sábado, 3 de octubre de 2020

 

LA SIBERIA  EXTREMEÑA

ALONSO DE LA TORRE

La Siberia no se cierra

Siruela.

17 pueblos, 8.657 habitantes con alcalde del PP y 11.868 gobernados por el PSOE dieron la razón a Miguel Ángel Gallardo cuando reconoció en FITUR que Extremadura tiene una deuda con La Siberia

J. R. ALONSO DE LA TORRE @JRAdelatorre LA SIBERIA, MUY CERCA DE TI

En el otoño de 1926, el gobernador civil de Badajoz, Conde de Salvatierra, recorrió la Siberia en compañía de varios periodistas. Pretendía acabar con el despectivo nombre de la comarca y ordenó a los alcaldes que multaran a quien lo empleara. 90 años después, el topónimo está completamente asumido y hasta es una imagen de marca. "Tenemos un nombre inhóspito, pero somos un paraíso", resume Rosa Araújo, alcaldesa de Tamurejo, el sentir general de sus paisanos.

Casas de Don Pedro mantiene vivas sus tradiciones

Fuenlabrada de los Montes, un pueblo de miel

La naturaleza explota en Villarta de los Montes

El deporte acuático se vive en Herrera del Duque

'El gigante extremeño', un referente en Puebla de Alcocer

Parece, incluso, como si en los pueblos siberianos hubiera arraigado el gusto por los nombres recios. Así, en Valdecaballeros, los aficionados de su club de fútbol proclaman en carteles su 'Orgullo Jabalí' y el equipo de Garbayuela se ha hecho famoso por su nombre: Pedrusco Fútbol Club. Se llama así en honor a Pepe el Hincha un personaje de los tebeos "Tío Vivo" y "DDT" que enloquecía con su Pedrusco F. C. Este nombre los ha llevado a salir en Canal Plus con el irónico galardón de peor equipo de España, lo cual no deja de ser otra imagen de marca.

Rosa, la alcaldesa de Tamurejo, tiene 52 años. Orientando a los bomberos en un incendio, el camión en que viajaba se cayó por un puente y Rosa pasó un año en el hospital entre la vida y la muerte. Hoy tiene muy afectada la parte derecha de su cuerpo, "Cuando me viene la crisis de dolor, paro y resurjo". En esa tesitura parece encontrarse La Siberia: detenerse, reflexionar y resurgir.

 

Tamurejo es uno de los 17 pueblos de la comarca. Es pequeñito, 225 habitantes, pero nada más llegar llaman la atención detalles como que hay zonas peatonales, que está muy limpio, que sus calles principales están llenas de macetas y que un cartel prohíbe los perros sueltos.

¿Pero no se aburre la gente en estos pueblecitos de La Siberia, no están hartos de tanta soledad y tanto aislamiento los 158 habitantes de Risco, los 227 de Sancti Spiritus, los 318 de Baterno, los 225 de Tamurejo...? ¿No se les cae la casa encima, no se desesperan con la rutina, la falta de noverdades, la ausencia de estímulos para salir de casa durante el invierno?

"Estamos a cien kilómetros de todo, pero vivir aquí es una gozada", resume Rosa su visión del aburrimiento. "Somos muy activos y participativos", avisa la alcaldesa y debe de ser cierto porque las señoras salen continuamente de casa a regar y adecentar las decenas de macetas de las calles y cuando hay un proyecto imposible, como el arreglo de la residencia de ancianos, montan una tómbola benéfica para repararla. Raúl limpia la calle, aunque no esté contratado, porque, confiesa, "encerrado en casa sin hacer nada me deprimo" y los jóvenes van al instituto durante la semana, y a divertirse los viernes y los sábados, a Siruela y a Talarrubias.

"De vez en cuando, vamos a El Faro y, desde hace cinco años, los martes y los jueves llevo a mis tres hijos al conservatorio a Don Benito, donde coincido con muchos paisanos de La Siberia que hacen lo mismo", detalla Rosa, que no cobra por ser alcaldesa. En el pueblo, solo queda un bar, "La Taberna de la Tía Amparo", donde se reúnen los vecinos a ver el fútbol, picar algo o jugar la partida y como tienen únicamente una panadería-pastelería con los productos básicos, se acercan a comprar a Agudo (Ciudad Real) o a Siruela, los dos pueblos grandes con comercio más cercanos.

Domingo en la churrería

Es domingo, son las nueve de la mañana y la churrería-librería-quiosco de prensa de Valdecaballeros está llena. La dueña, una señora elegante y atenta, se acerca a una mesa y charla con una familia. "¿Vosotros sabéis de alguna buena tienda en Talavera donde vendan telas?", pregunta la hostelera a sus amigos, que son emigrantes en Talavera. En los pueblos de La Siberia, esta escena es habitual. Gran parte del 60% de la población que emigró en los años 60-70 del siglo pasado retorna a su pueblo el fin de semana. Viven en Madrid o Barcelona, pero siguen estando en La Siberia, pensando en La Siberia, deseando volver cada viernes a casa.

Tres autobuses unen diariamente La Siberia con Madrid y los viernes y los domingos hay una combinación que permite aprovechar al máximo el fin de semana. Para ir a Barcelona, se acercan a Ciudad Real a coger el AVE y, cuando funcionaba el Don Quixote Airport de Ciudad Real, eran clientes asiduos de un vuelo a Barcelona que llegó a costar 20 euros. Ahora están ilusionados con las noticias sobre su reapertura.

