miércoles, 7 de septiembre de 2016

HEGEMONIA Y ESTRATEGIA SOCIALISTA(Hacia una radicalización de la democracia)por Ernesto Laclau y Chantal Mouffe.
.HEGEMONÍA Y RADICALIZACIÓN DE LA DEMOCRACIA.
.En noviembre  de 1937 ,Arthur Rosenberg, exiliado en Nueva York , concluía  su reflexión acerca  de la historia  europea contemporánea  desde la revolución  francesa . Estas últimas reflexiones  de su vida  de intelectual militante se centraba  en un tema  fundamental : la relación  entre el socialismo  y democracia o , más bien, el fracaso  de los intentos  de construir  formas orgánicas  de unidad  entre ambos.Atribuía  este doble  fracaso , de la  democracia  y del socialismo, a un proceso  de extrañamiento progresivo , dominado  por una censura radical.En un primer momento , la “democracia”, concebida  como espacio  de la acción popular , fue  la gran protagonista  de los enfrentamientos  históricos que presidieron  la vida europea  entre 1789 y 1848. Es el “pueblo”  ( en el sentido de plebs y no de populus), son las masas  escasamente organizadas  y diferenciadas , las que dominan las barricadas  de 1789 y 1848, la agitación cartista  en Inglaterra  u las movilizaciones  mazzinianas y garibaldinas en Italia.Más tarde  surge  la gran  censura constituida  por la larga reacción  de la década  de los cincuenta  del siglo XIX, y cuando  se renueva  la protesta  popular  los protagonistas  han cambiado.En el último tercio  del siglo serán  los sindicatos  o los incipientes partidos socialdemócratas  los que se  afianzarán , primero  en Alemania e Inglaterra, y luego en el resto de Europa.
Esta censura  se ha interpretado a menudo como la transición  a un momento  de racionalizacionalidad política más elevada  por parte  de los sectores dominados.En la primera  mitad  del siglo  el carácter amorfo  de la “democracia” y su falta  de raíces en las bases  económicas  de la sociedad, la habrían hecho  esencialmente vulnerable  e inestable, impidiendo  que se constituyera en una  trinchera firme y permanente  en la lucha contra el orden establecido.
.Solo tras la designación de este “pueblo” amorfo y su sustitución por la base  social  sólida de la clase  obrera ,habrían  de alcanzar los movimientos populares  la madurez  que les permitiría  encarar una lucha a largo plazo  contra las  clases dominantes .Sin embargo , esta mítica transición  a un estadio  más alto  de madurez  social(  resultante  de la industrialización), y aun grado más elevado  de eficacia política , en el  que los  estallidos anárquicos  del “pueblo” se habrían reemplazado  por la racionalidad y solidez  de una política de clase , debían parecer  una mala  broma  a Rosenberg, que escribía  su libro  mientras  España ardía.Hitler preparaba el Anschlus y Mussolini invadía Etiopía. Según Rosenberg , en cambio, el encerramiento clasista  había constituido  el gran pecado histórico  del movimiento obrero europeo..La incapacidad  obrera  de constituir  al “pueblo” como  agente histórico, era, en su opinión , el fallo esencial  de la socialdemocracia. Y el hilo de Ariadna que  le permitiría  desentrañar  todo el torturado proceso político  que se inicia  a partir de 1860. La constitución  de un polo popular  unificado , lejos  de ser  más simple, resulta crecientemente más fácil  a medida  que la  complejización e institucionalización crecientes  de la sociedad  capitalista (las trincheras  y fortificaciones  de la “sociedad civil “ de las que habla Gramcsi ) conducían a la corporativización y se paración  de aquellos  sectores  que, idealmente hubieran  debido unirse  “ en el seno del pueblo”.Ya en el tránsito  de 1789 a  1848 resultaba evidente este proceso  de creciente complejización social.
