sábado, 3 de octubre de 2020

 

POLÍTICA E IDEOLOGÍA EN LA TEORIA MARXISTA.(1978)Ernesto Laclau

.HACIA UNA TEORÍA DEL POPULISMO.

…..De análisis anterior  se deriva que es posible afirmar  la pertenencia de clase de un movimiento  o una ideología  y, al mismo tiempo , afirmar  el carácter  no clasista  de algunas de las interpelaciones  que constituyen  a esta última .Comencemos  en este punto  a intuir  en dónde reside el enigma  del “populismo” , y a atisbar  una posible vía  de la salida  del círculo vicioso  al que el análisis  de las diversas  teorías  relativas  al mismo  nos había conducido. Si probáramos  que el elemento estrictamente  “populista”  no reside  en el movimiento  como tal, ni  en el discurso  ideológico  característico del mismo – que , como tales, tendrán  siempre  ina pertenencia de clase-, sino  en una  contradicción  no clasista  específica  articulada  a dicho discurso , habríamos  resuelto  la aparente paradoja. Nuestra  próxima tarea, en  consecuencia, debe ser determinar  si dicha  contradicción existe.

.Comencemos  preguntándonos si hay  un núcleo  común  de sentido  presente  en todos los usos  que del término  “populismo” se han hecho. Que el término  es ambiguo es evidente, pero el problema está en determinar de qué tipo  de ambigüedad se trata.. Aristóteles distinguía entre  tres tipos  de términos :llamaba “unívocos” a aquellos  que sólo admiten un sentido :equívocos a aquellos  que admiten  dos sentidos, pero sin ninguna  relación  entre sí  más allá de la unidad verbal del nombre; finalmente  analógicos  a aquellos  que tienen sentidos muy diversos , pero  en todos los cuales  podemos encontrar  las referencias  a un elemento común  que constituye  por tanto, el fundamento  analógico de todos los posibles  usos del término  (por ejemplo “sano”, que se  puede aplicar  a una persona , a un paseo, a un clima, a una comida, pero a través  de sus diferentes  usos mantiene  una común referencia  a la salud. La salud  sería así el fundamento  analógico  de todos los posibles  usos del término “sano).Pues bien, la ambigüedad  que advertimos  en el término “populismo” ,¿ es  equívoca  o analógica ¿.La respuesta  debe ir  en el segundo  sentido , porque , pese en todos ellos la referencia común  a un fundamento  analógico que es el pueblo. Según una teoría muy difundida , lo característico  del populismo  sería  la apelación  al pueblo  por encima de divisiones  de clase. Este enfoque peca  a la vez de exceso y por  defecto: por defecto ,por cuanto un discurso populista puede hacer referencia  a la vez  al pueblo y a las clases(presentando, por ejemplo , a una  clase como realizadora  histórica de los intereses del pueblo); por  exceso, en cuanto según veremos , no toda referencia  al “pueblo” ocupa un lugar central  en el populismo. Y es aquí  donde encontramos  la fuente fundamental  de la ambigüedad  que rodea al “populismo”: pueblo  es un concepto que carece  de estatus  teórico definido; pese  a la frecuencia  de sus uso en el discurso político , su precisión  conceptual no va más allá del plano puramente  alusivo o metafórico.

..Decíamos  al comienzo que “populismo” es un concepto a la vez elusivo y recurrente. Ahora entendemos por qué es alusivo: porque todo s los usos  del término  lo refieren a un fundamento  analógico que, a su vez, carece  de precisión conceptual. Quedaría  por explicar la recurrencia del término. La pertinaz continuidad de su utilización  quedaría  aclarada  si lográramos  mostrar que la noción  de “pueblo”  está ligada a una  contradicción  específica  que, pese a no haber  sido precisada teóricamente ,reviste  una importancia decisiva en el análisis  de toda coyuntura política.

En este punto , precisamente , en el que nuestro previo análisis  permite arrojar  cierta luz.Según  hemos visto ,”pueblo” no es un mero  concepto retórico, sino una determinación objetiva, uno  de los dos polos  en la contradicción dominante al nivel  de una formación social concreta. Recordemos , al respecto , las conclusiones esenciales de nuestro análisis: 1)la contradicción  pueblo/bloque  de poder es  un antagonismo  cuya inteligibilidad  no depende de las relaciones de producción, sino del conjunto  de las relaciones políticas  e ideológicas  de dominación  constitutivas  de una formación  social dominante.2) si la contradicción  dominante a nivel  de una formación  social  concreta  constituye  el campo específico  de la lucha popular-democrática.3)como, sin embargo , la lucha de clases  tiene prioridad  sonre la lucha  popular-democrática , esta última  sólo se da articulada a proyectos de clase. Pero, a su vez, como la lucha  política e ideológica  de las clases  se verifica  en un terreno  constituido por interpelaciones  y contradicciones  que no son de clase , esa lucha  sólo puede consistir  en proyectos articulatorios antagónicos  de las interpelaciones y contradicciones no clasistas.

Esta perspectiva abre el camino para entender un fenómeno  que no ha recibido una explicación adecuada en la teoría marxista: la relativa continuidad  de las tradiciones populares frente  a las discontinuidades históricas  que caracterizan a la estructura de clases.El discurso  político-marxista –como  todo discurso  popular radical. Abunda  en referencias a 2 la lucha secular del pueblo  frente a la opresión- a “tradiciones populares de lucha “, a la clase obrera  como “realizadora  de tareas  populares inconclusas.etcétera.Y, como sabemos, estas tradiciones están cristalizadas  en símbolos, valores etc.en los que  los sujetos  interpelados por las mismas  encuentran  un principio de identidad .Se dirá  de que se trata  de símbolos  de valor  meramente emocional , y que la apelación emocional  es –aparte de no aclarar  por qué  la apelación  emocional  es eficaz- no logra  resolver  un claro dilema.. Si aceptamos  la universalidad  del criterio  de clase  obrera, ya que  ésta sólo surge con el industrialismo moderno.

..Pero , entonces, la apelación  a esta tradición en el discurso socialista  constituiría un  craso oportunismo, ya que se trataría  de empañar la pureza de la ideología  proletaria  con la introducción  de elementos ideológicos característicos de otras clases. Si tomamos el camino inverso  y aceptamos  que dichas tradiciones  no constituyen  ideologías de clase . se nos presenta un problema de determinar la naturaleza de las mismas. La perspectiva teórica que hemos esbozado antes  nos permite superar  este impasse. Las “tradiciones populares” constituyen  el conjunto de interpretaciones  que expresan  el conjunto de interpelaciones  que expresan  la contradicción pueblo/bloque de poder  como de una distinta  de una contradicción de clase. Esto permite  explicar dos hechos. En primer término , en tanto las “tradiciones populares” representan  la cristalización ideológica de la resistencia a la opresión en general , es decir , a la forma misma del Estado, tendrán una perduración mayor que las  ideología de clase y constituirán un marco estructural de referencia más estable que estas últimas. Pero, en segundo  término . las tradiciones populares  no constituyen  discursos coherentes  y organizados, sino  puramente  elementos  que ´solo existen  articulados  a discursos de clase.Esto explica por qué las políticas  más divergentes  apelan a los mismos  símbolos ideológicos. La figura de Tupac Amaru  es evocada  por diversos  movimientos guerrilleros  y por el presente gobierno militar peruano; los símbolos  del nacionalismo  chino  fueron  evocados  a la vez por Chiang Kai-shek y por Mao; los del nacionalismo  alemán , por Hitler y por Thälman.Pero , aún  constituyendo  meros elementos , las tradiciones populares  están lejos  de ser arbitrarias  y no pueden ser  modificadas a voluntad . Son el precipitado  de una experiencia  histórica  única  e irreductible y, en cuanto tal, constituyen  una estructura  de significados  más sólida  y perdurable  que la misma estructura social .Esta  doble referencia  al pueblo  y a las clases  constituye  lo que podríamos denominar la doble articulación del discurso político.”

.Tomemos  un ejemplo  particularmente  ilustrativo : el excelente  análisis que  de “Las guerras campesinas en Alemania” de Engels, han efectuado recientemente  Alain Badiu  y Francois  Balmés .Ambos  autores  llegan  en algunos  aspectos a conclusiones  similares  a las mías, si bien  desde una  perspectiva  teórica  y práctica  con la que estoy  lejos de coincidir . Según señalan , el texto  de Engels  constituye una pieza  privilegiada  para observar  los límites que encuentra  un mero análisis de clase. Afirma Engels:  Los plebeyos constituían la única  clase que entonces se hallaba  enteramente al margen  de la sociedad  existente….NO tenían privilegio s ni propiedad ; no la tenían  ni siquiera gravada con cargas  abrumadoras, como los campesinos y pequeños  burgueses. Estaban  desposeídos  y sin derecho, en su vida  normal  ni siquiera  entraban  en contacto con las instituciones  de un Estado que ignoraba  hasta su existencia…Así se explica  que ya entonces la  fracción  plebeya  no pudiera  contentarse con combatir tan sólo al feudalismo y a la burguesía  privilegiada de los gremios , sino que debiera ir, por lo menos en su imaginación, más allá de la propia sociedad burguesa  apenas naciente.Ello explica , igualmente , por qué esta fracción desposeída  tuvo  que regenerar  de ideas  y conceptos  que son comunes  a todas  las sociedades  basadas  en el antagonismo de clases…La  anticipación  del comunismo en la imaginación condujo, en realidad  a una anticipación  de la sociedad burguesa moderna…Pero en el caso  de Münzer  estos brotes de comunismo expresan los anhelos de toda una fracción de la sociedad .Desde que él los formuló por primera vez  con cierta  claridad, los encontramos en todos los grandes movimientos  populares  hasta que  por fin se unieron en el movimiento obrero moderno”.

