que el análisis de Solé Tura podía romper la
posible unidad futura del antifranquismo, este fue el verdadero delito de su
libro.
Sin embargo el término "soleturismo" es de uso
para iniciados. El concepto que corre como moneda más común es el de
lerrouxismo. Un término con una capacidad innegable de resurgimiento en los
momentos críticos, como el actual, donde los movimientos políticos emergentes
parecen no querer obedecer a las categorías disciplinadoras de todo un mundo
hecho de sobreentendidos Así a raíz de la aparición de Podemos, y en algún
momento incluso con la de Guanyem, se ha utilizado de nuevo intensamente el
mito del lerrouxismo y el soleturismo. Hay en este uso una cuestión de fondo:
la pérdida de una tradición republicana y popular en el marco de las izquierdas
catalanas, al dejar que el relato del catalanismo se construya sobre categorías
de origen conservador. Esto afecta al olvido sobre la tradición republicana y
obrera del XIX, a la lectura a veces sesgada del anarquismo, y en ella de
Salvador Seguí, y en la incomprensión final de un catalanismo popular y de
izquierdas, si no es subordinado a las categorías generadas por la derecha. El
lerrouxismo, para bien o para mal, también forma parte de esta historia más
allá de los mitos.
Lerrouxismo y lerrouxistas
Lerrouxismo sería en este marco interpretativo aquel
movimiento político que a partir de la utilización de la demagogia habría
hábilmente conseguido separar la clase obrera catalana a partir de su origen.
Realmente tiene mérito que el lerrouxismo lograra esto precisamente cuando en
Cataluña, así como en Barcelona, ??prácticamente toda su clase obrera era de
origen y habla catalana, ya que faltaba todavía una década para que se iniciara
intensamente la migración de fuera de Cataluña. Más mérito tenía hacer esto con
el apoyo de Valentí Almirall, padre del catalanismo de izquierdas, durante las
elecciones de 1903. Apoyo dado contra la "ridícula teoría del 'catalanismo
político" y en defensa del autonomismo democrático frente lo que llamaban
catalanismo reaccionario encarnado por la Lliga Regionalista. De hecho, fue
este mismo año en el que las candidaturas "lerrouxistas" llegarán a
agrupar 35.000 votos en Barcelona, ??en una victoria inapelable frente la
Lliga. La cifra de votos más alta que obtuvo nunca un partido de izquierdas en
la ciudad hasta en 1931. Fue también precisamente en ese mismo momento en el
que nació la idea, desde la publicista lligaire, de que en realidad sus
votantes eran "forasteros que odian la tierra que los mantiene y los
enriquece, para acabar concluyendo, ante las
derrotas sucesivas que llevarán al control por parte del
"lerrouxismo" del Ayuntamiento de Barcelona, ??incluyendo en sus
candidaturas a un joven Francesc Layret, que en realidad "La mayoría
obrera de Cataluña no es catalana, sino fruto de la inmigración".
Lerroux llegó a Cataluña de la mano de Federico Urales (Juan
Montseny), fundador de la Revista Blanca y padre de Federica Montseny,
compartiendo mítines con Teresa Claramunt o Josep Prats, en la medida en que se
había destacado como casi única voz pública contraria a los procesos de
Montjuïc, producidos tras la detención y tortura de 400 anarquistas en 1896, y
de ahí su popularidad entre la clase obrera. Pero su éxito político provino de
otro lado. Con él como catalizador el republicanismo catalán se modernizó
entrando de lleno en la era de la política de masas y se articuló como una
propuesta que iba más allá de las prácticas mesocráticas, para adentrarse
dentro del obrerismo. Se convirtió en una propuesta de corte populista de
articulación política y social. Un verdadero partido-sociedad, con la expansión
de las cuarenta y dos fraternidades republicanas y de una treintena de escuelas
laicas por los barrios de Barcelona y en poblaciones como la Bisbal del
Penedès, Molins de Rei, Cornellà o Terrassa. Red que tenía su centro en la Casa
del Pueblo inaugurada en 1906 en el Eixample barcelonés de 2.500 metros
cuadrados. Este centro, aparte de servir como espacio de asambleas, biblioteca
o representaciones teatrales, actuaba como núcleo del cooperativismo de
consumo, servicios médicos, jurídicos y de recursos culturales, corales, grupos
de teatro popular, cajas de resistencia para los presos y de las escuelas
republicanas que seguían los métodos de Ferrer i Guardia.