.En  1789 n, la tarea  de la democracia consistía en conducir de modo unitario  la lucha de los campesinos  dependientes  contra la nobleza  propietaria  y la lucha  de los ciudadanos pobres  contra el capital.En aquel  tiempo  esto ara  mucho más fácil  de lo que sería  en 1848.En efecto , entre ambos periodos  el proletariado  industrial, si bien aún trabajaba en su mayor  parte  en pequeñas  industrias ,había  crecido  tanto  en importancia  que hacía culminar  todo el problema  político  en la confrontación  entre proletariado y capitalista….Esto  requería  una habilidad  táctica  excepcionalidad  para lograr  la convergencia  entre el movimiento de los obreros  y el de los campesinos  por parte del partido democrático. Si se quería  pasar  por encima  de la cabeza  de los campesinos  propietarios  para llegar a la masa  de los pequeños arrendatarios  y braceros  , se precisaba  una táctica  absolutamente  realista  y, por lo demás ,compleja.Así, cincuenta años  después  de Robespierre, la tarea  de la democracia social resultaba cada vez  más difícil. Mientras  disminuía la capacidad intelectual de los demócratas para resolver los problemas.
.Y, desde  luego .las dificultades  para constituir  un polo popular  antisistema no habían  hecho  sino aumentar  desde 1848.En realidad ,Rosenberg trataba de orientarse en un  terreno nuevo, dominado  por una mutación  radical  de la que era  consciente  solo a medias: el declive de una forma de la política para la que la división  de lo social  en dos campos  antagónicos es un dato originario  e inmutable previo  a toda  construcción hegemónica y la transición hacia una  hacia una situación nueva, caracterizada  por una inestabilidad  esencial  de los espacios políticos ,  en los que la identidad misma  de las fuerzas en el lid proceso  de redefinición..En otras palabras : Rosenberg describe , de modo  a la vez clarividente y vacilante. El proceso  de generalización de la forma  hegemónica  de la política , que se impone  como condición  para el surgimiento   de toda una identidad  colectiva  una vez que las  prácticas  articulatorias  han llegado  a determinar  el principio  mismo de la división social.Al mismo tiempo  nos muestra  a lo vano  de la aspiración  de la “lucha de clases” a constituirse , de modo  automático  y apriorístico , en el  fundamento de ese principio.
En rigor , la oposición  pueblo frente  Antiguo Régimen fue  el último momento  en el que los límites  antagónicos  entre dos formas de sociedad  se presentaron  ( con  la salvedad señalada)  en forma de líneas  de demarcación claras  empíricamente  dadas. A partir  de entonces  la línea  demarcatoria entre  lo interior y exterior , la divisoria  a partir  de la cual  se constituye  el antagonismo  en forma  de dos sistemas opuestos de equivalencias, se tomó  crecientemente ágil  y ambigua , y su  construcción  pasó a ser el primero de los problemas  políticos.Es decir , que de ahí  en adelante  ya no  hubo política  sin hegemonía .Esto nos permite entender la especifidad  de la intervención de Marx : su reflexión  se produce  en un momento  en el que la división  del espacio  político  en términos  de la dicotomía pueblo  frente  Antiguo  Régimen  parecía  haber  agotado  su productividad  y era,  en todo  caso,incapaz  de construir  una visión  de lo político  que rescatara la complejidad  y pluralidad  propias  de lo social  en las sociedades industriales .Marx  intenta pensar en el hecho  primario  de la división social  partiendo  de un nuevo principio : el enfrentamiento entre clases. Pero  el nuevo principio adolece  desde el principio  de una insuficiencia  radical . debido  a que la oposición  de clases   era incapacidad  de dividir  la totalidad  del cuerpo social  en dos campos antagónicos . de reproducirse automáticamente  como línea demarcatoria en la esfera política.De ahí  que la lucha  de clases  como principio fundamental  de la división  política  siempre fuera  acompañada  de hipótesis  suplementarias que remitían  su plena vigencia  al futuro………..Lo importante , en todo caso,  es que  este cambio  en el principio  político  de la división social  introducido por el marxismo  conserva, intacto . un componente esencial  del imaginario  jacobino: la postulación  de un momento fundacional  de ruptura  y de un  espacio  de constitución de lo político…….Defenderemos  la teoría  de que lo que  debemos  cuestionar , con la  ayuda de nuestro proyecto  de democracia radicalizada, es  este momento  de continuidad  entre el imaginario  político  jacobino y marxista.El rechazo  de los puntos privilegiados  de ruptura  y de la confluencia  de las luchas  en un espacio  político unificado, junto  la aceptación  de la pluralidad  e indeterminación  de lo social, parecen  ser, en nuestra  opinión , las dos bases  fundamentales  para construir  un nuevo imaginario  político  radicalmente libertario  e infinitamente más ambicioso  en sus objetivos que el de la izquierda clásica.Para hacerlo  describimos en primer lugar  el terreno histórico en el que surge, el campo de lo que denominaremos la “revolución democrática”.
