ALTERNATIVA TURÍSTICA PARA LA COMARCA DE
LA SIBERIA
Reserva de la biosfera: la ‘estrella
Michelin’ del mundo rural
Las dos áreas que ya tienen esta
distinción en Extremadura han visto aumentar el número de visitantes en los
últimos años. Esto ha favorecido la creación de empresas, sobre todo, las
vinculadas con el turismo activo y la hostelería
Paisaje
de La Siberia 8 Olivares y cultivos rodean a los pueblos de la comarca, entre
bosques y embalses. - EL PERIÓDICO
La sequía 8 El pantano de Cíjara deja ver
el puente de la Mesta. - EL PERÍODICO
CARMEN HERNÁNDEZ MANCHA
20/11/2017
En el extremo noreste de la provincia de
Badajoz está La Siberia. Un rinconcito con bosques, colinas suaves, embalses y
pueblos pequeños. Uno de esos lugares con encanto donde a casi cualquiera le
gusta pasar un fin de semana rural.
Desde hace años, la zona prepara su
candidatura para ser Reserva de la Biosfera. En contra de lo que piensan
algunos, esto no conlleva ninguna limitación, ya que no es una medida de
protección del medio ambiente. Es más bien un sello de reconocimiento que
otorga la Unesco, la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura. Como dice Susana Bertomeu, técnico de esta candidatura,
es «como una estrella Michelin».
Porque la Unesco, lo que destaca con este
reconocimiento son ecosistemas terrestres, marinos y costeros con un especial
valor cultural, patrimonial y natural. Si se mira en su página web, se
encuentra que lugares como el Monte Olimpo de Grecia o Castro Verde, en el
Alentejo portugués, tienen ya este reconocimiento.
Sello de calidad
En Extremadura también existen reservas
de la biosfera, Monfragüe y el Tajo internacional, transfronteriza con
Portugal. Rafael Pintado, gerente de la empresa Barco del Tajo, montó en esta
reserva su negocio de paseos fluviales. En su opinión, contar con esta
distinción de la Unesco da «más visibilidad». Su empresa en lo que lleva de
año, ha tenido un 35% más de pasajeros que el año pasado.
Miguel Urbina getiona también una empresa
de turismo activo, Rutas por Extremadura. Su trabajo se centra, sobre todo, en
Monfragüe y la Reserva Regional de Caza de Cijara, dentro de lo que se propone
como futura reserva de la biosfera. Para Urbina, esta declaración puede ser
beneficiosa para la comarca, ya que ésta, de por sí, «tiene un potencial
tremendo y la reserva vendría a calificar estos valores». Para este
emprendedor, «es un reconomiento internacional estar en una lista de la Unesco»
y una oportunidad de empleo para la comarca. Sin embargo, incide en una idea,
«es la población la que tiene que aprovecharla, si no conseguimos que
participen de la industria del turismo a la gente de aquí ni le irá ni le
vendrá» esta declaración.
En esta idea insiste Susana Bertomeu, «de
nada sirve el apoyo de las instituciones si no tienes el de la gente». No es el
caso de La Siberia, donde, de momento, se han adherido a la candidatura once de
los dieciséis pueblos de la comarca.
Para Bertomeu, conseguir esta distinción
es una oportunidad no sólo de promoción turística, sino también «de vender
nuestros productos agroalimentarios». Bertomeu recuerda la importancia del
sector primario de La Siberia, «tenemos miel, aceite y una importante cabaña de
ovino, con 400.000 cabezas» para los que esta declaración puede ser una seña
más de calidad de los productos.
Un largo camino
El reconocimiento de reserva de la
biosfera no va a traer una lluvia de turistas de un día para otro. Rafael
Pintado pone el ejemplo de la ciudad de Cáceres, que tras recibir en 1986 la
declaración de Patrimonio de la Humanidad, también de la Unesco, «tardó décadas
en atraer a los turistas como lo hace hoy día».
Los tiempos cambian pero, aún así, «queda
mucho por hacer», en opinión de Pintado y marca dos tareas fundamentales:
«trabajar para que se conozcan las reservas de la biosfera» de cara al público
nacional y «traer al turismo internacional».
A pesar del trabajo pendiente, Rafael
Pintado da datos que hacen pensar que no hace falta esperar décadas para
obtener resultados. «En Cedillo (pueblo de la Reserva de la Biosfera Tajo
Internacional) en 2010 fueron 7.000 turistas, en 2017 ya van por 30.000». En
estos pueblos pequeños como Cedillo, de menos de quinientos habitantes, «el turismo
es la industria que pueden tener allí», añade.
De hecho, Rafael Pintado asegura que este
aumento en el número de visitantes ha propiciado que se desarrolle una pequeña
infraestructura turística en el pueblo y ahora, la gente, «ya se lo empiezan a
creer».
La Siberia sólo ha comenzado el largo
camino para conseguir ser Reserva de la Biosfera de la Unesco. Este organismo
les pide poner en marcha un plan de desarrollo socioeconómico y sostenible,
«buscar el equilibrio hombre-naturaleza», resume Sandra Bertomeu. Una
oportunidad para dar empleo y continuidad a la vida en los pueblos que
conforman este rincón de Extremadura.
Si todo sale bien, el Gobierno español
podría presentar la candidatura oficial en septiembre del año que viene, pero
hasta la primavera de 2019 no se pronunciará a favor o en contra el Consejo
Internacional de Coordinación, que tiene la última palabra.
La candidatura, por lo pronto, ya ha
echado a andar con la firma el pasado viernes del Protocolo Institucional de
Adhesión, aunque llevan meses de trabajo en los pueblos, con ayuntamientos y
sociedad civil.
La Siberia quiere labrarse un futuro.
Como dice Rafael Pintado del caso de Cedillo, para que luego la gente vaya y
diga «qué bonito es esto y tampoco está tan lejos»
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