El "lerrouxismo" en este sentido se articuló a
partir de un discurso obrerista -a pesar de no ser una propuesta de clase-,
anticlerical y laicista, agrupando en el camino desde los grupos feministas,
como la Sociedad Progresiva Femenina de Ángeles López de Ayala, hasta las
entidades librepensadoras. También se articuló desde el discurso anticatalanista,
pero en este caso era un anticatalanismo entendido como antilliga. Marco en el
que se entienden por ejemplo los apoyos de un Valentí Almirall, de un Jaume Mir
-veterano de la revista de corte libertario íntegramente en catalán La
Tramuntana- dentro de la prensa lerrouxista, o de Ignasi Clara antiguo director
de Huelga General y dirigente anarquista de la huelga general de 1902. Era un
anticatalanismo dirigido hacia la Lliga, pero no anticatalanidad. Los ataques
más viscerales contra lo que representaba el nacionalismo conservador podían ir
acompañados en el propio Lerroux por una defensa del catalán como lengua y no
como dialecto en las Cortes españolas, de la reivindicación de la autonomía de
Cataluña o de las afirmaciones del líder radical sobre una Cataluña que
"es un pueblo que tiene historia propia, vida propia, lengua propia,
literatura y arte propios, personalidad propia con todos los caracteres étnicos
de una raza aparte".
Este anticatalanismo no es sólo propio del lerrouxismo, se
puede encontrar en el republicanismo catalán anterior a su emergencia, así como
posteriormente en la portada de 1907 del primer número de la cabecera
anarcosindicalista Solidaridad Obrera, llamada así por oposición a la
Solidaritat Catalana, o años después en el mismo dirigente sindical Salvador
Seguí. En este último sentido, en el discurso realizado en 1919 en Madrid, que
en su reconstrucción hecha décadas después ha sido utilizado para presentar un
Noi del Sucre protoindependentista, afirma en el original de 1919 cosas como la
siguiente: "En Cataluña no hay problema catalán, Porque allí solamente
siente ese problema la burguesía organizada, que está bajo los auspicios de la
Lliga Regionalista (...) un problema que realmente era nada más que una
lucubración mental".
Ejemplos que, no obstante, no nos hablan de una escisión
planteada en términos de españolismo versus catalanismo, sino en términos de
clase donde se entiende el catalanismo político dominante como algo propio de
la burguesía. Esta escisión no se cerrará realmente, y esto no afecta sólo al
lerrouxismo, hasta los años 30, momento en el que el propio Josep Termes, el
gran crítico de Solé Tura, señala como el de "la incorporación del
obrerismo al catalanismo, culminando en él todo un juego de clases sociales".
No sería hasta entonces que se podría hablar de la "nacionalización"
de una parte importante de las clases populares catalanas. Proceso, que en todo
caso, evidentemente no protagonizó la Lliga y por ello miembros destacados de
ésta acabaron apoyando al franquismo: en realidad eran dos concepciones
nacionales claramente diferenciadas Ahora bien hay una parte de esta pulsión nacionalizadora hacia las
clases populares que presenta como reverso siempre el peligro
"lerrouxista". Así el lerrouxismo se convierte en un mito útil, un
espejo deformado donde se presentan los caminos que nunca se deben seguir,
estigmatizando, alienando y haciendo incomprensible en el proceso una parte de
la historia de los de abajo en y de Cataluña.
El color de la libertad...
Hubo un lerrouxismo españolista? Sí. Esta afirmación no
puede englobar la explicación de este fenómeno, como se hace habitualmente,
pero sí un momento particular del mismo. Este se dio con la emergencia de la
Solidaridad Catalana, como frente patriótico propiciado inicialmente por el
republicano español Nicolás Salmerón, dirigente máximo de la Unión Republicana,
que era al fin y al cabo el partido de Lerroux, desde las Cortes españolas y
aceptado por Cambó. Para Salmerón, y para una parte de la Unión Republicana catalana,
se trataba de recuperar la alianza tradicional con las clases medias, que eran
su base en España y que en Cataluña habían basculado en parte hacia la Lliga, y
superar así, en sus propias palabras, "la representación reducida de los
elementos populares". La escisión entre un republicanismo pequeño burgués
y menestral y lo que representaba el lerrouxismo en Cataluña estaba servida.