La churrera de Valdecaballeros necesitaba unas telas y para ello quería acercarse a la ciudad donde compra media comarca: Talavera de la Reina. La otra solución es dirigirse a los conseguidores, comerciantes tradicionales de estos pueblos, que consiguen cualquier producto por raro que sea. El más popular es José Carlos, de "La Cochera" de Helechosa, más conocida por "El Corte Inglés" y con frase publicitaria inventada por su clientela: "Lo que no encuentres en Talavera, vete a La Cochera".

Salimos de la churrería de Valdecaballeros y damos un paseo por las calles del pueblo. Inmediatamente nos sorprende la morfología urbana: no nos parece estar en uno de esos pueblos de Badajoz de calles anchas y casonas blancas, como aplastados en la llanura, pueblos de aire andaluz o mejicano, sino en un pueblo del norte de la provincia de Cáceres o del norte de Castilla, agrupado en un cerro, con su dédalo de callejas estrechas en cuesta y la iglesia en lo alto, vigilante, pueblos con resabios magrebíes, enrevesados y empinados: Puebla de Alcocer, Helechosa, Castilblanco, Valdecaballeros o la propia capital comarcal, Herrera del Duque, en la falda del monte y con su castillo en lo alto.

Políticamente, en La Siberia perdura un bipartidismo perfecto y sin interferencias. Siete pueblos y 8.657 habitantes tienen alcalde del PP y diez pueblos y 11.868 habitantes son gobernados por alcaldes del PSOE. Tanto unos como otros dieron la razón a Miguel Ángel Gallardo, Presidente de la Diputación de Badajoz, cuando reconoció públicamente en la última Feria Internacional de Turismo que Extremadura tenía una deuda histórica con La Siberia.

Rosa Araújo recuerda que se afilió al PSOE en 1982 y creció políticamente manifestándose contra la central nuclear de Valdecaballeros. Desmantelar la central tuvo un coste laboral y económico para La Siberia. Los pantanos, también. "El agua que acumulamos en La Siberia riega Extremadura y crea la energía eléctrica de nuestras pequeñas y medianas empresas", aclara Rosa por si alguien se había olvidado. En los pantanos, que anegaron las mejores tierras y solo riegan cinco hectáreas en la comarca, y en el cierre de Valdecaballeros se centraría el grueso de la deuda con La Siberia.

Rosa preside el CEDER Siberia, grupo de acción local de la comarca, y es vicepresidenta de la Red Extremeña de Desarrollo Rural. "En los últimos ocho años, hemos perdido más de mil habitantes, es como cerrar un pueblo grande. No somos capaces de asentar la población", se lamenta.

¿Cómo pagar esa deuda histórica con los pueblos de La Siberia, cómo conseguir que la población no emigre? El estudio "30 años de economía y sociedad extremeña, 1983-2013", editado por la Diputación de Badajoz y dirigido por el profesor Luis Fernando de la Macorra, revela que La Siberia es la penúltima comarca extremeña en población y en índice de actividad económica, solo por delante de la de Valencia de Alcántara. Pocos años antes, se publicó un diagnóstico socioeconómico sobre La Siberia. En él se hacía un análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades), que establecía las debilidades de La Siberia (escaso tejido empresarial, envejecimiento, emigración, cultura del subsidio, baja natalidad, falta de infraestructuras, malas carreteras) y señalaba sus fortalezas (medio ambiente bien conservado y diverso, cultivos sostenibles, calidad de vida, mantenimiento de costumbres y tradiciones, ganadería, sector agroalimentario, turismo, agua).

Este estudio incluía una encuesta realizada pueblo a pueblo sobre el futuro y recogía la esperanza puesta en el turismo como principal factor de desarrollo y como un sector en el que hay mucho por hacer, baste un dato: La Siberia aparece, en el estudio antes citado "30 años...", como la comarca extremeña que tiene el menor índice de bares y restaurantes.

En la dirección de fomentar el turismo, estaría el esfuerzo de las administraciones por conseguir la declaración de Reserva de la Biosfera de la Unesco para La Siberia. Es un galardón parecido al que ostenta, por ejemplo, Cáceres, como ciudad patrimonio de la humanidad, pero en este caso referido al espacio natural. Este reconocimiento, como sucede en Cáceres, no exige imponer más normas restrictivas, sino respetar las normas existentes, pero empuja a las administraciones a realizar planes conjuntos de desarrollo de los pueblos y la comarca.

Regresemos a Tamurejo. En el pueblo hay 29 explotaciones agrarias de ganado y olivar. El aceite se vende a Castilla la Mancha y el ibérico y la leche de la comarca es recogido, en gran parte, por la poderosa Cooperativa Ganadera del Valle de Los Pedroches (COVAP) de Pozoblanco (Córdoba). Las aceitunas de la comarca se llevan a almazaras privadas de Talarrubias (Márquez de Prado) o Puebla de Alcocer (Del Pozo) y a cooperativas de Talarrubias, Castilblanco o Fuenlabrada, pero no hay envasado esmerado ni comercialización de alta gama aprovechando la imagen de marca de La Siberia.

En Castilblanco, el aceite se suele vender a Carbonell. El valor añadido no se queda en el pueblo y así es difícil asentar población. Dice una leyenda popular que los forasteros no se marchan de Castilblanco porque beben del manantial de la Fuente Vieja y quien bebe de él ya no se va nunca del pueblo. La leyenda, extrapolada a toda la comarca, está fallando últimamente. Hará falta algo más que agua milagrosa para que los pueblos de La Siberia sigan vivos.

www.convivenciaysolidaridad.blogspot.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario