sábado, 3 de octubre de 2020

 

Luchar contra la despoblación de los territorios rurales. Publicado  por Alain Jordà

Provincia de Jaén, España (654.000 hab., 14.500 Km2)

Pocos días atrás leí un artículo de Inmaculada Herrador -Directora de la Oficina Técnica de la Fundación "Estrategias para el desarrollo económico y social de la provincia de Jaén"- titulado ¿Por qué nos despoblamos? Un artículo que ella centra en la provincia española en la que presta sus servicios, Jaén, pero que es de aplicación a muchos otros territorios de España y de América Latina que sufren el mismo mal.

La despoblación se debe a varios factores que suman sus efectos y que se realimentan entre sí: la emigración hacia las ciudades, normalmente de la parte de capital humano más valioso (más cualificado y más emprendedor), con el consiguiente envejecimiento de la población y la pérdida de potencial humano. Si se les suma el bajo ínidice de natalidad, la mezcla es explosiva.

Olivos en Jaén (ruraliberica.com)

En su párrafo final, Herrador afirma "Para evitar o contrarrestar esta tendencia se puede actuar desde tres flancos. En primer lugar, posibilitando el que los jiennenses y las jiennenses puedan desarrollar su proyecto de vida en la provincia y no tengan que emigrar, para lo que es esencial contar con un tejido empresarial fuerte que genere empleos y de calidad. En segundo lugar, haciendo de Jaén un territorio suficientemente interesante, como lo fue hace unos años, para atraer a personas que viven fuera de la provincia. Y, en tercer lugar, incrementando la natalidad, para lo que habrá que mejorar la conciliación personal, familiar y laboral, seguir trabajando por la igualdad real y ayudar a las familias. Tal y como se ha demostrado en los países nórdicos y en otros países vecinos como Francia, estas ayudas podrían ser una de las mejores inversiones de futuro para España."

Provincia de Teruel, España (136.000 habitantes, 14.800 Km2)

Hoy, al mismo tiempo que he recordado este artículo referente a Jaén, he leído una noticia sobre otra de las provincias españolas más despobladas: Teruel. La noticia, publicada por eldiario.es, se refiere al Informe de Fiscalización del Fondo de Inversiones de Teruel presentado por la Cámara de Cuentas, y está titulada como Así se reparte el Fondo de Inversiones de Teruel: 131 millones para MotorLand, 85 para carreteras.

El artículo afirma que de los 834,4M€ invertidos hasta ahora (desde 1993), el 42,6%, 361M€, se ha dedicado a los así llamados "proyectos estratégicos". Imagino que esa expresión quiere referirse a proyectos que tenían que haber transformado la provincia y su proyección. Tres grandes proyectos aparecen bajo este epígrafe: 1) Motor Land, una "ciudad del motor", que se ha revelado insostenible generando 8M€ de déficit anual, 2) un aeropuerto con una ausencia total de vuelos comerciales (algo que era fácilmente imaginable a priori puesto que Teruel, la capital de la provincia, tiene 35.000 habitantes y la provincia en su conjunto, 135.000) que se ha paliado parcialmente transformándolo en un área de mantenimiento de aviones para las compañías comerciales, y 3) Dinópolis, un parque temático dedicado a los dinosaurios que parece ser el único sostenible y que sí parece entroncar con el resto de atractivos turísticos de la provincia.

 

 

Reflexiones sobre la situación

Creo que ambos artículos son ilustrativos de la dificultad de conseguir que territorios que han quedado fuera del progreso que sí han alcanzado otros territorios más dinámicos, vuelvan a acercarse al nivel promedio del conjunto de las provincias del país. Y no puedo evitar insistir en que cualquier proyecto de impulso al desarrollo debe contener dos elementos de forma ineludible. De otra forma, todos los esfuerzos que se hagan, y todos los recursos que se inviertan se perderán irremediablemente. Esos dos elementos imprescindibles son:

generar ilusión entre los actores locales por un proyecto de futuro propio

que ese proyecto de futuro sea definido por los actores locales

Parece claro que, en las dos provincias citadas,

ni se ha conseguido generar ilusión por el futuro y

ni ha habido un proyecto de futuro definido por los actores locales

Albarracín, provincia de Teruel (subequetellevo.com)

De hecho, ambas condiciones van ligadas. La ilusión no puede generarla ninguna institución ni personas de forma individual. Menos aún si esa institución es exterior al territorio (el gobierno nacional, por ejemplo). La ilusión solo se genera si la sociedad local cree en sí misma y está convencida de que va a hacer realidad su proyecto de futuro.

Por otra parte, la ilusión no la generan ni uno, ni dos ni tres macroproyectos. La ilusión solo puede generarla un proyecto integral de futuro que resulte creíble para los actores locales porque ellos sientan que pueden llevarlo a cabo. Debe significar una apuesta del territorio por alcanzar la excelencia en algún aspecto concreto.

Quiero detenerme en esta última frase "alcanzar la excelencia en algún aspecto concreto". En efecto, ningún territorio puede ser excelente en múltiples aspectos -industria, turismo, agricultura, cultura, sostenibilidad, educación,......-. Y ahí está el fallo de muchos planes estratégicos o de desarrollo: que suelen presentar 5, 6 o más "ejes estratégicos" pero carecen de un norte claro. El tener 5 o 6 prioridades significa, automáticamente, renunciar a la excelencia, y a la diferenciación, en cualquiera de ellas puesto que si los recursos se reparten entre muchas prioridades, en ninguna de ellas se podrán alcanzar resultados excelentes.

Por eso, los planes estratégicos territoriales no deberían limitarse a ser una suma de "programas sectoriales" sino que deben empezar por definir ¿cuál es el gran objetivo de futuro? ¿en qué nuestro territorio va a ser excelente? ¿en qué aspecto va a convertirse en referencia nacional o, mejor aún, internacional? ¿cuál va a ser la razón por la que personas y empresas de todo el país/continente van a venir aquí? ¿qué es lo que va a atraerles?

Solo después de definido ese objetivo estratégico de excelencia tendrá sentido pasar a definir proyectos estratégicos por sectores (economía, sostenibilidad, cohesión social, infraestructuras, cultura, educación,.....). Y entonces conseguiremos que esos proyectos, cada uno de ellos, sean pasos fundamentales para construir el proyecto de excelencia que da sentido al conjunto.

 

Además de ese proyecto de futuro, necesitamos también la confianza, y la implicación, de los actores locales en ese proyecto de futuro para su tierra. Para ello, es imprescindible que sean ellos quienes definan ese proyecto conjuntamente mediante el debate y la interacción entre ellos. Creo que todos podemos estar de acuerdo en que, de haberlo hecho así para Teruel, la Ciudad del Motor no habría sido destinataria de tan ingente suma de dinero y los turolenses habrían apostado mucho antes por mejorar su ferrocarril (que podrían usar todos) que por construir un aeropuerto (que ninguno de ellos podrá utilizar nunca).

Y eso habría sido así porque el trabajo conjunto de los actores territoriales activa la inteligencia territorial que hace fuerte al territorio. Una inteligencia que las decisiones individuales o de un colectivo restringido jamás serán capaces de activar.

Unos requisitos de partida

Bien es cierto que, como dije en mi artículo "¿Qué territorio para un desarrollo territorial eficaz?" "para ser capaz de todo esto y llevar a cabo un desarrollo en un plazo de tiempo razonable opino que el territorio debe contar, desde el principio, con:

la existencia de un liderazgo local, normalmente, político, con una voluntad clara de impulsar

el desarrollo del territorio que administra y de su población,

la disponibilidad de al menos un actor potente del sector del conocimiento (universidad, centro tecnológico o de investigación),

Olivares en Jaén              

la existencia de un tejido empresarial con capacidad para crecer y para potenciar el desarrollo que buscamos"

Obviamente, una vez que el territorio cuente con estos elementos, sin duda va a necesitar ayudas exteriores y ahí es donde entrarán las inversiones nacionales y regionales, públicas y privadas. Pero el paso previo debe ser que los actores del territorio (universidad, empresariado, sociedad civil y administración pública, en pie de igualdad)  definan el futuro que quieren construir para su territorio.

Estoy convencido de que nunca pueden funcionar proyectos que no surjan desde el territorio. Por eso, la creación de un fondo de inversión para la provincia de XXXX no surtirá efectos si no existe, previamente, un proyecto consistente emanado de los actores locales que determine los proyectos a los que deben aplicarse las inversiones del fondo. Es decir, primero, el territorio debe definir su proyecto de futuro. Después de eso es cuando tiene sentido buscar fondos para financiarlo. Nunca al revés.

A las ciudades y territorios con los que trabajo les suelo decir,  "¿Creéis que cuando, una vez hayais definido vuestro proyecto de futuro (un proyecto riguroso, obviamente), y vayais, todos los actores locales juntos, a visitar un Ministerio o una Secretaría para exponerle ese proyecto, diciendo "éste es nuestro proyecto, nosotros nos encargamos de toda esta parte pero necesitamos vuestro apoyo en este, este y este proyecto", os van a negar este apoyo?" ¡Imposible! ¿Por qué? Sencillamente porque el hecho de que un territorio tenga claro hacia dónde quiere ir y de que el conjunto de sus actores compartan y se comprometan con ese proyecto es una garantía de que los recursos que se inviertan allí tienen la más alta probabilidad de generar los mejores frutos.

 

 

Conclusiones

He ido desgranando algunas de ellas a lo largo del artículo y pueden resumirse en :

Cualquier proyecto territorial de éxito debe surgir del propio territorio

Solo se conseguirá que ese proyecto pase del papel a la realidad con la implicación permanente de los actores locales para su despliegue.

Para ello se necesita generar ilusión entre los actores locales por ese proyecto de futuro.

Eso solo será posible si son los propios actores locales los que definen ese proyecto.

La ilusión solo puede ser generada cuando el proyecto de futuro significa una apuesta del territorio por alcanzar la excelencia en algún aspecto concreto.

Y, por supuesto, el territorio necesita, como requisitos de partida, un liderazgo, un actor del conocimiento sólido y un sector empresarial con potencial de crecimiento.

Con estos elementos y la metodología de trabajo adecuada para la definición del Plan y para la dinamización de su puesta en práctica, pienso que cualquier territorio tiene buenas posibilidades de parar la sangría permanente que representa su despoblación, recuperar el terreno perdido y relanzar su desarrollo para pasar a contribuir activamente al crecimiento del país al que pertenece.

www.conviveniaysolidaridad.blogspot.com

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