Medidas deberían ir a destinadas a reformar el Estado del Bienestar.
Los objetivos son dos. Por un lado, es necesario garantizar su viabilidad futura.
Por otro, comienza a ser indispensable revisar la capacidad redistributiva del
gasto social”
“Todo ello significa
que es necesario reflexionar sobre cómo se diseñan los sistemas de pensiones
del futuro. Los Estados del bienestar han desarrollado un modelo bastante
distinto de los sistemas de capitalización. Estos últimos los ofrece el sector
privado y se caracterizan por usar el ahorro presente de las personas para
financiar la jubilación futura.Es decir, los individuos van guardando parte de
su renta actual para el futuro”.
“En cambio, los sistemas
públicos de pensiones se caracterizan por transferir renta de los que
trabajan y generan riqueza en el presente hacia aquellos que trabajaron en el
pasado. Es un modelo de solidaridad intergeneracional. Pero, si una generación
se endeuda en exceso, no genera la necesaria riqueza o no es lo suficiente
numerosa como para financiar esta partida de gasto, aquellos que cotizaron en
el pasado se quedarían sin su jubilación presente. Por ello, la socialdemocracia
debe reflexionar sobre qué medidas pueden preservar los sistemas públicos de
pensiones, siendo conscientes de su enorme capacidad redistributiva(Calero 2002
y Verbist 2013).
“Entre las posibles reformas, la más conocida es el retraso
de la edad de jubiliación.Pero no es la única. También se reflexiona sobre la
posibilidad de ampliar el periodo sobre el que se calcula el subsidio. Ambas
propuestas pretender contener el gasto”:
“Cualquier reforma
del sistema de pensiones debe incidir sobre alguna o todas estas variables. Así,
se podría tratar de contener la relación que hay entre el número de jubilados y
personas en edad de trabajar, aumentar la tasa de actividad o reducir el
cociente entre pensión y productividad. No hay una única receta, sino que son varias.
Pero, de no adoptarse medidas y mantenerse la progresión geográfica
anteriormente descrita, el gasto en jubilaciones podría pasar del 8,6 por
ciento del IPB que representa en 1999 a casi el 17 por ciento en el
2040(Eguiagaray Ucelay 2010):”
“No obstante la socialdemocracia debe ser cauta ante este
tipo de medidas y su posible generalización. Algunos estudios muestran que,
dependiendo del nivel de cualificación, el retraso en la edad de jubilación
puede aumentar las desigualdades sociales. Las profesiones que exigente una
mayor formación tienen una menor tasa de expulsión del mercado laboral en
edades avanzadas. Además, tienen mayores incentivos para seguir trabajando. Por
tanto se puede producir una mayor segregación y un aumento de las
desigualdades(Radl 2010)”
“De hecho existente motivos progresistas para retrasar la edad
de jubilación según criterios de educación. Las personas que tienen una mayor
cualificación han permanecido en el sistema educativo más tiempo que los que no
tienen formación. Esto significa que su incorporación al mercado del
trabajo ha sido más tardía: han
trabajado menos tiempo que los menos cualificados. Además sabemos que las
personas que tienen más formación tienen una mayor esperanza de vida”
“Pero esta no es la
única propuesta. Otros autores plantean incidir mucho más sobre la
productividad de la economía y aumentar la población ocupada, especialmente
femenina e inmigrante(Carabaña 2003).Es decir, operar sobre los otros factores
que también influyen en el gasto de pensiones”.
“Finalmente , este dilema también es presentado como un
problema de redistribución de la renta?- ¿Por qué no integrar el gasto en pensiones dentro de los presupuestos
generales del Estado en lugar de financiarse únicamente a través de las cotizaciones?.
Esta propuesta nos conducirá a reflexionar sobre el peso que tienen los
salarios en la economía y en los ingresos fiscales del Estado.”.
“Pero la viabilidad del Estado del bienestar también exige
una reflexión sobre su financiación. Durante mucho tiempo, se ha extendido la
idea de que la redistribución se produce a través del gasto público y no con
los sistemas impositivas. De hecho , la evidencia empírica más reciente
demuestra que los impuestos progresivos no tienen efecto sobre la
desigualdad(Doerrenberrgy Peichl 2012)”.
“Por lo tanto, la izquierda también debe abordar esta
cuestión y reflexionar sobre dónde quiere hacer recaer la redistribución y qué
nivel de ingresos considera necesarios”.
“Pero esta no es la única propuesta. Otros autores plantean
incidir mucho más sobre la productividad de la economía y aumentar la población
ocupada, especialmente femenina e inmigrante(Carabaña 2003).Es decir, operar
sobre los otros factores que también influyen en el gasto de pensiones”.
“Finalmente , este dilema también es presentado como un
problema de redistribución de la renta?- ¿Por qué no integrar el gasto en pensiones dentro de los presupuestos
generales del Estado en lugar de financiarse únicamente a través de las cotizaciones?.
Esta propuesta nos conducirá a reflexionar sobre el peso que tienen los
salarios en la economía y en los Ingressos fiscales del Estado.”.
“Pero la viabilidad del Estado del bienestar también exige
una reflexión sobre su financiación. Durante mucho tiempo, se ha extendido la
idea de que la redistribución se produce a través del gasto público y no con
los sistemas impositivas. De hecho , la evidencia empírica más reciente
demuestra que los impuestos progresivos no tienen efecto sobre la
desigualdad(Doerrenberrgy Peichl 2012)”.
“Por lo tanto, la izquierda también debe abordar esta
cuestión y reflexionar sobre dónde quiere hacer recaer la redistribución y qué
nivel de ingresos considera necesarios”.
LA CRISIS DE LA SOCIALDEMOCRACIA:¿
QUÉ CRISIS?. IGNACIO URQUIZU(ED.CATARATA 2012)
www.convivenciaysolidaridad.blogspot.com
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