Para compensar esa perdida, en las elecciones de 1907 el lerrouxismo catalán
buscó en el españolismo la posibilidad de atraer electoralmente al
funcionariado ligado al Estado y a la pequeña burguesía españolista, más allá
de su voto de clase obrera. Operación que se saldó con un fracaso absoluto, a
pesar de que retuvo una importante bolsa de votantes entre las clases populares
barcelonesas, y con la victoria de la Solidaritat Catalana. Lerroux mismo tuvo
que exiliarse poco después, condenado a prisión por un artículo donde se
defendía a Mateu Morral, y se iniciaron los años del lerrouxismo sin Lerroux,
mostrando claramente que el fenómeno iba mucho más allá de su líder. Años donde
éste abandonó el discurso españolista. Años también de creación de nuevas
organizaciones, como las Damas Rojas o varias entidades juveniles, de
penetración en el sindicalismo y de movilización de la base social republicana
con concentraciones que, como el Encuentro de la Libertad de Sabadell, reunían
a decenas de miles de personas.
Fue en este camino en el que consiguió una nueva victoria
electoral en las elecciones generales de 1908, donde agrupó en Barcelona unos
30.000 votos, y la derrota de una Solidaritat Catalana cada vez más claramente
identificada con la supervivencia política de la Lliga. Como analizaba uno de
los dirigentes más lúcidos del primer nacionalismo político de izquierdas, y de
hecho el primero que sintetizó claramente la lucha por el socialismo con la
lucha por la emancipación nacional, Gabriel Alomar, "la derrota solidaria
vino. ¿Por qué? Porque el color de la libertad en aquella hora fue...
antisolidario."
El dominio electoral lerrouxista se mantuvo en Barcelona,
??al tiempo que se extendió por Cataluña incluso después de la Semana Trágica.
Su declive no provino tampoco de aquí, como no lo hizo con anterioridad de la
movilización patriótica, sino del momento en el que quiso convertirse en una
sólida opción electoral española. El lerrouxismo era un fenómeno de
modernización política que tenía como base las clases populares en clave
claramente catalana. El camino hacia España, era un camino hacia otra
configuración de clases, el camino hacia un discurso más moderado. En el
proceso descubrió, como descubriría toda opción de izquierdas en Cataluña
posteriormente, que no era posible con el mismo discurso intentar reinar en
España y ser príncipe de Cataluña. Fue entonces el momento de la consolidación
del anarquismo, en este caso claramente ya a partir de una propuesta de clase,
como principal opción de la clase obrera catalana. No tenía, además,
competencia posible en la forma de consolidación de un partido socialista al
que el lerrouxismo había cortado todos los caminos. El lerrouxismo propiamente
catalán como tal desapareció convirtiéndose ya durante los años treinta en una
opción española republicana de derechas, con Lerroux como Presidente del
gobierno de la República, momento en el que la Lliga ya no tendrá ningún
problema para pactar con él, con los carlistas y la CEDA para articular el
Front Català dOrdre en las elecciones de
febrero de 1936.
El primer lerrouxismo pervivió de todos modos en forma de
mito. Un mito que sirve para disciplinar y negar parte de la historia de las
clases populares catalanas hasta convertirla en extraña a ellas mismas, caso
del lerrouxismo, o que hace parte de su historia sólo relevante en la medida en
que confirma su carácter "nacional", caso de Seguí o de la lectura de
sólo una parte de la historia del anarquismo. Como juego de espejos y
contraespejos funciona, para comprender las dinámicas sociales y políticas
encubre, más que descubre. Finalmente hasta el propio catalanismo se convierte
incomprensible, si no es de forma puramente autorreferencial, y subordinando su
articulación en proyectos de emancipación social y nacional a pulsiones que
vienen de otras latitudes que poco que ver tienen con el color de la libertad
de Alomar.(Hasta aquí la referencia de Xavier Domenech)”.
Pero seguro que para
no caer en la trampa y esconder su verdaera ideología echarán mano de
otros historiadores, politólogos sociólogos, economistas etc.co,o Yanos
Varaufaquis,Plitikón,Nao,i Kleim,Cesar Rendueles, Ovemn Jones, Cristian
Laval,Pierre Dardort, Gianni Vattimo..Noam
Chomsky,Chaantal Mouffe, Cristian Felber,Guy Standing,Michael Hardt,Antoni Negri, Mariana Mazzucato.David
Harvey etc, etc etc, y sin olvidarse del ya mentado maestro,Ernesto Laclau y
sin olvidarse también de forma fundamental al italiano Antonio Gramcsi.
Dentro de unos meses veremos la criatura y podremos opinar y
analizar.Yo me pregunto será la nueva
socialdemocracia o una nueva ideología posmarxista y post socialistas, que sea
transversal ,donde la ideología quede en
segundo lugar, con la excusa de que antes hay que afrontar con las personas sus
problemas y necesidades? Y qué papel jugará frente al neoliberalismo e
independentismo catalán?
Salvador Pastor Blasco
Periodista… www.convivenciaysolidaridad.com.
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