LA REVOLUCION DEMOCRÁTICA.
. .La problemática teórica que hemos presentado no excluye solo la concentración de la conflictividad  social en agentes  apriorísticamente privilegiados (como las clases ) sino  también la referencia a todo principio o sustrato general  de tipo antropológico, capaz  de unificar  a las distintas  posiciones  de sujeto  y de asignar  a la resistencia concreta  las diversas  formas  de subordinación  un carácter inevitable. No hay , por lo tanto . nada inevitable  o natural  en las distintas  luchas  contra el poder , y de ahí que haya  que explicar , caso por caso, las razones  de surgimiento  y las diversas  modulaciones  que pueden adoptar.La lucha contra la subordinación  misma. Si afirmamos , con Foucault. Que  donde hay  poder  hay resistencia, hay que reconocer  asimismo  que las formas  de resistencia  pueden  ser extremadamente  variadas.Las resistencias  adoptan  carácter  político  solo en ciertos casos, cuando se constituyen  en luchas encaminadas  a poner fin  a las  relaciones  de subordinación  en sí. Aunque  a lo largo  de los siglos  las mujeres han desarrollado  múltiples  formas de  resistencia  frente  a la dominación masculina. El movimiento  feminista. Que reivindica  la igualdad ( igualdad  jurídica  primero , y en otros  aspectos después),solo pudo nacer bajo ciertas  condiciones y formas específicas . Obviamente ,cuando hablamos del carácter  “políticos”  de estas luchas  no lo hacemos  en el sentido  limitado  de reivindicaciones  a nivel de los partidos  y del estado. A lo largo nos referimos a un tipo  de acción cuyo objetivo  es la transformación  de una relación  social que construye  a un sujeto  en una relación  de subordinación. Ciertas prácticas feministas  contemporáneas , por ejemplo, tienden  a transformar  la relación  entre masculinidad y feminidad  sin pasar  de modo alguno  por los partidos  o por el estado. Tampoco estamos  negando ciertas prácticas  de creación  reproducción  y transformación  de las relaciones  sociales, no puede ubicarse  a un nivel determinado  de los social, ya que  el problema  de lo político  es el problema  de la institución  de los social,es decir , de la definición y articulación  de las relaciones  sociales en un  campo surcado  por antagonismo.

Nuestro  mayor problema  consiste en identificar las condiciones discursivas  que dan lugar a una acción  colectiva encaminada  a luchar  contra las desigualdades  y a poner  en cuestión  las relaciones  de subordinación. Podría  decirse  que nuestra tarea  consiste  en identificar las condiciones  en las que  una relación  de subordinación pasa a ser  una relación de opresión , tornándose ,  por lo  tanto, en sede  de un  una relación de opresión, tomándose , por lo tanto, en sede  de una relación , tomándose, por lo tanto, en sede  de un antagonismo.Entramos aquí en un terreno constituido  por numerosos deslizamientos terminológicos que han acabado  por  establecer una sinonimia  entre “subordinación”, “opresión” y “dominación”. Lo que da lugar  a esta  sinonimia  es ,claramente, la hipótesis  antropológica  de una “naturaleza humana” y un sujeto  unificado : si podemos  determinar a priori  la esencia  de un sujeto , toda  relación subordinación  que la niegue  se torna  automáticamente  en una relación de opresión. Pero  si rechazamos  esta perspectiva esencialista, debemos diferenciar “ subordinación de opresión”, y explicar  las condiciones  precisas  en las que la subordinación  se torna opresiva. Entenderemos  por relación de  subordinación aquella  en la que  un agente está sometido  a las decisiones  de otro:  un empleado  respecto  a un empleado , por ejemplo , o, en  ciertas formas de organización  familiar, la  mujer respecto al hombre  etc. Llamaremos , en cambio,  relaciones de opresión  a a quella s relaciones  de subordinación  que se han transformado  en sedes antagonismos. Finalmente , llamaremos  relaciones  de dominación  al conjunto de aquellas  relaciones  consideradas ilegitimas  desde la  perspectiva  o el juicio  de un agente social  externo  a las mismas . que pueden  coincidir  o no con la relaciones de  opresión  existentes  en el seno  de una formación social dada. El problema  consiste , por lo  tanto,  en explicar  cómo se constituyen  las relaciones de opresión  a partir  de las relaciones de subordinación. 

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