Los términos del problema son claros. Encontramos en Münzer  un programa  comunista que perdurará  como tema ideológico en todos los levantamientos populistas de la época mercantilista  hasta fundirse  con el programa del proletariado moderno( Engels llega a afirmar que las sectas comunistas  del siglo XIX, en vísperas  de la revolución de marzo , no contaban con un arsenal  teórico mejor  equipado  que el de los seguidores de Münzer.).El problema  que se plantea , según Badiu y Balmès, es determinar de qué práctica  de clase constituye  la expresión de este programa. La respuesta de Engels  a este respeto  es vacilante .Por un lado , trata  de resolver  el problema  dentro  de un marco  estrictamente  clasista : un  programa comunista sólo puede ser el programa del proletariado, y, en tal sentido , los plebeyos münzeranos del siglo XVI  constituirían  un proletariado  embrionario que se expresaría  ideológicamente a través  de un cierto comunismo de masa. Pero, como señalan Badiou y Balmès, esta respuesta no es convincente, ya que toda la evidencia  muestra  que se trata  de una ideología comunista que refleja y unifica  una revuelta campesina. Las insurrecciones  campesinas generan ideas  de tipo igualitario y comunista, y fueron estas ideas las que Thomas Münzer sistematizó.En consecuencia, es preciso inclinarse hacia una segunda solución………………..De los análisis precedentes derivan las siguientes conclusiones teóricas:

Todas las grandes revueltas de masa  de las sucesivas  clases  explotadas( esclavos,campesinos,proletarios)  encuentran su expresión  ideológica  en las formaciones igualitarias , antipropietarias y antiestatales, que constituyen los rasgos de un programa comunista.

A los elementos de  esta toma de postura  general de los productores  insurrectos es a lo que llamamos  invariantes comunistas; invariantes  ideológicas  de tipo comunista  constantemente regeneradas  por el proceso de unificación  de las grandes revueltas  populares  de todos los tiempos.

Las invariantes comunistas  no tienen  un carácter de clase  definido:  sintetizan la aspiración universal  de los explotados  al derrocamiento  de todo principio de explotación  y opresión. Nacen en el terreno  de la contradicción  entre las masas  y el Estado. Naturalmente , esta contradicción  está ella misma estructurada  en términos de clase , pues el Estado  es siempre el Estado de una clase dominante particular. Sin embargo, existe una forma  general del Estado , ligada orgánicamente  a la existencia  misma de las clases y de la explotación , y contra la cual, invariablemente , se sublevan  las masas , portadoras como son  de su disolución y del movimiento  histórico  que enviará toda la máquina del Estado  al lugar que entonces  la ha de corresponder : el museo de antigüedades , junto  a la rueca y el hacha de bronce.

.Este análisis tiene el mérito indudable de haber aislado al pueblo como polo  de una contradicción que no es  de clase  y de haber planteado dicha  contradicción como la oposición  entre las masas y el Estado. El inconveniente de la formulación de  Badiou,y Balmes, sin embargo,  es que confunde  la forma  de resolución lógica de la contradicción que analizan-esto es , la supresión del Estado – con las formas  concretas  e hostóricas  de existencias  de dicha contradicción.Ninguno de los dos términos  de la denominación  que utilizan –invariantes comunistas- puede justificarse sin más.El comunismo  no representa la forma  normal  de existencia  de la ideología  “ igualitaria, antipropietaria  y antiestatal” de las masas , sino  una articulación  muy particular  de la misma : aquella, precisamente, que permite, que permite  el desarrollo  de todo el antagonismo potencial  de dicha ideología.Normalmente , el antagonismo inherente  a esta  contradicción  es neutralizado  y absorbido  parcialmente  en el discurso de las clases dominantes. C.B. Mcpherson ha estuadiado, por ejemplo, la forma  en que  la ideologóa popular, democrática fue progresivamente  desligada  de sus elementos  antagónicos que a principios  del siglo XIX la identificaban  con el gobierno de “los de abajo” y con el odiado jacobinismo, hasta permitir  sus absorción y neutralización por parte  de la ideología liberal dominante. Afirma: Cuando llegó la democracia , en los  actuales países liberal-democráticos , ya no  era opuesta a la sociedad  y el Estado liberales. No era,  entonces un intento  por parte  de las clases bajas  e ocupar  su lugar competitivo pleno  y abierto  dentro  de aquellas instituciones  y aquel sistema  de sociedad. La democracia  se había trasformado. De una amenaza contra el Estado  liberal se había  convertido en una culminación  del Estado liberal…..El Estado liberal  culminó  su propia lógica. Al hacerlo, ni se destruyó  ni se debilitó, se fortaleció  a sí mismo  y a la sociedad de mercado .Liberalizó  la democracia a la vez democratizaba el liberalismo……………………………………………………

 

 

 

…Cuando el bloque dominante experimenta una crisis profunda a causa de que una nueva fracción que intenta  imponer  su hegemonía no consigue hacerlo  dentro de la estructura  existente de dicho  bloque de poder, una de las soluciones  puede ser un llamamiento  directo por parte de aquélla a las masas  para desarrollar  su antagonismo  frente al Estado. Según he señalado  en otro lugar , tal fue  el caso del nacismo…..

…El capital  monopolítico no podía imponer su hegemonía dentro del sistema institucional  existente – como lo había hecho en Inglaterra o en Francia- y tampoco podía apoyarse  en el ejército , que constituía un enclave bajo la influencia feudal  de los Junkers. La única solución  era un movimiento de masas  que desarrollara el potencial  antagonismo  de las interpretaciones populares , pero articuladas  en forma  tal que  se impidiera su  canalización en una dirección revolucionaria. El nazismo  constituyó , en consecuencia, una experiencia populista-, y como  todo populismo  de las clases  dominantes, debió  apelar a un conjunto  de distorsiones ideológicas- el racismo, por ejemplo- para evitar  que  el potencial  revolucionario  de las interpelaciones  populares se orientara  hacia sus verdaderos objetivos.El populismo  de las clases dominantes  es siempre  altamente   represivo  porque intenta una experiencia  más peligrosa  que un régimen parlamentario  corriente: mientras que el segundo  neutraliza simplemente el potencial  revolucionario  de las interpelaciones populares, el primero trata de desarrollar dicho  antagonismo , pero de mantenerlo dentro de unos límites.

..b)  Para los sectores dominados , la lucha ideológica consiste en expandir  el antagonismo implícito  en las interrelaciones  democráticas  y articularlo al propio discurso de clase. La lucha de la clase obrera por su  hegemonía  consiste en lograr  el máximo posible  de fusión  entre ideología popular –democrática  e ideología  socialista.  En este sentido , un populismo socialista  no es la forma  más atrasada  de ideología  obrera, sino  su forma más avanzada: el momento  en que la clase obrera  ha logrado condensar  en su ideología   el conjunto de la ideología democrática en una formación social determinada .De ahí el carácter  inequívocamente  “populista” que adoptan los movimientos socialistas  victoriosos: piénsese en Mao, piénsese en Tito, i piénsese, incluso, en que el Partido Comunista Italiano- el que más se ha acercado en Europa occidental  a una posición  hegemónica- ha sido numerosas veces  calificado de populista.

Se ve, así, por qué es posible  calificar  de populista a la vez a Hitler , a Mao o a Perón.No porque las bases  sociales de sus movimientos fueran  similares; no porque sus ideologías  expresaran los mismos intereses de clase, sino porque en los discursos  ideológicos  de todos ellos  las interpelaciones  populares aparecen  presentadas bajo  la forma del antagonismo  y no sólo  de la diferencia. Su oposición  a la ideología  dominante  puede ser más  o menos radical  y, en consecuencia , el antagonismo  estará articulado  a los discursos de clase  más divergentes, pero, en todo caso , siempre está presente, y esta presencia  es la que intuitivamente  se percibe como constitutiva del elemento  específicamente  populista en la ideología de los tres movimientos. .

 

.Recordemos,para terminar, lo que en nuestro estudio sobre el fascismo hemos dicho a cerca del jacobinismo. Después de indicar  la forma en que las interpelaciones populares  se articulan en los discursos de tipo clientelístico y en aquellos  propios de los partidos populares , señalamos que, en el jacobinismo , las interpelaciones  popular-democráticas  adquieren el máximo  de autonomía  compatible con una sociedad de clase. Dijimos , que también ,que éste  es un momento  puramente transitorio  que, tarde o temprano, se disuelve  con la reabsorción  de las interpelaciones populares  por los discursos  ideológicos de clase. Lo importante  es que esta  reabsorción  puede  efectuarse de dos maneras : o  bien los elementos  popular-democráticos se mantienen  al nivel de meros elementos en y tanto  se acepta crecientemente el marco ideológico  vigente, o bien se produce  una cristalización  de la inflexión  jacobina: organización  de las interpelaciones  popular-democráticas en una totalidad,  sintética que, unida a otras  interpelaciones que adaptan  el jacobinismo  a los intereses de las clases que a través de él  se expresan , se presenta como alternativa antagónica a la ideología vigente.” 

.La primera solución significa  una recorversión  del estadio del jacobinismo al estadio  de los partidos  populares. La segunda solución es el populismo .Que claro, pues : 1) que lo populista es una ideología es la presencia de las interpelaciones popular-democráticas en su antagonismo; 2) que el conjunto ideológico del que el populismo  es sólo, un momento  consiste  en la articulación  de ese momento antagónico a discurso de clase divergentes.No puede afirmarse , en consecuencia, que las ideología populistas concretas sean  supraclasistas,  pero tampoco  puede vincularse  en el momento  estrictamente populista  del discurso a una clase social determinada.

Si los desarrollos anteriores son correctos , el populismo surge históricamente ligado  a una crisis del discurso  ideológico dominante, que es a su vez,  parte de una crisis más general. Esta crisis  puede ser el bien el resultado de una fractura  en el bloque de poder , en el que una clase o fracción de clase necesita, para reafirmar su hegemonía , apelar al pueblo  contra la ideología vigente  en su conjunto, o bien una clara crisis  en la capacidad  del sistema  para neutralizar  a los sectores  dominados; es decir, una crisis del transformismo.

.Desde luego , una crisis histórica importante   combina los dos ingredientes. Lo que queda claro  es que las causas del populismo  tienen poco que ver con  un determinado estadio del desarrollo ,tal como las tesis funcionalistas suponen. Es cierto  que el largo proceso  de expansión de las fuerzas productivas  que caracterizó  en Europa el estadio del capitalismo monopolista  aumentó la capacidad  del sistema de absorber  y neutralizar  sus contradicciones. Pero es cierto también que  cada vez que el sistema capitalista experimentó en Europa occidental una crisis grave . florecieron  diversas formas de populismo. Piénsese  que la primera crisis de la primera posguerra provocó el triunfo del fascismo, que la crisis económica  mundial condujo al ascenso del nacismo y que hoy la recesión mundial  se acompaña de la aparición  de diversos fenómenos-como el florecimiento de los regionalismo- que tienden a expresarse en ideología que hacen del populismo un momento central……

.Tomemos , como ejemplo  de articulación populista de las interpelaciones  democráticas, un caso particularmente ilustrativo por las múltiples  metamorfosis  que experimentó: el peronismo. Ninguna otra ideología latinoamericana  se constituyó  a partir de la articulación  de interpelaciones  más dispares, ninguna otra tuvo tanto éxito  en el esfuerzo por transformarse en denominador común del lenguaje  popular-democrático  de las masas ; ninguna  otra,  finalmente, fue articulada  a tan diversos discursos de clase. El peronismo  ha sido considerado – junto con el varguismo- uno de los ejemplos típicos  de movimiento populista- latinoamericano. Del desarrollo  anterior podemos  deducir que esta expresión – movimientos populistas- encierra un equívoco que es preciso aclarar . Es ciertamente inexacta  si con ella  se alude a la presencia  quiere  caracterizar  la naturaleza de dichos movimientos, pero  es correcta si con ella  se alude a la presencia del “populismo” como momento en la estructura ideológica de los mismos. Una ideología  no es “populista” en el mismo sentido  en que es “conservadora”, “liberal” o “socialista”, por la simple  razón de que , mientras  estos tres términos aluden a los principios articulatorios de las respectivas ideología consideradas en su conjunto , “populismo” alude a un tipo de contradicción que sólo existe como momento abstracto de un discurso ideológico….”

…Por tanto , la pregunta acerca de las razones de la proliferación  de movimientos populistas en América Latina con posterioridad a   1930 podría reformularse, con una mayor exactitud, en  los siguientes términos;¿por qué a partir de 1930 en América Latina los discursos ideológicos de movimientos políticos de orientación  y base social muy distintas debieron recurrir crecientemente al populismo, es decir, a desarrollar el antagonismo potencial de las interpretaciones popular-democráticas?.

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