martes, 16 de febrero de 2016

RAICES PSICOLÒGICAS  DE UNA CONDUCTA UNIVERSAL:¡Qué hipócrita eres!.  Breve resumen de interés. Qué organizaciones y dirigentes  la aplican?.
“La última variable decisiva en los experimentos a la hora de pronosticar si un individuo se comporta hipócrita o no, es la autoconsciencia. Cuando alguien defiende una determinada forma de actuar delante de terceros, o cuando otros le recuerdan su manera de pensar, es más probable que sea coherente. Comprometerse públicamente con una toma de posición aumenta la posibilidad de ser honesto con uno mismo. El mecanismo funciona como una vacuna: si alguien se ve obligado a defender sus ideas de forma moderada, es más fácil que resista después cuando la presión es más fuerte.
Aunque parezca mentira, los héroes también existen.
Hay investigaciones que demuestran que las personas que han rechazado algún mensaje que amenazaba la integridad de sus creencias intensifican su compromiso personal con estas y resisten mejor a los intentos de persuasión. Una de las teorías más conocidas sobre la coherencia humana se basa en ese factor. Se trata de estudios sobre la influencia de las minorías llevadas a cabo por el psicólogo social francés de origen rumano Serge Moscovici, director del Laboratorio Europeo de Psicología Social. Su idea  es que podemos encontrar cientos casos de hipocresía, pero también abundan ejemplos de gran honestidad ideológica. Millones de personas han sufrido por defender sus ideas y han seguido profesándolas a pesar de las presiones externas. Científicos como Giordano Bruno o Darwin, reformadores políticos como Martin Lutero King Gandhi o artistas como Primo Levi o Reynando Arenas a los que se intentó hacer cambiar de opinión se mantuvieron firmes en sus convicciones. Según Moscovi , su fortaleza reside en que, al ser miembros de una minoría racial, sexual o religiosa, se vieron obligados a menudo a pronunciarse públicamente sobre sus opiniones .Esto se convierte  en su principal arma a la hora de mantener sus convicciones. Su confianza en sí mismos se transmite a los que los rodean y poco a poco, su posición deja de ser minoritaria. Por eso, la historia de la humanidad es en parte la crónica del poder  de ciertas personas que han actuado con coherencia ideológica hasta cambiar el mundo. Movimientos minoritarios como los sufragistas y los ilustrados franceses o individuos como los antes citados, demuestran que un pequeño grupo, aun siendo rechazado al principio, puede llegar a cambiar la forma de pensar de la mayoría de la población. En resumen, en el ser humano coexisten la hipocresía y la honestidad, y es necesario que sea así. En ciertas ocasiones-cuando la presión social es mínima, cuando las convicciones son sólidas e importantes para nosotros, cuando hemos comprometido públicamente en ellas-, mantenemos la coherencia. En otras mentimos. Dice Nietzsche que “no existe nada más hipócrita que la eliminación de la hipocresía. “El fanatismo moral que demanda honestidad absoluta se levante siempre contra la conducta ajena, nunca contra la propia. Y no mejora la congruencia entre lo que decimos y lo que hacemos, solo nos hace ser más exigentes con las discordancias ajenas”
Psicología de las minorias activas

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